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Thursday, September 15, 2011

El FMI explicó su receta para salir de la crisis

Advierte que crecimiento mundial se está desacelerando

Por: Liliana Franco

Christine Lagarde, titular del FMI.
Finalmente y después de casi 4 años el Fondo Monetario Internacional encontró la receta para hacer frente a la crisis que atraviesan principalmente los países desarrollados con pronósticos recesión mundial.

La directora del organismo multilateral, Christine Lagarde alertó que "el panorama económico se ve gris y turbulento, a medida que se desacelera la actividad mundial y se intensifican los riesgos a la baja". Advirtió que el mundo ha "entrado en una nueva fase peligrosa de la crisis" y exhortó a una determinación colectiva porque sino "la confianza que el mundo tanto necesita no retornará" en su presentación en Washington en el Centro Woodrow Wilson. La titular del FMI advirtió que no es momento para "dar marcha atrás, ni para tomar medidas timoratas, ni simplemente para salir del paso" y reclamó que "es la hora de actuar". Oportuna fue la recomendación de la titular del FMI ya que un rato después se conoció el comunicado del Banco Nacional Suizo anunciando la decisión de los principales bancos centrales de dotar con fondos al mercado financiero despejando, al menos por el momento, uno de los factores de incertidumbre de los mercados.

Lagarde le confirió al FMI la función de "descubrir y dirigir la luz cuando el panorama es sombrío, y en arrojar luz sobre los problemas económicos fundamentales", aunque no se comprendió a qué se refería cuando sostuvo que el Fondo ¡también puede ayudar avivando las brasas de vez en cuando! Casi parecía una confesión de tinte marxista en el sentido de "agudizar las contradicciones" salvo que el FMI ahora se vaya a dedicar a cocinar a las brasas.

Volviendo al discurso de Madame Lagarde puso una tibia luz de esperanza cuando afirmo que "existe un camino hacia la recuperación sostenida, pese a que es mucho más angosto que antes y que sigue estrechándose". Para consolidar la recuperación llamó a tener "una firme voluntad política" en todo el mundo.

Reclamó por "liderazgos" y apeló a evitar "comportamientos arriesgados" (¿una advertencia a que Grecia no se le ocurra defaultear y salir del euro?). También sugirió la "cooperación en lugar de competencia" (aquí parece un mensaje enviado a los países Bric que ofrece ayudan a Europa pero por fuera del FMI) y exhortó por anticiparse a (¿los mercados?) cuando pidió "acciones en lugar de reacciones".

La titular del FMI anticipó cómo ve la evolución económica mundial, (un anticipo del Panorama Económico Mundial (WEO) que será difundido la semana que viene. En líneas generales, para el FMI "el crecimiento mundial continúa, pero está desacelerándose". Admitió que los países avanzados, en particular, están enfrentando un recuperación "anémica y accidentada, con niveles inaceptablemente altos de desempleo" para luego afirmar que"la crisis en la zona del euro se ha agudizado, las tensiones financieras están intensificándose". Hasta aquí, puede decirse que el diagnóstico no es nada nuevo.

Luego de este panorama Lagarde exhortó por tomar "medidas colectivas y enérgicas" ya que de no hacerse se corre el riesgo de que "las principales economías retrocedan en lugar de avanzar".

Cual una meteoróloga pronóstico que "mientras muchas economías avanzadas se enfrentan a estos fríos vientos en contra, muchos mercados emergentes soportan una ola de calor excesivo: presiones inflacionarias, fuerte crecimiento del crédito, aumentos de los déficits en cuenta corriente" (si bien no mencionó a ningún país son conocidos los problemas inflacionarios que enfrentan por ejemplo, China, Brasil, Argentina, por mencionar algunos)

Diagnóstico

La titular del organismo describió que el problema enfrenta el mundo que, si bien tiene tres causas diferentes, éstas están relacionadas y son: las presiones sobre el endeudamiento que socavan el crecimiento, la inestabilidad en el núcleo del sistema económico mundial y tensiones sociales.

Para el FMI, a corto plazo, en los países avanzados las presiones del endeudamiento "restan ímpetu a la recuperación" porque "el sistema sigue adoleciendo de un exceso de deuda". Esta situación genera incertidumbre sobre las "entidades soberanas de las diferentes economías avanzadas, los bancos en Europa y los hogares en Estados Unidos". Por culpa del mínimo nivel de crecimiento y la debilidad financiera de los gobiernos, las instituciones financieras y los hogares- esta situación "interactúan negativamente, y eso genera una crisis de confianza y reprime la demanda, la inversión y la creación de empleo" para admitir que esta situación se esta acelerando. "La verdad sea dicha, se ha visto exacerbado por la indecisión a la hora de tomar medidas y por la disfunción política".

Para el organismo multilateral lo anterior plantea un problema a más largo plazo que es el riesgo de inestabilidad. La interconexión que hoy tiene el mundo provoca que los problemas económicos que tiene un país puedan generar "repercusiones rápidas y poderosas en todo el mundo".

Advirtió que "dada la persistencia de los problemas de deuda, los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado significativamente".

El tercer factor que describió Lagarde es relativo a "las tensiones sociales" cuyas causas son varias:

· un nivel persistentemente alto de desempleo, sobre todo entre las generaciones jóvenes;
· una austeridad fiscal que está carcomiendo las protecciones sociales;
· la percepción de que la gente de "Wall Street" goza de más prioridad que la gente de la calle,
· y el legado de que el crecimiento en muchos países solo benefició predominantemente a las esferas más altas de la sociedad.
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Estos factores alimentan más la crisis de confianza, aseveró. Resulta extraño el diagnóstico que relata la titular del Fondo cuando lo descripto, en gran medida, es consecuencia de la implementación de los programas económicos que recomienda aplicar tanto la Unión Europea como el FMI a países como por ejemplo, Grecia, Irlanda, Portugal, entre otros.

La solución

Luego del descarnado diagnóstico sobre la situación mundial, la funcionaria ofreció al auditorio su visión de cómo solucionar estos dilemas.

A juicio de la titular del Fondo es necesario implementar cuatro políticas básicas para lograr la recuperación y alcanzar la estabilidad económica: "reparación, reforma, reequilibrio y reconstrucción, es decir, las 4 "R", aseveró.

La reparación, consiste en "aliviar algunas de las presiones sobre el endeudamiento que "amenazan con asfixiar la recuperación, en las entidades soberanas, en los hogares y en los bancos".

Para ello, el FMI propone: que los países avanzados apliquen planes creíbles a mediano plazo para estabilizar y reducir los coeficientes de endeudamiento público. Aunque advirtió, que una consolidación demasiado apresurada puede ser perjudicial para la recuperación y las perspectivas de empleo. Lagarde advirtió que es posible lograr este desafío aunque planteo que no existe una receta única. "Algunos no tienen más alternativa que reducir los déficits ahora, en especial si están soportando la presión de los mercados", explicó, "otros deben adherirse a sus planes de ajuste, pero deben estar listos para cambiar de curso si el crecimiento vuelve a trastabillar" y finalmente aceptó que "otros quizás estén avanzando con demasiado y podrían reducir un poco la marcha".

Lagarde efectúo una recomendación que, a esta altura de los acontecimientos, al menos suena extraña dijo: "no se trata solo de definir qué es lo que se ajusta, sino también cómo se realiza el ajuste". Y sugirió que las medidas de corto plazo que se apliquen, tengan en cuenta que" creen puestos de trabajo y activen el crecimiento" aunque no aclaró como se compatibiliza este consejo con la recomendación de reducir empleados públicos, por ejemplo, como se recomendó a varios países de la zona del Euro.

También apeló a que "los planes fiscales deben procurar estimular el crecimiento" haciendo referencia a la necesidad de "reformas tributaria" que amplíen la base impositiva. Aunque, se ocupo de dejar en claro que "son esenciales las reformas de los sistemas de prestaciones sociales" para la sostenibilidad de la deuda a largo plazo. Terminó este capitulo reclamando a los gobiernos que se ocupen de resolver el problema del endeudamiento tanto de los bancos como de los hogares.

La segunda R es la referida a la Reforma. Para el FMI la reforma consiste en sentar las bases para un futuro económico más estable. Para Lagarde es una prioridad reformar el sector financiero para que se contemplen normas más exigentes relativas a la calidad del capital y la liquidez. Reconoció que existen deficiencias en: la supervisión, los sistemas de resolución transfronteriza, las instituciones demasiado importantes para quebrar y los sistemas bancarios paralelos. Apelo en este sentido a la "cooperación internacional en todas las dimensiones para evitar el arbitraje regulatorio".

Respecto a instrumentos macroprudenciales frente a los riesgos financieros, sugirió que se obligue a los bancos a mantener mayores tenencias de capital en las épocas prósperas o a observar relaciones préstamos/valor máximas como resguardo frente a las burbujas de precios inmobiliarios. También anticipó que la "R" de reforma incluya la "dimensión social" siendo el empleo una prioridad como asimismo lograr que el crecimiento sea "inclusivo".

En tanto, la tercera "R" corresponde al reequilibrio. Y aquí aparece el verdadero pensamiento del FMI cuando sugiere "trasladar la demanda del sector público al sector privado", aunque admite que esto recién podrá hacerse cuando el sector privado este fortalecido.

El segundo tipo de reequilibrio consiste en lograr que la demanda mundial pase de los países con déficit externo a los países con superávit externo. En buen romance recomendó que los países emergentes hagan crecer sus mercados "para impulsar la recuperación mundial". Advirtió que "si las economías avanzadas sucumben a la recesión, los mercados emergentes no escaparán ilesos. Nadie escapará. El reequilibrio redunda en interés mundial, pero también en el interés nacional.

La cuarta "R" es la reconstrucción. Aquí hizo referencia a los países de bajo ingreso que deben aplicar políticas económicas que les permita tener inversión pública. Sugirió "permitir que los países establezcan subsidios bien focalizados para proteger a los sectores más vulnerables de los altibajos de los precios de las materias primas, con mínimo perjuicio para la sostenibilidad fiscal".

Lógicamente Lagarde luego de brindar sus cuatro R para la recuperación agregó una quinta R: el rol del FMI. Justamente, como explico su titular, el organismo esta en condiciones de alentar la toma de medidas mancomunadas entre todos sus países y detallo las herramientas que dispone el Fondo para lograrlo:

· capacidad de supervisión puede ayudar a detectar los riesgos, pero también a distinguir las oportunidades que surgen de la interdependencia entre las economías.
· asesoramiento en materia de políticas para esclarecer cuestiones clave -crecimiento, vulnerabilidades básicas, efectos de contagio- y a orientar la cooperación internacional.
· préstamos pueden crear un margen de maniobra para que los países superen varios desafíos inmediatos.

Por ultimo afirmó sin dudarlo que "más allá del horizonte de la crisis, el FMI también puede ayudar a construir un sistema financiero internacional más seguro y estable", aunque se supone que desde su fundación en 1944 el organismo tiene esa misión. En una especie de autocrítica, Lagarde reconoció que el Fondo "debe mejorar la capacidad de respuesta para atender a los países de manera aún más eficaz".




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