 |  AP Habitantes de Texas tienen saturados los servicios de emergencia. |
14 de Septiembre de 2008
 | 'Lo peor no sucedió' |
 | Continúan los rescates |
| A importar pretróleo |
 | Prepárate para los Huracanes |
HOUSTON - El huracán Ike causó daños considerables en Texas, aunque "no sucedió lo peor", indicaron las autoridades el sábado, pese a que 24 horas después de la llegada de los primeros vientos a esas costas no se dispone de un balance de víctimas.
Ayuda por Univision y la Cruz Roja
"El peor escenario que se había proyectado en algunas áreas no ocurrió, particularmente en el canal Houston", declaró el gobernador de Texas, Rick Perry. "Pero hubo muchos daños en otras partes".
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El secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, declaró que informaciones iniciales daban cuenta de algunos muertos.
"Hemos recibido unas primeras informaciones que dan cuenta de algunos muertos (...) pero el balance podría aumentar en las próximas horas, particularmente entre las personas que no evacuaron la zona", declaró el secretario.
En Houston, las cadenas de televisión mostraban el rascacielos más alto de la ciudad en el que habían estallado numerosas de sus ventanas.
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El huracán podría haber provocado daños por entre $8 mil y $18 mil millones, señaló la empresa privada Eqecat, sobre la base de modelos matemáticos.
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"Nuestra administración actuó rápidamente", asegura un comunicado leído por Bush por televisión, en el que explica que había levantado algunas restricciones para "facilitar las importaciones" de gasolina para que pueda "llegar al mercado".
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Su rival republicano, John McCain, que dijo temer "importantes pérdidas de vidas humanas", dedicó sus oraciones a las víctimas y expresó su inquietud por el alza del precio de la gasolina.
Gavelston, una pequeña ciudad balnearia, ubicada en una isla entre una laguna y el Golfo de México, con 58 mil habitantes, fue golpeada de pleno por vientos de más de 110 millas por hora, y permanece sin electricidad desde el viernes porque la crecida del agua del mar mezclada con el lodo invadió sus calles.
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La alcaldesa de Galveston, Lyda Ann Thomas, ordenó un toque de queda desde el anochecer al amanecer vigente desde el viernes hasta el lunes. Las autoridades del balneario temían descubrir numerosas víctimas conforme los bomberos se adentren en la ciudad.
"Esto resultó fácil hasta ahora", declaró un bombero refugiado en el hotel más sólido de la ciudad. "Pero juntar los cuerpos será harina de otro costal, visto el número de llamados que recibimos ayer [viernes], cuando no podíamos ir a ninguna parte".
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