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Friday, December 11, 2009

LOS NOMBRES DEL COMANDANTE MARCOS


LOS NOMBRES DEL COMANDANTE MARCOS
Publicado el 19/Febrero/1995 00:00

Quito. 19.02.95. Sin duda existe una racionalidad política detrás
de la orden de captura dictada en contra del Comandante Marcos.
La crisis financiera del modelo neoliberal mexicano fue superada
solo gracias a créditos norteamericanos. Una gigantesca ayuda
exigía una compensación política. Los negocios son los negocios.

Pero el PRI. En los primeros días, la compensación fue a su
imagen y semejanza. Una masiva movilización militar en contra
del EZLN, bajo el pretexto de que no había descubierto la
identidad del Comandante Marcos que por ese solo hecho pasaba de
interlocutor político a delincuente.

La maniobra era demasiado burda y el Sr. Zedillo debió dar marcha
atrás para intentar una mejor estrategia. Así, al mismo tiempo
se detiene la movilización de tropas replantea el diálogo con los
zapatistas, creando una apariencia de modernización y
pluralismo, se postula una ley de amnistía para los zapatistas
que abandonen las armas. Se pretende dar una legitimidad
política a una ulterior ofensiva contra el EZLN y el Comandante
Marcos.

Una maniobra más refinada, al gusto del paladar de Bill Clinton.
Más primera y burda estrategia es una joya preciosa para una
visión cultural del poder mexicano. Así, en la orden de prisión
contra Marcos, más allá del juego político, entraron en juego
otros niveles. En primer lugar, una racionalidad burocrática y
leguleya sui generis. En efecto, resulta ridículo que la orden
de detención que haya dictado más de un año después de la
insurrección zapatista y la aparición pública del Comandante
Marcos, solo cuando se pretende haber descubierto su identidad
oficial. Y es que en la concepción legal del poder no se puede
dictar orden judicial a un nombre imaginario. Era necesario que
la boleta de detención tengan un nombre oficial que conste en los
registros del Estado. Un nombre completo: Rafael Sebastian
Guillén Vicente.

Un nombre, una partida de nacimiento, una ficha. Se sabe para el
Estado solo somos una cédula de identidad. Focault ha señalado
los diferentes órdenes de la microfísica del poder que
configuran la identidad individual; el record policial, la
libreta militar, la ficha escolar, la ficha médica, Rafael
Sebastian Guillén Vicente, (alias Comandante Marcos) profesor
universitario de 38 años, estudiante de colegio jesuita, graduado
en Filosofía y nacido en el Puerto de Tampico, es ahora el
expediente policial -el único que tiene el estado sobre los
individuos del líder zapatista. En ese saber policial, el nombre
popular, mítico y legendario, es ahora un "alias", el nombre que
el Estado reserva a los delincuentes.

LOS TRES NOMBRES DEL GATO

Empero, hay otra racionalidad que el Estado pretende manipular
políticamente para derrotar a la guerrilla zapatista y a su
inmensa influencia sobre amplias capas del pueblo. Es una
racionalidad mítica, enraízada en las profundidades del
subconsciente de México. Con el descubrimiento de la supuesta
identidad oficial y, sobre todo, del rostro del Comandante
Marcos, el Gobierno cree haber liquidado el nombre simbólico y
mítico del lider guerrillero y su fuerza magnética en el
imaginario popular.

El "pasamontañas" la máscara- es en primer lugar un ocultamiento
de la identidad individual. Esa no-identidad, se convierte en
identidad genérica. Ese signo gregario es a la vez un símbolo de
combate y un símbolo lúdico, una representación de la fiesta y
una imagen de la guerra. Es Eros y Tanatos: la máscara del
carnaval que permite la fusión indiferenciada, la orgía; la
capucha de la guerra civil que impide la identificación del
combatiente por el poder. De esa manera, el signo particular
deviene en símbolo universal.

Los mexicanos aman la máscara. Mediante el artificio de mostrar
el rostro de Rafael Sebastian Guillén Vicente el Gobierno
pretende urtarle la máscara al Comandante Marcos. Cuando el
"Santo" está a punto de ser derrotado, el rival pierde las
proporciones y pretende quitarle la máscara. Es entonces que el
"Santo", con el apoyo del público, saca fuerzas de flaqueza y
derrota al rival. Perder la máscara sería para el "Santo"
literalmente la muerte. El gobierno pretende liquidar al
"pasamontañas" del imaginario popular mexicano.

Pero, ese signo universal, de pronto tiene un nombre: Marcos. Un
nombre sin apellido. En la identidad oficial, el nombre es
genérico: el apellido lo individualiza. En la intimidad, en
cambio, el nombre es lo más personal. El "pasamontañas" llamado
Marcos. El símbolo universal de la fiesta y la guerra, deviene
así en un nombre íntimo, familiar que todos los hombres
pronuncian como suyo. Intimidad e historia se funden así en un
solo lenguaje.

Es un bello poema: S. Elliot hablaba de que el gato tiene tres
nombres. El primero, el genérico; el segundo, el familiar, el
tercero "aquel que solo el gato sabe". La guerrilla zapatista
invierte a Elliot; habrán varios nombres estilo Rafael Sebastián
Guillén Vicente. Pero, el tercer nombre, "aquel que todo el
pueblo sabe" es, sin duda, Comandante Marcos. Con pasamontañas,
en el más allá metafísico el otro nombre "aquel que solo Marcos
sabe". (9B)

Hora GMT: // - 19:00 Fuente: DIARIO HOY Ciudad N/D Autor: ALEJANDRO MOREANO