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Monday, July 4, 2011

Tony Blair: "La UE necesita un presidente elegido por sus ciudadanos"

David Aaronovich y James Harding The Times

4/07/2011 - 20:24


Está menos bronceado de lo habitual en él. Pero el exprimer ministro británico está delgado y en buena forma, gracias a un entrenamiento físico regular. Ha tenido que dejar el tenis, eso sí, debido a sus problemas de rodilla. Pero, a sus 58 años, y aunque ya no esté en la primera línea política, todavía quiere decirle al mundo lo que éste, en su opinión, desea escuchar.

Tiene planes para el futuro de la Unión Europea, para Oriente Medio y para el Laborismo. Y los explicó en una entrevista que ofreció con motivo de la publicación de la versión de bolsillo de su autobiografía.

Blair asegura que Europa necesita un presidente electo con un mandato democrático. Un líder capaz de llevar a cabo reformas drásticas y que haga ganar peso a los Estados miembros dentro del escenario mundial. El exprimer ministro advierte de que la Unión Europea corre el riesgo de ser derrotada por el poderío económico y militar de China y de otras economías emergentes, como pueden ser Brasil y la India.

El acuerdo popular con el que contaría un presidente directamente electo -que sería votado por más de 386 millones de personas de 27 países- aportaría a la Unión Europea un claro liderazgo y una gran autoridad en el escenario mundial, según Blair.

"El cargo representaría un sísmico progreso en los cincuenta años de historia de la Unión Europea", dice, y prepararía el terreno para drásticas reformas económicas, incluida la colaboración en políticas impositivas. Sin embargo, reconoce que su propuesta de un presidente "no tiene posibilidades de ser aceptada en la actualidad".

Cinco áreas de mejora

Blair propone cinco áreas en las que la UE debería trabajar para "hacernos más poderosos como unidad". Son las siguientes: política impositiva y una reforma fundamental del modelo social; que se complete el proceso del mercado único; la creación de una política energética común, así como de una política de defensa y unas políticas de inmigración y del crimen organizado también comunes a los Estados miembros.

"No tendremos el peso y la influencia que necesita un país como Reino Unido a no ser que también formemos parte de ese poder europeo", dice. "Europa tiene una oportunidad fantástica, pero sólo si está preparada para reformar y cambiar radicalmente la manera en la que funciona."

Actualmente, la figura más parecida a la que propone Blair es la del presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, que fue elegido por miembros gubernamentales de la UE. Irónicamente, Blair fue durante largo tiempo visto como un claro candidato a ocupar este cargo.

Pero la idea de un presidente electo directamente, aunque ha sido estudiada por políticos y académicos, nunca ha sido puesta sobre la mesa en ninguna de las negociaciones de tratados europeos.

Elegir a un presidente conseguiría que los ciudadanos europeos se sintiesen más cercanos a la Unión Europea, afirma. "Si se quiere debatir acerca de la dirección de Europa, se me hace muy difícil hacerlo sobre una base de amplitud europea a no ser que se tengan medios por los que la gente pueda elegir algo que sea en esencia ampliamente europeo".

Su propuesta supondría que un presidente tomase su lugar en el escenario del mundo para representar los intereses de la UE mientras al mismo tiempo presidiría sobre una alianza de naciones estado. Blair dice que es esencial para Europa que haya un liderazgo y una dirección fuertes y colectivas.

No se trata de que las instituciones de Bruselas adquieran más poder. "Lo crucial es que los Estados miembros entiendan que el único camino para obtener apoyo para la Europa actual no se encuentra sobre la base de una especie de trasnochada visión de posguerra de que la Unión Europea es necesaria para la paz. Para la generación de mis hijos, éste es un argumento ridículo. Ellos no lo ven como una amenaza real ni creen que las naciones europeas vayan a entrar en guerra unas contra otras. Pero lo que sí pueden entender fácilmente es que, en un mundo en el que en concreto China se va a convertir en la potencia dominante del siglo XXI, es de sentido común que estos países se agrupen para usar su peso colectivo con el objetivo de adquirir influencia. Y por eso lo más lógico para la Europa de nuestros días es centrarse en el poder, no en la paz".

Retos en Oriente Medio

Cambiemos de zona geográfica: el antiguo líder del Partido Laborista también considera que el éxito de la Primavera Árabe pende de un hilo y que Occidente debería preparar un importante y duradero paquete de ayudas económicas para los países que abracen la democracia. Y opina, además, que el régimen de Gadafi está desmoronándose, pero que los aliados se enfrentarán a una ardua tarea para reconstruir Libia.

¿Y cuál es la opinión de Blair acerca del Gobierno británico? En su obra autobiográfica, especialmente en su introducción, queda muy claro que ahora la reforma sigue siendo lo suyo tanto como lo fue anteriormente. Por ejemplo, al mismo tiempo que el Partido Laborista está causando tensiones dentro de la coalición por privatizar la Sanidad Pública Nacional (NHS), él escribe: "Cualquier forma de servicio sólo funcionará con eficacia si los pacientes tienen poder y los proveedores son diversos".

Así que, al observar la alineación política en Reino Unido, ¿no se pone del lado de David Cameron en vez de al lado del señor Miliband?

"Estoy del lado progresista de la política" , responde. "Yo siempre me preguntaré: ¿cómo habríamos de ayudar a aquellos que están abajo?, ¿cómo podemos ayudar a la gente con aspiraciones que quizá ahora no tenga mucho, pero que está dispuesta a trabajar duro? Éstas son las personas en las que me centro en primer lugar".

Dudas sobre el 'Blue Labour'

Pero, teniendo en cuenta esta orientación política, está de acuerdo en admitir que "sería grotesco" que discrepara cuando lo que él insiste en seguir llamando el "Gobierno conservador" continúa con su programa reformista.

El que fuese primer ministro británico durante una década tampoco duda en su escepticismo sobre el Blue Labour, una corriente en el pensamiento del partido que se ha dicho que está favorecida por la directiva, que sostiene que el Partido Laborista necesita volver a los valores tradicionales de la clase trabajadora y de la nación.

"Me preocuparía mucho", responde, "si estuviese satisfaciendo una nostalgia que sugiriera una empatía emocional con alguien cuando no se tiene una política para manejarla", afirma.

"El atractivo de un concepto como el de Blue Labour es que te permite decir que ahí fuera hay un grupo de votantes a los que de momento no podemos alcanzar, así que lo que deberíamos hacer realmente es establecer alguna empatía con su difícil situación. Pero creo que se les debería ofrecer siempre una vía de progreso hacia el futuro. La vía por la que gana el Partido Laborista, que pasa por estar a la vanguardia del futuro, por modernizarse. No ganará por un equivalente a laborista de cerveza caliente y solteronas montando en bici".


Fuente: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/era/espacial/llega/fin/elpepisoc/20110703elpepisoc_4/Tes

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