DESARRAIGAD TODA SEMILLA DE DUDA
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa . . . Nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. (Heb. 10: 35-39).
Vi que ya estamos en el tiempo del zarandeo. Satanás está trabajando con todo su poder para arrebatar las almas de las manos de Cristo e inducirlas a pisotear al Hijo de Dios. . .
Se está desarrollando el carácter. Los ángeles de Dios están evaluando la dignidad moral. Dios está probando a su pueblo. El ángel me transmitió estas palabras: "Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio" (Heb. 3: 12-14). A Dios le desagrada cuando algunos de los miembros de su pueblo, que han conocido el poder de su gracia, comienzan a hablar de sus dudas, y al hacerlo, se transforman en canales de Satanás, por medio de los cuales él puede transmitir sus sugerencias a otras mentes. Cuando se siembra una semilla de incredulidad y maldad, no se arraiga rápidamente. Satanás la nutre a cada instante, hasta que florece y se fortalece. La buena semilla necesita que se la alimente, se la riegue y se la cuide con ternura; porque se arrojan a su alrededor toda clase de influencias ponzoñosas con el propósito de impedirle crecer para causarle la muerte. Los esfuerzos de Satanás son más poderosos que nunca, porque sabe que es corto el tiempo de que dispone para engañar. . .
Se me mostró la recompensa de los santos, la herencia inmortal. Entonces se me mostró cuánto tuvo que soportar el pueblo de Dios por causa de la verdad, y que de todos modos pueden considerar bastante barato el cielo. Reconocieron que los sufrimientos de este tiempo presente no son nada en comparación con la gloria que ha de ser manifestada en ellos. El pueblo de Dios será probado en estos últimos días. Pero pronto vendrá su última prueba, y entonces recibirán el don de la vida eterna.
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