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Sunday, May 5, 2013

Expulsión de USAID



Cabe hacer votos para que los proyectos de desarrollo no se vean afectados.


La Razón (Edición Impresa)

00:51 / 05 de mayo de 2013


Aunque en rigor no fue una sorpresa, pues se hablaba de la posibilidad desde 2009, la decisión de expulsar de Bolivia a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por su sigla en inglés) ha causado comprensible sobresalto y ha dado pie a numerosas reacciones, desde aquellas que condenaron la actitud hasta las de evidente satisfacción.

En efecto, el anuncio hecho por el Presidente del Estado de expulsar a Usaid, acusándola de injerencia en sindicatos campesinos y otras acciones de desestabilización del régimen constitucional, no fue más que la materialización de una idea largamente acariciada por autoridades de gobierno, que en reiteradas ocasiones denunciaron acciones que no por sutiles eran menos inamistosas para el Estado boliviano.

Cabe recordar que la Federación Rusa ya expulsó a Usaid de su territorio en septiembre del año pasado exactamente por los mismos motivos, y que el Presidente de Ecuador anunció poco tiempo atrás que su gobierno considera hacer lo mismo. Es que, pese a lo que las autoridades de la propia agencia o del Departamento de Estado de EEUU sostengan, al parecer hay evidencia de que no todos los programas de cooperación tienen la reducción de la pobreza o el desarrollo económico como sus verdaderos objetivos.

Por su parte, el Viceadministrador adjunto para América Latina y el Caribe de la agencia afirmó que la decisión “llegó como una sorpresa”, y explicó que el Gobierno boliviano había cancelado en 2009 el programa de fortalecimiento de la democracia que Usaid mantenía en Bolivia, por lo que desde entonces no ha apoyado a ninguna ONG con objetivos políticos o de promoción democrática.

Como una pronta respuesta a las voces que lamentaron la pérdida de los recursos comprometidos en numerosos proyectos de desarrollo, la Ministra de Planificación señaló que los proyectos que están en plena ejecución por la agencia no se verán afectados, y la Ministra de Comunicación agregó que el Tesoro General de la Nación cubrirá y garantizará el presupuesto de los proyectos que deje Usaid al abandonar Bolivia, en un plazo que deberá ser fijado por la Cancillería. A su vez, el Ministro de la Presidencia indicó que la agencia expulsada subcontrata a empresas y ONG estadounidenses en las que trabajan exmilitares y exfuncionarios de la CIA y la DEA, y añadió que se han hecho “investigaciones muy rigurosas” a través de las cuales se muestra que el país del norte usa su cooperación para preservar sus “intereses estratégicos fuera de sus fronteras”.

Es evidente que en el nuevo contexto político y económico boliviano la Usaid ha dejado de ser un actor preponderante de la cooperación; sin embargo, cabe hacer votos para que los proyectos de de-sarrollo no se vean afectados, pues la gente no come política.


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