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Monday, March 17, 2014

Más denuncias por pederastía en Puerto Rico


AP/DANICA COTO/ARECIBO, PUERTO RICO / Publicada el 12/03/2014




Los fiscales están llevando a cabo más de una docena de casos de abuso sexual en Puerto Rico, incluyendo las de los seis sacerdotes apartado del sacerdocio por la Diócesis de Arecibo. Foto: AP.



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Primero, la Iglesia Católica de Puerto Rico anunció que le quitaba los hábitos a seis curas acusados de abusos sexuales en la ciudad de Arecibo. Luego fiscales revelaron que al menos otros 11 sacerdotes estaban siendo investigados por el mismo delito.

Ahora las autoridades estadounidenses admiten que ellas también están investigando denuncias de abusos por parte de curas en esta isla devotamente católica y muchos puertorriqueños están conmocionados por versiones de que uno de los clérigos más queridos de este territorio estadounidense estaría involucrado en abusos.

Los puertorriqueños casi no habían sido salpicados por los relatos de abusos sexuales en la Iglesia Católica y muchos llegaron a pensar que estaban inmunes. Pero Barbara Dorris, directora de la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales de Sacerdotes, con sede en Estados Unidos, dice que las nuevas denuncias hacen pensar que el problema es mucho más grave de lo que se supuso inicialmente.

"En general, estas cosas tienden a crecer porque las víctimas tienen miedo de hablar", dijo Dorris. "Si el sacerdote ha estado en la isla por algún tiempo, lo más probable es que haya decenas y decenas de víctimas".

El secretario de Justicia de Puerto Rico César Miranda dijo, la semana pasada, que al menos cuatro diócesis estaban siendo investigadas. También afirmó que podría radicar cargos contra figuras de la iglesia sospechosas de haber retenido información.

Describió la situación como "verdaderamente escandalosa".

"No les vamos a dar tregua", aseguró Miranda. "Los vamos a capturar, los vamos a procesar y los vamos a encarcelar".

Las denuncias de abusos sexuales por parte de sacerdotes no son nuevas aquí, pero las nuevas investigaciones causaron conmoción en esta isla de 3,6 millones de habitantes, el 70% de los cuales se identifican como católicos.

"La gente quiere creer que los curas son algo especial, en el poder de los curas", manifestó Richard Sipe, psicólogo de California y ex sacerdote, quien es un experto en los abusos sexuales por parte de los curas. "En América Latina se toman más tiempo para acusar a los curas. Los sacerdotes son muy bien vistos y la cultura se identifica mucho con la Iglesia Católica".

En un reciente domingo por la mañana en Arecibo, los fieles cruzaron de a montones las pesadas puertas de madera de la catedral del siglo XVII de esta ciudad. Numerosas voces rezaron con el sacerdote, pero José Soto, de 44 años, siguió de largo al pasar por el lugar.

"Cuando atraviesas esas puertas, se supone que llegas a un sitio espiritual, íntegro", expresó, agregando que en el pasado acudía regularmente a las misas en la catedral. "Pero ya no sabes quién te está hablando. Es como usar la palabra de Dios con otros fines".

La nueva ola de denuncias comenzó a fines de enero con una serie de informes de medios locales, sobre todo el diario El Nuevo Día.

El obispo de Arecibo Daniel Fernández respondió difundiendo un comunicado en el que revelaba que desde el 2011 había expulsado a seis sacerdotes acusados de abusos sexuales, lo que constituye una cifra bastante alta si se tiene en cuenta que la diócesis cuenta con 90 curas. Las autoridades eclesiásticas dijeron asimismo que ofrecieron terapia a al menos una de las víctimas y reparaciones en una cantidad no especificada de casos registrados en la isla.

La semana pasada uno de los sacerdotes expulsados, Edwin Antonio Mercado Viera, fue acusado de haber cometido actos lascivos. El hombre, de 53 años y quien había sido muy popular en su parroquia, fue acusado de tocar los genitales de un monaguillo de 13 años en el 2007.

El fiscal José Capó Rivera dijo que el propio obispo es "parte de la investigación" a raíz de denuncias de que también cometió actos obscenos con un menor. Fernández ha dicho que es inocente.

"Obviamente, se trata de una venganza por motivo de las decisiones que he tenido que tomar desde el momento en que asumí la dirección de la diócesis, donde la situación que encontré no fue la más favorable", expresó el obispo en una declaración escrita.

Agnes Poventud, una abogada que representa al hombre que dice haber sido molestado por Fernández cuando era niño, declaró a la Associated Press que agentes federales la entrevistaron hace poco a ella y a su cliente. Declinó decir cuándo se produjo el supuesto abuso o qué edad tenía su cliente por entonces, limitándose a afirmar que era menor de edad.

Un funcionario federal confirmó a la AP que las autoridades estadounidenses solicitaron al Departamento de Justicia de Puerto Rico información sobre denuncias de abusos sexuales de curas. El informante aceptó hablar a condición de no ser identificado porque la información todavía no fue dada a conocer al público por los canales correspondientes.

Luego del caso de Arecibo surgieron otras denuncias. La diócesis de Mayagüez, en la costa occidental de la isla, dijo que ha lidiado con cuatro casos de presuntos abusos, la mayoría de los cuales están siendo estudiados por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, que se encarga de estos casos.

El arzobispo de San Juan Roberto González Nieves, por su parte, dijo que los fiscales están investigando seis casos de abusos en la diócesis de la capital. Indicó que los curas involucrados han sido suspendidos y que cinco de los casos habían prescrito.

Los fiscales investigan asimismo una denuncia de abusos por parte de un cura en la diócesis de Caguas, señaló Capó.

Funcionarios del Departamento de Justicia, entre tanto, acusan a la diócesis de Arecibo de retener información y están peleando en los tribunales una demanda en la que la diócesis dice que debe mantener en secreto los nombres de las víctimas para proteger su confidencialidad. El motivo real, dicen los fiscales, fue proteger a los curas acusados de abusos, algo que niega el abogado de la diócesis Frank Torres.

"Si bien es cierto que la iglesia coopera y tiene una política de transparencia, esa cooperación no significa que la iglesia tiene mano libre para violentar las garantías de confidencialidad que se le dieron a las víctimas", declaró Torres en una entrevista telefónica.

Funcionarios de la diócesis dijeron que muchos de los casos habían prescripto, algo que la iglesia usa en su defensa, según el abogado de la Florida Joseph Saunders.

Saunder dijo que la iglesia muchas veces argumenta que debe ser demandada en el momento que las supuestas violaciones ocurrieron.

"Nadie demandaba a un obispo o un cura en su momento", expresó. "Hay un temor subyacente de que uno se irá al infierno si demanda a un obispo".


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