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Thursday, September 25, 2008

Bush obtuvo el apoyo de 11 líderes americanos al libre comercio

George W. Bush

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Bush obtuvo el apoyo de 11 líderes americanos al libre comercio

NUEVA YORK (AFP) — El presidente estadounidense, George W. Bush, obtuvo el miércoles el respaldo de 10 gobiernos latinoamericanos y el de Canadá a la principal herramienta de política exterior de su gobierno para la región, los acuerdos de libre comercio, a dos meses de dejar la Casa Blanca.

En una declaración conjunta bajo el título 'Camino a la prosperidad en las Américas', los 12 líderes reafirmaron sus "compromisos compartidos con el comercio y la liberalización de inversiones, la inclusión social, el desarrollo, el derecho y la democracia". "Reconocemos que la estabilidad macroeconómica y la liberalización comercial son herramientas importantes en la lucha contra la pobreza", agrega el texto, divulgado tras una reunión sostenida en el Consejo de las Américas en Nueva York, al margen de la Asamblea General de ONU.

En el encuentro participaron los presidentes Michelle Bachelet (Chile), Álvaro Uribe (Colombia), Óscar Arias (Costa Rica), Leonel Fernández (República Dominicana), Antonio Saca (El Salvador), Álvaro Colom (Guatemala), Manuel Zelaya (Honduras), Felipe Calderón (México) y Martín Torrijos (Panamá), más el vicepresidente de Perú Luis Giampietri y el embajador canadiense Michael Wilson. Se trata en todos los casos de países que tienen vigentes o al menos firmados acuerdos de libre comercio (TLC) con Estados Unidos.

El texto, presentado como una declaración de principios, hizo una defensa de los TLC, punta de lanza de la política de Bush en la región. Además, al tiempo que se defienden iniciativas como un Área de Libre comercio de la Región Asia-Pacífico, también expresan su apoyo a los acuerdos bilaterales negociados por Estados Unidos con países como Colombia y Panamá, actualmente bloqueados en el Congreso estadounidense.

Tras el fracaso del proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), promovido por Estados Unidos desde comienzos de los 90, por la negativa de varios gobiernos de izquierda de la región -en particular Brasil y Venezuela-, el texto divulgado el miércoles adquiere la forma de legado para la saliente administración Bush. "Es importante para los estadounidenses entender que las exportaciones benefician a los trabajadores. (...) Es de nuestro interés continuar abriendo mercados, particularmente con nuestros vecinos", expresó Bush al término del encuentro.

La oposición a los TLC es patente de parte de gobiernos como el del venezolano Hugo Chávez, el del boliviano Evo Morales o el del ecuatoriano Rafael Correa. Chávez incluso promueve, en oposición a la idea de un ALCA, su proyecto de Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), a la que se han integrado Cuba, Bolivia, Nicaragua y Honduras, que permite a estos países comerciar en condiciones preferenciales.

Así las cosas, esta declaración deja constancia de los países americanos que se adhieren al principio del libre comercio tal como lo propone Washington y los que no.

Según un diplomático mexicano que asistió a la reunión a puerta cerrada, Calderón habló después de Bush para destacar la importancia de que la región disponga de "un andamiaje de comercio justo y libre" y reclamó que el mismo se acompañe de una eliminación de las barreras proteccionistas.

Para el gobierno de Bush, este compromiso escrito aparece también como una modesta revancha, en un contexto de fuertes críticas en Washington hacia la Casa Blanca por lo que algunos sectores políticos y empresariales consideran una pérdida de influencia estadounidense en el continente.

Bush logra asimismo un apoyo de varios de sus socios comerciales de la región a los TLC con Colombia y Panamá, que su gobierno defiende a capa y espada, y que la oposición demócrata que controla el Congreso tiene bloqueados.

La Casa Blanca desarrolla una de las más agresivas campañas de promoción de un tratado comercial que se recuerden en Washington a favor del TLC colombiano, al que define como "estratégico" y "vital" para apoyar a su "principal aliado" regional y mayor receptor de ayuda militar estadounidense de América.

Sin embargo, en medio de las serias dificultades que afronta la economía estadounidense y con un mercado de trabajo fuertemente golpeado, los TLC son vistos con recelo por poderosos sindicatos como la AFL-CIO y por legisladores, principalmente demócratas de estados manufactureros, que no le darán su voto en medio de una campaña electoral.

Fuente: http://afp.google.com/article/ALeqM5hNCKF61-XkLznEI5uAoi0q1NrQYQ