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Thursday, May 23, 2013

Presidente de la Unión Adventista del Séptimo Día de España José Calvo: "No tenemos Papas, ni obispos, ni sacerdotes, ni 'autoridad'"




Pedro Calvo, presidente de la Unión Adventista española


"En la Biblia no se citan los matrimonios entre los homosexuales, si no es para condenarlos"


Antonio Aradillas, 20 de mayo de 2013 a las 09:04

La falta de unidad echa por tierra cualquier proyecto de felicidad, de redención y de vida


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Iglesia Cristiana Adventista del Séptimo Día


(Antonio Aradillas).- "Aquí, y en los ámbitos religiosos no tenemos Papas, ni obispos ni sacerdotes, ni "autoridad", equivalente a la que identifican a otras Iglesias y religiones. En el orden puramente administrativo disponemos de un sistema o estructura, en la que, por lo que respecta a España, yo soy su presidente. Pero que quede firme constancia de que en el orden religioso, yo pastor, uno más del la Unión Adventista Española -"Iglesia Cristiana Adventista del Séptimo Día"- sin más privilegio que el del implícito y esencial a todo creyente, por el hecho de serlo, con responsabilidad sagrada, y al servicio de la congregación. En nuestra Iglesia no hay presidencialismos de ninguna clase ni, por supuesto, jerarquía. Somos todos iguales y los cargos administrativos son elegidos en conformidad con leyes y normas democráticas".

Esta presentación de la Iglesia Cristiana Adventista del Séptimo Día me la hace con naturalidad religiosa, su Presidente, Jesús Calvo Manso, por más señas nacido en Valladolid, que en los tiempos de su formación fue y se sintió verdaderamente católico y hasta con inicial vocación religiosa, lo que despeja los caminos en sus declaraciones, con mayor conocimiento de causa...

- ¿Por qué "adventista" y del "séptimo" día?

- El término "adventista" procede de "advenimiento", de origen latino, que en el Diccionario de la Lengua Española se define como "miembro de la confesión protestante, de origen norteamericano, que espera una segunda, y próxima venida de Cristo". "Séptimo Día", en el lenguaje bíblico hace referencia al día de la semana -sábado- en el que el hombre descansará del trabajo del trabajo realizado en la semana, de idéntico modo a lo que el mismo Dios practicó, según la Sagrada Escritura. El "séptimo día" es, por tanto, un reconocimiento de los valores que entraña el trabajo, que precisa de al menos de un día para en él darle gracias a Dios, por haberlo integrado en su misión re-creadora del mundo universo. n tal día de descanso-oración y contemplación, se adquieren nuevas fuerzas para proseguir la próxima semana.

- ¿Qué le aporta su Iglesia a las demás Iglesias de Cristo?

- De modo muy particular pretende acrecentar la responsabilidad y el compromiso con el mensaje y vida de Cristo. El mismo subtítulo de "cristiano" lo exalta. Intenta potenciar el auge y crecimiento de la cultura, y más de la religiosa, desde la comprobación de que esta, y más la religiosa, es tan escasa y tan poco consistente. Para este cometido, aconsejamos y facilitamos la lectura educadora de la Biblia en todos los niveles de la formación individual y colectiva. A la sociedad, a las familias, a las personas, individual y colectivamente, les falta hoy Biblia. Carecen de las referencias dimanantes de la Palabra de Dios. La Biblia, aunque se halle presente en muchas casas, incluidas las de los católicos, está sin estrenar todavía. La palabra de Dios aporta respuestas y argumentos de autoridad civil y religiosa.

- ¿Cuál es la virtud que se considera más importante en su Iglesia?

- Aquellas que pueden contribuir en mayor proporción a la unidad entre los cristianos. La falta de unidad es anti-eclesial y anti-testimonio de la doctrina de Cristo y todos los "anti" relativos a la paz y a la convivencia como ciudadanos y como hijos de Dios. La falta de unidad echa por tierra cualquier proyecto de felicidad, de redención y de vida. Deforma a los individuos, a las colectividades y a los pueblos. Los hace desgraciados. Los frustra. Sin unidad no puede haber religión, o esta es pantomima y puro rito y ceremonia.

- ¿No podría ser la solución para drama tan triste el ecumenismo, al menos tan predicado y proclamado por la mayoría de las Iglesias?

- Podría serlo, pero siempre y cuando cambiaran los supuestos sobre los que se intenta fundamentar. En estos supuestos destaca el afán "religioso" de que las demás Iglesias tengan que unirse con las otras -prevalentemente con la católica-, sin posibilidad de ceder en sus llamados "dogmas irrevocables e intangibles", además de determinados ritos, la mayoría de ellos de procedencia pagana.

-¿Soluciones veraces?

- En términos generales, y como primeros objetivos, el convencimiento y práctica de potenciar todo lo que nos une, por encima de aquello que hasta el presente nos ha desunido y hasta nos ha llevado a justificar a cismas, "guerras "santas", anatemas y persecuciones. La Iglesia de Cristo es ciertamente una, pero para que esta unidad sea operativa y cristiana, ha de presuponer y aceptar fervorosamente la existencia gloriosa de la pluralidad de confesiones en identidad de responsabilidades, creencias y reconocimiento de todas que son Iglesias de Cristo Jesús. La fórmula de la unidad en la diversidad es lógica y la única cristiana e interpreta su voluntad de Jesús que se acomodó y se acomoda a culturas, tradiciones, costumbres, rasgos e idiosincrasia, en circunstancias de lugar y de tiempo en los que nacieron y desarrollaron. El escándalo que están dando nuestras Iglesias con la desunión y en el afán de acaparamiento de la verdad, es irreligioso y pagano. Es anti-Biblia y anti-Evangelio.

- ¿Es esta desunión el pecado más grave?

- Sí. Los otros pecados que pudieran constituir materia de arrepentimiento y, con el correspondiente propósito de enmienda alcanzar el perdón por parte de Dios, no tienen el relieve que el de la falta de unidad. Con ella, la mayoría de las veces y aunque se intente enmascararlo, que lo que normalmente se pretende es hacer perdurables ciertos privilegios, como el de la infalibilidad y otros. En el fondo de la desunión hay, o puede haber, razones-sinrazones espurias, ajenas a la gracia de Dios y a la fidelidad de los dogmas, que como tales dogmas, no son muchos los que hay.

-¿Cómo se perdonan los pecados en la Iglesia Adventista de los Cristianos del Séptimo Día?

- En ella no hay confesonarios. Ellos fueron, y son, fuentes de intranquilidades y desequilibrios, auque para algunos sigan siendo de paz y de serenidad. Los miembros de nuestra Iglesia se relacionan directamente con Dios, le piden perdón cuando tengan conciencia de haber pecado, por supuesto que con el correspondiente dolor de corazón y propósito de enmienda y sin intermediarios, como pudieran ser los sacerdotes. Para eso hay que ser abiertamente responsables, adultos en la fe y estar bien formados en la Sagrada Escritura en ala que de los confesonarios y equivalentes no hay referencia alguna. Dios, definido como creador y perdonador, no se resiste ante el reconocimiento veraz y renovada actitud de los pecadores, les perdona y, sin más, les hace volver con todos los honores a la comunidad religiosa de la que, por el pecado, se hubieran alejado.

-¿Pueden ser perdonados todos los pecados?

- Todos, a excepción de aquellos que los responsables de los mismos no quieran que se les perdonen. Empecinados en sus pecados, y no por falta de formación, sino por maldad, algunas personas, cristianos o no, prefieren hacer perdurable su condición de pecadores, enemigos de Dios, ante cuya actitud ni el mismo Dios puede rendirse. La persona es un ser libre y, como tal, es respetada por Dios, quien lo creó con prerrogativa tan esencial como esta.

-¿Salvación, por tanto, también para los no cristianos?

-La salvación es un don de Dios, quien, como acabo de referir, únicamente dejará de concederla a los obstinados en sus propios pecados.

- ¿Qué se piensa en su Iglesia con sentido dogmático, misericordia y piedad acerca del infierno?

- No cuentan ni la explicación, ni las características con las que en esta materia adoctrina la Iglesia católica. Sodoma y Gomorra son realidad, pero más son signos de purificación por el fuego, de los tenaces en su situación y actitud como pecadores. Esto no obstante, Dios hace y hará todo lo posible por liberar algún día a los seres humanos de este castigo. Los caminos de la purificación nos son desconocidos. Hay muchos misterios en estas cuestiones, con inclinación sacrosanta a la voluntad salvadora de Dios en Cristo Jesús. Esta situación y teología afectan igualmente a Satanás y a los ángeles rebeldes citados en la Biblia.

Las mujeres están siempre de actualidad. Ellas son actualidad. Ellas son también Iglesia. Iglesia de Cristo. Hay Iglesias en las que son olvidadas. Son poco más, o poco menos, que "un cero a la izquierda. Se sienten marginadas. Aún más, se sienten pecados. Es decir, el pecado por antonomasia.

- Las mujeres, ni están, ni tienen por qué sentirse discriminadas en nuestra Iglesia. Como "ancianas" -en nuestro lenguaje "religioso"- actúan de "pastores" y administran algunos sacramentos. Son catequistas, dispensadoras de la palabra de Dios, siendo responsables preferentemente de la educación en la fe en su diversidad de grados. De todas maneras, en los próximos congresos internacionales de nuestra Iglesia, está programado que el tema de la mujer sea tratado con urgencia e inaplazablemente, con los mejores deseos de acertar en las soluciones, en consonancia con lo ya conseguido en las esferas de la sociedad civil y en otras Iglesias. Quede constancia de que hemos de tener rigurosamente en cuenta, desde la universalidad de nuestras Iglesias, que en la cultura y en las tradiciones de otros países no caben las soluciones ya adoptadas en el Occidente. Hay que ser comprensivos, no vaya a ocurrir que las mismas mujeres resulten ser las más perjudicadas...

- Se trata de tema muy delicado, pero de absoluta actualidad, también religiosa, por lo que es obligado preguntar cual es la posición de su Iglesia respecto a la homosexualidad, sus matrimonios y otros menesteres de orden o tipo sexuales...

-Por la sola tendencia de una persona -hombre o mujer- a otras del mismo sexo, ni es, ni será condenada. Lo es, y lo será el ejercicio de esa tendencia. Ya sé que esta doctrina es difícil de ser entendida y aceptada. Pero en el mismo sexo es indispensable vencer tentaciones, dado que, caer en las mismas ni está, ni estará permitido. En la Biblia no se citan los matrimonios entre los homosexuales, si no es para condenarlos...

-¿Cual es el pecado que considera el más grave en la moral adventista?

- Alejarse de Dios es pecado imperdonable. La cercanía de Dios es lo que puede salvar, y salva, a los seres humanos. Su alejamiento los condena, al cerrarle conscientemente al mismo Dios los caminos para ello. Vivir en sintonía con Dios, aún en e los momentos más difíciles e incomprensibles, es virtud eminentemente adventista. Es la virtud por antonomasia.

- La financiación de las Iglesias es también capítulo importante para su desarrollo. ¿Lo tiene resuelto la Iglesia Adventista del Séptimo Día?

- Siguiendo con fidelidad y respeto sagrado la Biblia, como no podía ser de otra manera, la fórmula única de la que se vale nuestra Iglesia es la de "los diezmos y primicias" y así está establecido como "Palabra de Dios". Cada adventista hace entrega del diez por ciento del salario percibido, o de los beneficios de sus empresas,, así como de cuantas ofrendas crea necesarias, para atenderle mantenimiento y las actividades de nuestra Iglesia. Constituiría una ofensa anti-eclesial tener que añadir que las aportaciones se efectúa con voluntad y sin esfuerzo, con sentido religiosamente comunitario y con el convencimiento de que su contribución económica personal contribuye a que sus pastores no pierdan un ápice de libertad a la hora de proclamar y aplicar la palabra de Dios.

(A propósito de la información suministrada por el Presidente de la Unión Adventista Española ", y del énfasis con que lo hace, se me ocurre pensar que si a los católicos les exigiera la Iglesia similar contribución económica, con triste seguridad habría de descender aún más el índice de su asistencia a los actos de piedad y de culto.)

- ¿Qué opinión prevalece entre los adventistas a propósito de la ley del celibato sacerdotal entre los sacerdotes católicos?

- Con el debido respeto, pero nos parece que es algo fuera de lugar y de tiempo, que la mujer, por mujer, no se haga presente en la Iglesia mediante su unión sacramental con su esposo y con la posibilidad de los hijos. La familia es parte importante en la vida personal, colectiva e institucional. Quien no la viva y mantenga, como en el caso de los célibes, difícilmente podrá evangelizar. A distancia, y "de oídas", no valen los consejos y las orientaciones que necesitan las familias para ejercer de cristianas. Se nota que las predicaciones pastorales procedentes de los púlpitos, de las cartas episcopales y de las encíclicas, acerca de la familia, son prestadas, sin experiencia y, en no pocos casos, sin lógica, enajenadas y ajenas a las realidades terrenales más perentorias.

- El divorcio es ya y, como Dios no lo remedie, lo será aún más de aquí en adelante, un problema muy grave que han de resolver los pastoralistas, los teólogos y las autoridades eclesiásticas...

- Este es nuestro comportamiento cristiano: Informados convenientemente los cónyuges, con la colaboración de expertos -con la colaboración de los psicólogos, y después de intentar salvar la continuidad del matrimonio y no haberlo conseguido, aceptamos la disolución del vínculo. Pero volver a casarse, a no ser que el motivo de la desunión haya sido el adulterio, en principio, no sería legítimo.

El Presidente de la Unión Adventista es así de rotundo en relación con el aborto:

-Somos contrarios al mismo. Las excepciones a tal regla habrían de fundamentarse, por ejemplo, en los casos de violación, en el riesgo grave de la muerte de la madre, en la seguridad de que el "nasciturus" habría de padecer defectos incorregibles y deformas y desmesurados... La decisión definitiva es de los padres en pleno uso de la libertad, con conciencia de que la vida es un don de Dios y que la oración será siempre su ayuda para afrontar los problemas que el tema plantea.

Ahítos de quejas y de comentarios acerca de si las iglesias, y aún las religiones en general tienen, o no tienen, futuro, dado que los jóvenes están tan lejos de su culto y de las obras inspiradas y mantenidas por ellas, ésta es la impresión que prevalece entre los adventistas:

- El índice de los jóvenes en la Iglesia es todavía notable. Y digo lo de "todavía" porque, al igual que ocurre en tantas otras Iglesias, cada día les resulta más difícil a los jóvenes afrontar la pertenencia yt los compromisos con los postulados de la fe. La comodidad, la inconsciencia, el desinterés por los valores del espíritu, el consumismo...son hoy capítulos de la asignatura laicista en cuyo estudio y práctica alardean hoy estar matriculados los jóvenes.

Como la política inunda todo o casi todo, con inclusión de los claustros y noviciados, entre los católicos, su referencia al tema es imprescindible.

- La Iglesia Adventista, como tal, ni es de derechas, ni de izquierdas, ni del centro. Es apolítica. Ni es ni hace política. Cada miembro de la Iglesia tiene plena libertad para pensar políticamente como quiera y su voto y compromiso es secreto por oficio y por convicción.

- Es verdadera y leal la devoción que en su Iglesia predican respecto a la Biblia, con todas, o con casi todas, sus consecuencias?

- Ella - la Biblia-, es norma y ley religiosa y, en gran parte, civil, para el comportamiento individual y colectivo de los adventistas. Es nuestro libro de texto. Es nuestro código. Su estudio, lectura y relectura proporcionan los argumentos de nuestra fe y su expansión, con el debido respeto a otras opciones religiosas. La Biblia es el devocionario de todo adventista. Es referencia constante y activa.

- No he visto imagen religiosa alguna en vuestros templos...

- Ni las ha visto, ni podrá verlas. El culto a los santos, y las oraciones por los difuntos, no tienen lugar en las prácticas religiosas de la Iglesia. Ni de uno ni de otras hay constancia en la Biblia, por lo que su recomendación no tiene sentido.

Intento reponerme de la impresión que les ha de suponer a no pocos católicos esta aseveración, y decido plantearle el tema del optimismo como fruto y gracia de Dios en la celebración permanente de su Iglesia fundada por Cristo Jesús:

- Por definición, por la voluntad de Dios y, sobre todo, porque la venida -"advenimiento"- de Cristo ha de estar ya cerca, no podemos alimentar tristezas de ninguna clase. Cristo vendrá. Cristo viene. No sabemos cuando. Pero vendrá. Tal convicción nos hace estar siempre alegres y ser optimistas ante las lógicas y naturales dificultades que han de salirnos al paso.

Como España es, y seguirá siendo España, y quiera Dios que por muchos años, le expongo mi preocupación respecto a las posibles y especiales dificultades que haya tenido que vencer su Iglesia para comprobar si tuvieron, y tienen algunas dificultades especiales hoy en España...

- No hay ninguna. Aún más, la misma reina Doña Sofía, asistió a unas ceremonia religiosa que celebramos en nuestra Iglesia que llamamos "lavamiento" -lavatorio- de los pies, en recordación del gesto de Jesucristo en la Santa Cena -"ejemplo os he dado para que, como yo he hecho, vosotros también lo hagais" -, que refieren los evangelistas con todo detalle. Los historiadores de las Casas Reales de España destacan la costumbre por la que en determinados años lavaban los pies los pobres y los sentaban a su mesa. Hay constancia de que fue en tiempos del rey Fernando III de Castilla en 1242 cuando se inició tan santa y humilde costumbre.

El Presidente de la Unión Adventista del Séptimo Día de España, y este informador, recordamos aquí la narración de unos hechos acontecidos en Rubielos de Mora, provincia de Teruel, en los días 11-12 de diciembre del año 1908, en los que destacan los cronistas, aludiendo a la presencia de unos adventistas en el pueblo, que, tal y como estos denuncian, "los curas están decididos a echarnos de aquí. Durante dos días, la casa de nuestros hermanos en la fe, fue bombardeada con piedras por una cuadrilla compuesta por chicos y chicas de edades comprendidas entre cinco y quince años. Ayer por la noche casi quieren abrir dos grandes boquetes en una de las tablas de la puerta de entrada. Durante el "sitio", lanzaban sin cesar gritos de guerra. El cura les había enseñado a los niños esta cancioncilla: "¡Fuera, protestantes,/ fuera, de nuestra nación/, que queremos ser amantes/ del Sagrado Corazón.../ ¡Viva la Virgen María¡"

José Calvo y yo nos miramos misericordiosa y perdonadoramente y nos limitamos a decir: "eran otros tiempos y eran otros curas, y quiera Dios que no vuelvan unos y otros, Amén "


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