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Tuesday, September 13, 2016

Cristo Nuestra Justicia



Uno de los nombres más majestuosos de el SEÑOR Dios es ¨El SEÑOR es Nuestra Justicia¨ (Jer. 33:16).

Jesucristo es nuestra justicia (1 Corintios 1:30). Nosotros no hacemos y no podemos alcanzar una relación correcta con Dios en nuestra propia justicia debido a que nuestra propia justicia es como trapos de inmundicia. Somos pecadores culpables en la necesidad de una justicia perfecta (Romanos 3:23; Jer. 17:9; Marcos 7:20-23).

Cuando hablamos de Cristo nuestra justicia, nosotros estamos utilizando un término retórico que se refiere a nuestra absolución por Dios. Todo lo que tenemos como cristianos lo hemos recibido como un regalo gratuito de Dios a través de Jesucristo. Nosotros somos justificados una vez por todas por la gracia mediante la fe en Cristo. Nunca tiene que ser repetido porque esto es un evento no repetible. Cuando nosotros estamos unidos a Cristo, tenemos una justicia y una posición santa delante de Dios. Nosotros estamos "en Cristo." Nosotros tenemos una unión vital en Él. Nosotros disfrutamos de una relación correcta con Dios por la obra terminada de Cristo en la cruz. Cristo es la base de nuestra aceptación perfecta con Dios (2 Cor. 5:21).

Dios nos ha vestido con la justicia perfecta de Jesucristo. Él es la base de nuestra aceptación con Dios.

Godet dijo: "Esto es el acto de la gracia que Dios quita la condenación pronunciada sobre el pecador, y lo coloca relativamente a él, como un creyente, en la posición de un hombre justo. La posibilidad de un acto tan Divino es debido a la muerte y resurrección de Cristo." Su muerte es el fundamento de todo lo que Dios hace por el pecador.

El apóstol Pablo nos dice en 2 Corintios 5:12 que nosotros a través de la muerte expiatoria de Cristo somos declarados justos delante de Dios. Esta "justificación de Dios en Cristo es la cualidad, la cual es nuestra cuando Dios libera al creyente, basado en la muerte final y única de Cristo (Rom.4: 22-25). Dios libera al creyente por la causa de Cristo, no nuestra.

Esta justicia, como la justificación, es siempre retórica. Dios es el juez, y debemos estar delante de Él. Nosotros sólo podemos declararnos culpables porque somos culpables. Dios trató a Jesús Cristo como si Él era el pecador culpable, y trata al pecador que cree, como si él o ella fueran justos. Cristo no mereció la maldición; Nosotros si. La justicia atribuida de Cristo al pecador es una demostración de la sabiduría de Dios. Esto es una demostración de Su justicia, Su misericordia, Su gracia, Su amor y Su poder como nunca entraría en la mente de los hombres. Es una manifestación, "Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres" (I Cor. 1:25).

La cruz y la resurrección es el poder de Dios para la salvación. Gloriémonos en la cruz de Jesucristo y la gracia de salvación de Dios.

Debido a nuestra posición correcta con Dios es Su obra, sólo Él puede obtener toda la gloria. Dios pronuncia el veredicto basándose en si hemos aceptado o negado a Jesucristo como nuestro Salvador. El hombre no puede satisfacer al juez a menos que él sea justo. No se puede negar el hecho de que ningún hombre es justo ante Dios. Ningún hombre puede producir la justicia que Dios requiere. Tiene que ser dado a él si el pecador la recibe. Bajo estas circunstancias, su fe le es contada por justicia (Romanos 3:23; Gál. 3:26). Cristo mismo se convierte en la justicia que necesitamos (2 Cor. 5:21). Dios el Justo Juez nos ve no como nosotros estamos en nuestros pecados, sino en Cristo. Él es nuestra posición perfecta delante de Dios. Es sólo la justicia de Cristo que puede satisfacer la demanda perfecta de la ley de Dios.

Cristo es nuestra justicia, ninguna otra demanda satisface a Dios.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin


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