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Sunday, March 9, 2008

UNA DEMORA PRESUNTUOSA Y NEGLIGENTE

UNA DEMORA PRESUNTUOSA Y NEGLIGENTE

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. (Apoc. 16: 15).

El mal siervo dice en su corazón: "Mi señor se tarda en venir". No dice que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de su segunda venida. Pero en su corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda. Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. . . Se asocia con el mundo. . . Es una asimilación temible. Juntamente con el mundo, queda entrampado.

"Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti" (Apoc. 3: 3). El advenimiento de Cristo sorprenderá a los falsos maestros. Están diciendo: "Paz y seguridad". Como los sacerdotes y doctores antes de la caída de Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de prosperidad terrenal y gloria. Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto. Pero, ¿qué dice la Palabra inspirada? "Vendrá sobre ellos destrucción repentina" (1 Tes. 5: 3). El día de Dios vendrá como ladrón sobre todos los que moran en la faz de la tierra, que hacen de este mundo su hogar. . .

El mundo, lleno de orgías, de placeres impíos, está dormido en la seguridad carnal. Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: "Todas las cosas permanecen así como desde el principio" (2 Ped. 3: 4). "Será el día de mañana como éste, o mucho más excelente" (Isa. 56: 12). Nos hundiremos aun más en el amor a los deleites. Pero Cristo dice: "He aquí, yo vengo como ladrón" (Apoc. 16: 15). En el mismo tiempo en que el mundo pregunta con desprecio: "¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" (2 Pedro 3: 4) se están cumpliendo las señales. Mientras claman: "Paz y seguridad" se acerca la destrucción repentina. Cuando el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; cuando la rutina del trabajo en las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo sin consideración a los principios; cuando los estudiantes procuran ávidamente conocerlo todo menos la Biblia, Cristo viene como ladrón.

Maranatha, Ellen G. White, p.32.