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Monday, April 22, 2013

Eliminando los hitos



Nuestro pueblo necesita comprender cuáles son las razones de nuestra fe y nuestra experiencia pasada. ¡Cuán triste es que tantos de sus miembros coloquen una confianza ilimitada en hombres que presentan teorías que tienden a desarraigar nuestras experiencias del pasado y a eliminar los hitos antiguos! Aquellos que con tanta facilidad pueden ser conducidos por un espíritu falso demuestran que durante algún tiempo han estado siguiendo al capitán equivocado, y lo han hecho por tanto tiempo, que ya no disciernen que se están alejando de la fe o que ya no están edificando sobre un fundamento firme. Necesitamos instar a todos que se coloquen sus lentes espirituales, a que unjan sus ojos para que vean claramente y disciernan los verdaderos pilares de la fe. Entonces sabrán que “el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos”. 2 Timoteo 2:19. Necesitamos hacer revivir las antiguas evidencias de la fe que una vez fue dada a los santos. 

Hombres que piensan tener la verdad presentarán toda clase de doctrinas concebibles, fantásticas y engañosas. Algunos están enseñando ahora que en la tierra nueva habrá nacimientos. ¿Es esto verdad presente? ¿Quién ha inspirado a estos hombres para que presenten semejante teoría? ¿Dio Dios tales conceptos a alguno de ellos? No; las cosas que han sido reveladas son para nosotros y nuestros hijos, pero el silencio es elocuencia en lo que atañe a temas no revelados y que no tienen nada que ver con nuestra salvación. No habría que mencionar siquiera esas extrañas ideas, y mucho menos enseñarlas como verdades esenciales. 

Hemos llegado a un tiempo cuando hay que llamar a las cosas por su verdadero nombre. Tal como lo hicimos en los primeros días, debemos levantarnos ahora, dirigidos por el Espíritu de Dios, para censurar la obra de engaño. Algunos de los sentimientos que ahora se expresan constituyen el comienzo de las ideas más fanáticas que podrían presentarse. Algunos que ocupan cargos importantes en la obra de Dios están impartiendo enseñanzas similares a las que tuvimos que combatir después de 1844.

En Nueva Hampshire, en Vermont y en otros lugares, tuvimos que resistir la obra furtiva y engañosa del fanatismo. Se cometieron pecados de presunción y algunos gratificaron libremente deseos vehementes no santificados, y lo hicieron ocultándose bajo el manto de la santificación. Se abogó por la doctrina del amor libre bajo la apariencia de espiritualidad. Vimos el cumplimiento del pasaje bíblico según el cual “en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1); (The Southern Watchman [El centinela del sur], 5 de abril de 1904). 


Mensajes Selectos Tomo II, p.28.29.
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