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Thursday, October 7, 2010

Corrupción en policía puertorriqueña tiene raíces profundas


San Juan, 7 oct (PL) La corrupción en la policía puertorriqueña tiene raíces muy profundas, por lo que los intentos por erradicarla parece una batalla perdida en una gigantesca estructura de 18 mil agentes, estiman hoy diversas fuentes.

El analista y dirigente político Julio Muriente considera que la descomposición del cuerpo armado, en las últimas semanas marcado por muertes inexplicables que ponen en entredicho la conducta de sus uniformados, responde a que "el negocio de la droga" domina la vida puertorriqueña en diversos estratos sociales.

Este miércoles, agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) enviados por Washington arrestaron aquí a 133 personas, de ellas 90 miembros de la policía y las fuerzas armadas.

"En el país hay una economía de las drogas y mientras se maneje como un asunto punitivo, el problema no se resolverá", advirtió Muriente, también dirigente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH).

El político se quejó de que el secretario estadounidense de Justicia, Eric Holder, "montara un espectáculo" en Washington al anunciar el operativo, para el cual el FBI trajo a la isla a 750 agentes, porque la responsabilidad de las fronteras aéreas y marítimas corresponde al país del norte.

"Esta es una narco-colonia que nada tiene que envidiar a Colombia o a México, sólo que quien controla la entrada y salida de la gente y los embarques es Estados Unidos, responsable por tanto de la situación en que está Puerto Rico", expresó.

El abogado Luis Abreu Elías recordó, por su parte, que en los últimos años 24 personas fueron asesinadas por la policía, y que solo uno de esos casos llegó a los tribunales porque quedó grabado en vídeo por un ciudadano que presenció el crimen.

Apuntó que desde la década de los 70 del siglo pasado los agentes policiales han actuado "por la libre" en el país, época en que también se cometieron asesinatos políticos contra luchadores por la independencia de Puerto Rico, como los de Santiago "Chagui" Mari Pesquera y Carlos Muñiz Varela, todavía impunes.

El ex superintendente de la policía Miguel Pereira aprovechó los arrestos realizado por el FBI para insistir en la necesidad de dar un nuevo enfoque a la lucha contra las drogas, para despojar a los usuarios de un manto "punitivo y verlos como víctimas, como enfermos".

Pereira es partidario de que el Estado medique a los usuarios de estupefacientes para terminar con el "mercado" que genera el consumo. Añadió que la estructura de la policía es muy difícil de controlar, por lo que abogó por su reducción y un cambio en los métodos de combatir la delincuencia en el país.

"Con menos policías y más calidad se pueden lograr avances significativos", dijo Pereira, un veterano abogado que fuera fiscal federal en Estados Unidos.

Otro antiguo jefe de la policía de Puerto Rico, el ex agente del FBI Pedro Toledo, reconoció que el operativo realizado este miércoles "es un golpe" que mancha la labor positiva de la mayoría de los integrantes del cuerpo armado.

"Hay que combatir la corrupción como se hizo en el pasado", abogó Toledo.

La realidad, según la catedrática Palmira Ríos, es que muy poco cambia en la policía después de estas redadas para desmontar la corrupción interna con ramificaciones en el crimen organizado.

"Nunca se han seguido las recomendaciones realizadas para mejorar el desempeño de los agentes y evitar la corrupción y la violaciones a los derechos de los detenidos", añadió la ex directora de la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico.

Ríos refirió que por décadas los policías han abusado de sectores marginados y han "criminalizado" a los inmigrantes dominicanos en la isla, contra los que cometen frecuentes abusos.

La catedrática de la Universidad de Puerto Rico (UPR) considera que la isla se ha convertido en "un narco-estado", pues el negocio de las drogas ha penetrado muchas esferas de la sociedad puertorriqueña y predomina en la esfera económica.

En los últimos nueve años los agentes del FBI han realizado redadas en Puerto Rico para desarticular la corrupción policial, pero el problema parece insoluble a juzgar por la monumental redada que ha llevado al banquillo de los acusados a 61 policías estatales y 16 municipales, además de varios ex agentes.

Entre los detenidos en esta oportunidad, 12 forman parte de la Unidad de Operaciones Tácticas (UOT), la temida "fuerza de choque" que fue utilizada contra los estudiantes en la pasada huelga en la UPR, y que ha sido señalada por violaciones a los derechos civiles en las manifestaciones.

A lo largo de cuatro décadas, altos mandos de la policía se han involucrado en actividades criminales con cierta impunidad, aunque periódicamente se realizan estas batidas sin que a la larga se produzca una verdadera depuración del cuerpo armado, en opinión generalizada de los analistas.

El jefe del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, reveló que entre los agentes detenidos el miércoles hay uno que confesó haber cometido un asesinato y enterrado en cal el cuerpo de su víctima para su desintegración.

a pesar del operativo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que en la víspera llevó a prisión a 90 uniformados de un total de 133 personas arrestadas.

et/nrm

Modificado el ( jueves, 07 de octubre de 2010 )
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