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Monday, October 29, 2012

La fe une y los ritos separan en iglesia de Brickell

Publicado el lunes, 10.29.12



Algunos de los fieles como Rebeca Perera rezaban durante la misa a San Judas Tadeo el domingo en la Iglesia Católica Melquita St. Jude, en Brickell. Hector Gabino / El Nuevo Herald


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Iglesia St. Jude acentúa su identidad bizantina

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DANIEL SHOER ROTH
DSHOER@ELNUEVOHERALD.COM


Atraídos por la luz de San Judas Tadeo, durante más de 30 años miles de creyentes católicos de Miami han peregrinado por la icónica Iglesia Católica Melquita St. Jude, en la Avenida Brickell, a encender una velita e invocar al patrono de las causas difíciles para que interceda ante Dios por sus plegarias.

La presencia y participación de los católicos romanos en los servicios de esta iglesia de rito bizantino en su variante griega ha creado una suerte de sincretismo religioso con la liturgia de la Iglesia de Roma. Pero ahora el Exarcado Melquita para Estados Unidos, queriendo vivir en plenitud su identidad bizantina, está reordenando el interior de St. Jude y su liturgia, eliminando componentes del rito romano.

Los cambios, y la forma en que han sido comunicados, han disgustado a un sector de la feligresía que profesa la fe católica romana. Al mismo tiempo, han enfrentado al exarcado, cuya sede está en Newton, Massachusetts, con un grupo de fieles melquitas que se ha propuesto conseguir que St. Jude sea nombrada como lugar histórico por la Ciudad de Miami, designación a la cual se opone el Obispo Eparca de Newton, Nicholas Samra.

“No queremos enfrentarnos a nuestro propio obispo, lo que deseamos es ayudar a nuestra iglesia”, señaló Raful Ajami, uno de los fundadores de St. Jude que encabeza el esfuerzo por la designación histórica del santuario, construido en 1946 como capilla de una escuela católica romana para niñas. “Si su actitud es hacer todo bizantino, no sé como caerá eso con los fieles no bizantinos”.

En una entrevista con El Nuevo Herald, Samra explicó que las regulaciones gubernamentales sobre lugares históricos les imposibilitarían realizar cambios que permitan a la iglesia acentuar las características tradicionales de los templos bizantinos, como un domo dorado o un baptisterio en la parte posterior del santuario. El exarcado, agregó, debe defender responsablemente sus derechos de propiedad.

“La tradición melquita es bizantina, estamos en comunión con Roma pero seguimos una tradición diferente”, explicó Samra. “Queremos ser más auténticos con nuestra tradición”.

El eparca desmintió rumores sobre la venta del edificio y ratificó una carta pastoral en la que hace un llamado a las parroquias melquitas en Estados Unidos a prescindir de las prácticas de la Iglesia Latina.

“Los que quieran rito romano pueden ir a una iglesia romana; si quieren participar en un rito bizantino pueden venir a nuestra iglesia”, afirmó Samra, quien responde directamente a Gregorio III Laham, el Patriarca greco-melquita de Antioquia, Alejandría y Jerusalén.

Aunque para la mayoría de los miamenses las diferencias tal vez sean desconocidas, la Iglesia Católica Melquita se distingue de la rama Latina de la Iglesia por su liturgia, el derecho canónico y la arquitectura. La Melquita es parte de la Iglesia Católica Apostólica, que también abarca otras 20 iglesias orientales patriarcales, archiepiscopales mayores y metropolitanas sui iuris. Todas están en plena comunión con el Papa de Roma, pero conservan su organización, cuerpo jerárquico, y ritos particulares.

Una de las diferencias litúrgicas es que en el momento de la consagración del pan y el vino, los melquitas se mantienen de pie y los romanos se hincan. Esa tradición ha sido resaltada en meses recientes por el párroco de St. Jude, Damon Geiger, quien ha instado a los romanos a mantenerse de pie.

Otro aspecto que ha causado desagrado entre los católicos romanos es que en el rito bizantino la comunión siempre se recibe bajo las dos especies y se da en la boca, no como en el romano, en el cual el fiel, cuando recibe la ostia, tiene la opción de pedirla en la boca o en su mano.

Susie Argamasilla Bacardí, feligresa católica romana que ha asistido a los servicios en St. Jude por más de una década, indicó que los cambios en los últimos meses han derribado el puente que unía los ritos oriental y occidental.

“Siempre hemos sabido que es una Iglesia melquita y lo hemos respetado”, apuntó Argamasilla Bacardí. “Pero en todos estos años hemos ido allí a compartir la misa y nunca nos habían dicho que no podemos arrodillarnos en la consagración de la Eucaristía”.

La iglesia, en Brickell y SE 15th Road, pertenecía originalmente a la Academia de la Asunción, una escuela para niñas que cerró sus puertas en 1976. Al año siguiente, un grupo de fieles melquitas adquirieron la propiedad y la preservaron íntegramente. La nombraron St. Jude, y con el tiempo se transformó también en un santuario para los devotos católicos romanos de San Judas Tadeo, uno de los apóstoles de Jesús. Por su ubicación en el distrito financiero, es un remanso de paz en medio de agitación de la vida cotidiana.

Los feligreses llevan siete años trabajando para hacer de su templo un lugar histórico y han recolectado 3,000 firmas, dijo Souraya Fass, quien ha recopilado el material histórico. Hace una semana se presentaron ante la Junta de Preservación Histórica y Ambiental de la Ciudad de Miami para plantear el caso. La audiencia fue diferida.

“Es un lugar encantador de misticismo religioso que ha marcado la vida de muchos de nosotros”, comentó Ajami.

Por su parte, Geiger resaltó que la iglesia deberá adaptarse y decorarse para responder a las necesidades del rito bizantino, que permite íconos y no imágenes tridimencionales. Como parte de la reordenación, dijo, el crucifijo probablemente será removido del altar pero se mantendrá en un lugar prominente de la parroquia.

“Debemos que ser lo que somos”, concluyó, al agregar que el sincretismo no está permitido ni por el rito romano ni por el melquita.

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