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Tuesday, July 7, 2009

Los Enemigos Más Encarnizados


Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. (Mat. 24: 10).


Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron creer en el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe e irán a engrosar las filas de la oposición. Uniéndose con el mundo y participando de su espíritu, llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; así que cuando llegue la hora de prueba estarán preparados para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad. Hombres de talento y de elocuencia, que se gozaron un día en la verdad, emplearán sus facultades para seducir y descarriar almas. Se convertirán en los enemigos más encarnizados de sus hermanos de antaño. Cuando los observadores del sábado sean llevados ante los tribunales para responder por su fe, estos apóstatas serán los agentes más activos de Satanás para calumniarlos, y acusarlos y para incitar a los magistrados contra ellos por medio de falsos informes e insinuaciones.

El tiempo de angustia que espera al pueblo de Dios requerirá una fe inquebrantable. Sus hijos deberán dejar manifiesto que él es el único objeto de su adoración, y que por ninguna consideración, ni siquiera de la vida misma, pueden ser inducidos a hacer la menor concesión a un culto falso.

En aquel tiempo el oro quedará separado de la escoria... Más de una estrella que hemos admirado por su brillo se apagará entonces en las tinieblas. Los que hayan asumido los atavíos del santuario, pero no estén revestidos de la justicia de Cristo, se verán en la vergüenza de su propia desnudez.

Entre los habitantes de la tierra hay, dispersos en todo país, quienes no han doblado la rodilla ante Baal. Como las estrellas del cielo, que sólo se ven de noche, estos fieles brillarán cuando las tinieblas cubran la tierra y densa oscuridad los pueblos. En la hora de la más profunda apostasía, cuando se esté realizando el supremo esfuerzo de Satanás para que "todos. . . pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos" (Apoc. 13: 16) reciban, so pena de muerte, la señal de lealtad a un falso día de reposo, estos fieles. . . resplandecerán "como luminares en el mundo" (Fil. 2: 15). Cuanto más oscura sea la noche, mayor será el esplendor con que brillarán.
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Maranata, E. G. White, p.194.
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