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Wednesday, June 26, 2013

“Escapa por tu vida; Salid de ella, Pueblo mío"



Antes de destruir a Sodoma, Dios mandó un mensaje a Lot: “Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.” La misma voz amonestadora fué oída por los discípulos de Cristo antes de la destrucción de Jerusalén: “Y cuando viereis a Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes.” Lucas 21:20, 21. No debían detenerse para salvar algo de su hacienda, sino aprovechar lo mejor posible la ocasión para la fuga.

Hubo una salida, una separación decidida de los impíos, una fuga para salvar la vida. Así fué en los días de Noé; así ocurrió en el caso de Lot; así en el de los discípulos antes de la destrucción de Jerusalén, y así será en los últimos días. De nuevo se oye la voz de Dios en un mensaje de advertencia, que manda a su pueblo separarse de la impiedad creciente. 

La depravación y la apostasía que existirán en los últimos días en el mundo religioso se le presentó al profeta Juan en la visión de Babilonia, “la grande ciudad que tiene reino sobre los reyes de la tierra.”Apocalipsis 17:18. Antes de que sea destruída se ha de oír la llamada del cielo: “Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas.” Apocalipsis 18:4. Como en días de Noé y Lot, es necesario separarse decididamente del pecado y de los pecadores. No puede haber transigencia entre Dios y el mundo, ni se puede volver atrás para conseguir tesoros terrenales. “No podéis servir a Dios y a Mammón.” Mateo 6:24.

Como los habitantes del valle de Sidim, la gente sueña ahora con prosperidad y paz. “Escapa por tu vida,” es la advertencia de los ángeles de Dios; pero se oyen otras voces que dicen: “No os inquietéis, no hay nada que temer.” La multitud vocea: “Paz y seguridad,” mientras el Cielo declara que una rápida destrucción está por caer sobre el transgresor. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se entregaban desenfrenadamente a los placeres, y se burlaron de los temores y advertencias del mensajero de Dios; pero aquellos burladores perecieron en las llamas; en aquella misma noche la puerta de la gracia fué cerrada para siempre para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma. 


Historia de los Patriarcas y Profetas, paginas 162, 163. 
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