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Monday, July 13, 2009

En el Umbral de la Eternidad


Autor: Ron Spear


¿Será usted encontrado entre los redimidos cuando se acabe el tiempo?


Estamos ahora en el umbral de la hora más importante de la historia de la gran controversia.

“Estamos en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Las profecías se están cumpliendo. La historia, extraña y llena de sucesos, está registrándose en los libros del cielo. Todo en nuestro mundo está en agitación. Hay guerras y rumores de guerras. Las naciones están airadas, y ha llegado el tiempo en que deben ser juzados los muertos. Los acontecimientos están caminando para traer el día de Dios, que se apresura grandemente. Queda, por así decirlo, solamente un momento de tiempo. Pero aunque ya se levanta nación contra nación, y reino contra reino, no hay todavía conflagración general. Todavía los cuatro vientos son retenidos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes. Entonces las potencias de la tierra ordenarán sus fuerzas para la última gran batalla.” Joyas de los estimonios, tomo 2, pág. 369.

Historia extraña y llena de sucesos está siendo registrada. Todo en nuestro mundo está en agitación; las naciones están airadas. Los acontecimientos están cambiando en nuestro mundo a diario para traer el día de Dios, que se apresura grandemente. Dios nos dice que cuando esos acontecimientos estén a punto de abrumar al mundo y a la iglesia, sólo quedará un momento de tiempo.

Se nos dice que no hay todavía una conflagración general, lo cual implica que pronto habrá una guerra que pondrá fin a todas las guerras—el Arma- gedón.

El Olvido de la Iglesia

A la luz de la gran evidencia del fin de todas las cosas y la venida de nuestro Señor, ¿nos hemos olvidado de la apostasía—la historia de la iglesia antigua? Pronto tendremos que enfrentar nuestro olvido—nuestra apostasía.

Dios nos ha hablado claramente a través de sus profetas:

“¡Es una verdad solemne y terrible la de que muchos que han sido celosos en la proclamación del mensaje del tercer ángel se están volviendo ahora apáticos e indiferentes! La línea de separación entre los mundanos y muchos profesos cristianos casi no puede distinguirse. Muchos que una vez fueron fervientes adventistas se están conformando al mundo—a sus prácticas, sus costumbres, su egoísmo. En lugar de llevar al mundo a rendirle obediencia a la ley de Dios, la iglesia se está uniendo más y más con el mundo en la transgresión. A diario, la iglesia se está convirtiendo al mundo. ¡Cuántos cristianos profesos son esclavos de Mamón! Su complacencia del apetito, su gasto extravagante de dinero para complacencias egoístas, deshnora a Dios en gran manera.

“Y a causa de su falta de celo por la promulgación del mensaje del tercer ángel, muchos otros, aunque no apa- renten estar viviendo en transgresión, no obstante, están prestando su influencia al bando de Satanás tan ciertamente como lo están aquellos que pecan abiertamente en contra de Dios. Multituded están pereciendo; ¡pero cuán pocos sienten una carga por esas almas! Existe un estupor, una parálisis, sobre muchos entre el pueblo de Dios, que les impide comprender el deber de la hora.” Testimonies, tomo 8, págs. 118–119.

Una Advertencia Divina para Laodicea

“La advertencia para la última iglesia también debe proclamarse a todos los que aseveran ser cristianos. El mensaje laodicense, como una aguda espada de dos filos, debe ir a todas las iglesias: ‘Yo sé tus obras, que ni eres frío ni caliente, ¡Ojalá fueses frío o caliente? Así por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. Porque dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y corrijo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arepiéntete.’ Apocalipsis 3:15–19. Proclamar este mensaje es nuestra obra. ¿Estamos haciendo todo el esfuerzo para que las iglesias sean advertidas?” Testimonies, tomo 6, pág. 77.

“La advertencia para la última iglesia también debe proclamarse a todos los que ase- veran ser cristianos. El mensaje laodicense, como una aguda espada de dos filos, debe ir a todas las iglesias.”

Los que se encuentran en la condición laodicense—ya sean líderes, pastores, o laicos—están en una condición de ceguera espiritual. Cuando estamos ciegos espiritualmente, nos caracterizamos por la falta de memoria y el confiar en la falsedad: “Esta es tu suerte, la porción que yo he medido para ti, dice jehová, porque te olvidaste de mí y confiaste en la falsedad.” Jeremías 13:25.

“El mensaje a la iglesia de Laodicea es una denuncia sorprendente y se aplica al actual pueblo de Dios....El Señor nos muestra aquí que el mensaje que deben dar a su pueblo los ministros que él ha llamado para que amonesten a la gente no es un mensaje de paz y seguridad. No es meramente teórico, sino práctico en todo detalle. En el mensaje a los laodicenses, los hijos de Dios son presentados en una posición de seguridad carnal. Están tranquilos, creyéndose en una exaltada condición de progreso espiritual. ‘Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo.’

“¡Qué mayor engaño puede penetrar en las mentes humanas que la confianza de que en ellos todo está bien cuando todo anda mal! El mensaje del Testigo Fiel encuentra al pueblo de Dios sumido en un triste engaño, aunque crea sinceramente dicho engaño. No sabe que su condición es deplora- ble a la vista de Dios.” Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 327.

¡Despertad! Tomad Vuestra Posición!

Estamos ahora en el gran despertar prometido por Dios a sus feligreses fieles:

“Nos entristecemos al ver en muchos lugares tanto que ha sido dejado sin hacer que debiera realizarse. Pero el Señor usará para efectuar su obra medios que ahora no vemos. Levantará de entre la llamada gente común, hombres y mujeres para llevar a cabo su obra, al igual que en la antigüedad llamó a pescadores para ser sus discípulos. Pronto habrá un despertar que sorprenderá a muchos. Los que no se dan cuenta de la necesidad de lo que ha de realizarse, serán pasados por alto, y los mensajeros celestiales trabajarán con los que son llamados la gente común, preparándolos para llevar la verdad a muchos lugares. Ahora es el tiempo para que depertemos y hagamos lo que podamos.” Manuscript Releases, tomo 15, págs. 312–313.

“Pronto habrá un despertar que sorprenderá a muchos. Los que no se dan cuenta de la necesidad de lo que ha de realizarse, serán pasados por alto”.

Dios está ahora preparándose para guiar a su ejército para la la última batalla entre Cristo y Satanás:

“Vi en visión dos ejércitos empeñados en terrible conflicto. Una hueste iba guiada por banderas que llevaban la insignia del mundo; la otra, por el estandarte teñido en sangre del Príncipe Emmanuel. Estandarte tras estandarte quedaba arrastrando en el polvo, mientras que una compañía tras otra del ejército del Señor se unía al enemigo, y tribu tras tribu de las filas del enemigo se unía con el pueblo de Dios observador de los mandamientos. Un ángel que volaba por el medio del cielo puso el estandarte de Emmanuel en muchas manos, mientras que un poderoso general clamaba con voz fuerte: ‘Acudid a las filas. Ocupen sus posiciones ahora los que son leales a los mandamientos de Dios y al testimonio de Cristo. Salid de entre ellos y separaos, y no toquéis lo inmundo, que yo os recibiré, y os seré por Padre y me seréis por hijos e hijas. Acudan todos los que quieran en auxilio de Jehová, an auxilio de Jehová contra los poderosos.’ 2 Corintios 6: 17–18. Jueces 5:23.” Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 224.

Nuestra Condición Actual

“ ‘Recuerdza por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto a ti, quitaré tú candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.’ (Apoc. 2:5.)

“¡Oh, cuán pocos conocen el tiempo de su visitación! ¡Cuán pocos, aun entre los que aseveran creer la verdad presente, comprenden las señales de los tiempos, o lo que hemos de experimentar antes del fin! Somos hoy objeto de la tolerancia de Dios; ¿pero cuánto tiempo continuarán los ángeles de Dios reteniendo los vientos para que no soplen?

“No obstante la indecible misericordia de Dios hacia nosotros, ¡cuán pocos hay en nuestras iglesias que sean verdaeramente humildes, consagrados y temerosos siervos de Dios! ¡Cuán pocos corazones están llenos de gratitud porque han sido honrados y llamados a hacer algo en la obra de Dios y a participar de los sufrimientos de Cristo!

“Hoy muchísimos de los que componen nuestras congregaciones están muertos en delitos y pecados. Van y vienen como la puerta sobre sus goznes. Durante años han escuchado complacientemente las verdades más solemnes y conmovedoras del alma, pero no las han puesto en práctica. Por lo tanto, son menos y menos sensibles a la preciosidad de la verdad. Los testimonios conmovedores de reproche y amonestación ya no despiertan arrepentimiento en ellos. Las melodías más dulces que provienen de Dios a través de los labios humanos—la justificación por la fe y la justicia de Cristo,— no les arrancan una respuesta de amor y gratitud. Aunque el Mercader celestial despliega delante de ellos las más ricas joyas de la fe y el amor, aunque los invita a comprar de él ‘oro afinado en fuego’ y ‘vestiduras blancas’ a fin de que sean vestidos, y ‘colirio’ a fin de que vean, endurecen sus corazones contra él, y no cambian su tibieza por el amor y el celo. Aunque profesan tener piedad, niegan el poder de ella. Si continúan en este estado, Dios los rechazará. Se están incapacitando para ser miembros de su familia.” Joyas de los Testimonios, tomo 3, págs. 59–60.

El Zarandeo del Adventismo

Solamente unos pocos están llorando entre la entrada y el altar a causa de las abominaciones que existen ahora en el mundo y en la iglesia remanente. La mayoría se están levantando en contra del testimonio directo que Dios ordena que se dé en esta hora de crisis.

“De cuando en cuando Jesús envia- ba un rayo de luz a los que angustiosamente oraban, para iluminar su rostro y alentar su corazón. Vi que algunos no participaban en esta obra de acongojada demanda, sino que se mostraban indiferentes y negligentes, sin cuidarse de resistir a las tinieblas que los envolvían, y éstas los encerraban como una nube densa. Los ángeles de Dios se apartaron de ellos y acudieron en auxilio de los que anhelosamente oraban. Vi ángeles de Dios que se apresuraban a auxiliar a cuantos se empeñaban en resistir con todas sus fuerzas a los ángeles malos y procuraban ayudarse a sí mismos invocando perseverantemente a Dios. Pero nada hicieron sus ángeles por quienes no procuraban ayudarse a sí mismos, y los perdí de vista.

“Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto, y se me mostró que lo motivaría el testimonio directo que exige el consejo que el Testigo fiel dió a la iglesia de Laodicea. Moverá este consejo el corazón de quien lo reciba y le inducirá a exaltar el estandarte y a difundir la recta verdad. Algunos no soportarán este testimonio directo, sino que se levantarán contra él, y esto es lo que causará un zarandeo en el pueblo de Dios.

“Vi que el testimonio del Testigo fiel había sido eschuchado tan sólo a medias. El solemne testimonio del cual depende el destino de la iglesia se tuvo en poca estima, cuando no se lo menospreció por completo. Ese testimonio ha de mover a profundo arrepentimiento. Todos los que lo reciban sinceramente lo obedecerán y quedarán purificados.” Primeros Escritos, pág. 270.

“El solemne testimonio del cual depende el destino de la iglesia se tuvo en poca estima, cuando no se lo menospreció por completo.”

Estamos Siendo Probados

“Dios conduce a su pueblo paso a paso. Coloca a sus seguidores en dife- rentes situaciones a fin de que se manifieste lo que hay en el corazón. Algunos soportan ciertas pruebas, pero fracasan en otras. A medida que se avanza en este proceso, el corazón es probado un poco más severamente. Si los que profesan ser hijos de Dios, encuentran que su corazón se opone a esta obra directa, deben convencerse de que tienen que hacer algo para vencer, si no quieren ser vomitados de la boca del Señor. Dijo el ángel: ‘Dios irá probando cada vez más de cerca a cada uno de sus hijos.’ Algunos están dispuestos a aceptar un punto; pero cuando Dios los prueba en otro, lo rehuyen y retroceden, porque hiere directamente algún ídolo suyo. Así tienen oportunidad de ver lo que hay en su corazón que los aísla de Jesús. Hay algo que aprecian más que la verdad y su corazón no está preparado para recibir a Jesús. Los individuos son probados durante cierto tiempo para ver si quieren sacrificar sus ídolos y escuchar el consejo del Testigo fiel. Si alguno no quiere ser purificado por la obediencia de la verdad, y vencer su egoísmo, su orgullo y malas pasiones, los ángeles de Dios reciben este encargo: ‘Se han unido a sus ídolos, dejadlos,’ véase Oseas 4:17 y prosiguen con su obra, dejando en manos de los ángeles malos a aquellos que no han subyugado sus rasgos pecaminosos. Los que resisten en cada punto, que soportan cada prueba y vencen, a cualquier precio que sea, han escuchado el consejo del Testigo fiel y recibirán la lluvia tardía, y estarán preparados para la traslación.” Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 65.

Al terminar este importante estudio, pregunto: ¿Cuántos sobrevivirán la última prueba?—¿podrá usted?

“Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, habríamos llegado a ser como Sodoma, y semejantes a Gomorra.” Isaías 1:9.

Amigo, no rehuya ni resista la obra refinadora de Dios en su vida. ¿Le ha revelado él algún ídolo acariciado? ¡Por favor, renuncie a él hoy! A través del poder de sus promesas, Dios lo capacitará para “resistir en cada punto, soportar cada prueba y vencer”.

Estamos verdadermente en el umbral de la eternidad. Comprometámonos a ser vencedores y a encontrarnos alrededor del árbol de la vida cuando el tiempo y la eternidad se encuentren.

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Source: http://www.hopeint.org/nuestro_firme_fundamento/Junio_2004/en_el_umbral_de_la_eternidad.html
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