Expertos afirman que el seguro no es un gasto, sino una prioridad, y una inversión.
Laura Peña Izquierdo Especial para LISTÍN DIARIO
Santo Domingo
Es imposible que estemos 100% preparados para una catástrofe de la magnitud de un terremoto. Pero lo cierto es que podemos prepararnos para que el impacto de nuestro patrimonio no sea devastador.
Luego de las desgarradoras imágenes del terremoto de Japón, Haití, y de Chile, una se pregunta el porqué de la costumbre de poner candado después que roban.
Pensamos que somos la excepción y ojalá que así sea, pero de todas maneras hay que prepararse.
Como parte del sector asegurador, nos recae la tarea de comunicar, advertir y asesorar en materia de seguros y su importancia como medio de protección social. El seguro es la transferencia de un riesgo o peligro a manos de la aseguradora, a cambio de un precio o prima.
En el país la prima per cápita de seguros es de apenas US$59 ,una de las menores de la región. Comparando ese per cápita con el de Panamá que es de US$245, con 3.4 millones de habitantes y sin riesgos catastróficos como este país, el volumen de primas totales allí es de US$847 millones, mientras en la nación es de US$644 millones.
Estos valores representan el 3.5% del PIB para Panamá y de 1.4% RD, por debajo del promedio de la región que es superior al 2%.
Si bien e cierto que el relativo bajo ingreso familiar de una parte importante de nuestra población limita la capacidad de compra de cobertura ante necesidades consideradas prioritarias, fenómeno similar al de otros países latinoamericanos. Sin embargo, una buena parte con poder adquisitivo no cuenta con un seguro para amparar sus bienes.
¿Es que no hemos sabido transmitir la importancia del seguro en nuestro país? Será, que confiamos en el Chapulín Colorado que venga a rescatarnos y a traernos una funda de dinero para reconstruir el país, si es que nos toca? No podemos dejar a la suerte lo que tantos años nos ha tomado construir o adquirir con esfuerzo, trabajo y sacrificio.
Laura Peña Izquierdo Especial para LISTÍN DIARIO
Santo Domingo
Es imposible que estemos 100% preparados para una catástrofe de la magnitud de un terremoto. Pero lo cierto es que podemos prepararnos para que el impacto de nuestro patrimonio no sea devastador.
Luego de las desgarradoras imágenes del terremoto de Japón, Haití, y de Chile, una se pregunta el porqué de la costumbre de poner candado después que roban.
Pensamos que somos la excepción y ojalá que así sea, pero de todas maneras hay que prepararse.
Como parte del sector asegurador, nos recae la tarea de comunicar, advertir y asesorar en materia de seguros y su importancia como medio de protección social. El seguro es la transferencia de un riesgo o peligro a manos de la aseguradora, a cambio de un precio o prima.
En el país la prima per cápita de seguros es de apenas US$59 ,una de las menores de la región. Comparando ese per cápita con el de Panamá que es de US$245, con 3.4 millones de habitantes y sin riesgos catastróficos como este país, el volumen de primas totales allí es de US$847 millones, mientras en la nación es de US$644 millones.
Estos valores representan el 3.5% del PIB para Panamá y de 1.4% RD, por debajo del promedio de la región que es superior al 2%.
Si bien e cierto que el relativo bajo ingreso familiar de una parte importante de nuestra población limita la capacidad de compra de cobertura ante necesidades consideradas prioritarias, fenómeno similar al de otros países latinoamericanos. Sin embargo, una buena parte con poder adquisitivo no cuenta con un seguro para amparar sus bienes.
¿Es que no hemos sabido transmitir la importancia del seguro en nuestro país? Será, que confiamos en el Chapulín Colorado que venga a rescatarnos y a traernos una funda de dinero para reconstruir el país, si es que nos toca? No podemos dejar a la suerte lo que tantos años nos ha tomado construir o adquirir con esfuerzo, trabajo y sacrificio.
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