Por: Moisés Martínez
Pablo Escobar Gaviria.
LA PRENSA /ARCHIVO/J. V.
Aunque los principales miembros del círculo de poder del régimen sandinista en la década de los ochenta —tanto disidentes como orteguistas— aleguen ahora que desconocían sobre las andanzas de Pablo Escobar Gaviria en el país, siguen apareciendo testimonios acerca de los coqueteos del gran capo de la droga con los comandantes de la época, principalmente con el entonces jefe del Ejército Popular Sandinista (EPS), Humberto Ortega Saavedra.
Los testimonios provienen de gente muy cercana a Escobar, como su antigua amante Virgina Vallejos; su hijo Juan Pablo Escobar, quien ahora se llama Santiago Marroquín, John Jairo Velásquez, alías “Popeye”, uno de sus más fieles lugartenientes, y las recientes revelaciones de Alba Marina Escobar, hermana del “Patrón”, como era conocido el capo.
Escobar murió acribillado por las fuerzas especiales de la Policía colombiana el 2 de diciembre de 1993.
Alba Marina, en su libro El otro Pablo indica que su hermano y Humberto Ortega eran socios en los negocios que el capo tendría en Nicaragua en los años ochenta.
La revista Semana hizo a Alba Marina una entrevista sobre el libro, en la cual se refirieron a las revelaciones hechas por ella sobre la relación de su hermano con los hermanos Ortega.
Semana: Su libro tiene una gran revelación: que el presidente (Daniel) Ortega y su familia eran socios de Pablo (Escobar). ¿Usted se sostiene en esa afirmación?
Alba Marina Escobar: Yo no lo puse en esos términos. Lo único que sé es que Pablo en Nicaragua se la pasaba con el hermano del presidente Ortega (Humberto Ortega) y que salían juntos prácticamente todas las noches, no sé a qué. Obviamente, delante de mí no iban a discutir sus negocios. En cuanto al presidente Ortega, no tengo ninguna información concreta porque al que vi fue al hermano. Después de eso salió la famosa foto tomada por un infiltrado de la DEA en la que aparece Pablo cargando cocaína en un avioneta en Nicaragua.
Humberto Ortega actualmente vive en Costa Rica dedicado a su imperio económico que construyó gracias a “La Piñata” de 1990, y de vez en cuando visita Nicaragua para dedicarse a dar entrevistas a algunos medios de comunicación, que lo ven como un gurú de la política criolla.
Se le envió un correo electrónico al general en retiro, Humberto Ortega consultándole sobre las afirmaciones de Alba Marina Escobar, pero al cierre de la edición éste no había respondido.
Humberto Ortega.
LA PRENSA/C. Malespin
Algunos extractos del libro, a los que se tuvo acceso gracias a la ayuda de colegas periodistas colombianos, señalan que Escobar supuestamente habría entregado equipos y suministros a los sandinistas para facilitar el tráfico de drogas por el país.
“Panamá se estaba calentando (Manuel Antonio) Noriega trabajaba para todos los frentes y no era seguro estar allí, de todos modos Pablo ya había contactado a los sandinistas nicaragüenses y estaba negociando con ellos para transportar cocaína hacia Estados Unidos. Él les había regalado varios jeep Mercedes Benz, repuestos, combustible, llantas y muchas otras cosas ”, escribe Alba Marina.
“Pablo siempre fue un ave nocturna. Algunas noches salía a empacar cargamentos de coca en compañía del gobierno nicaragüense, llegaba a la madrugada, dormía hasta mediodía y se levantaba lleno de energía a pasear con nosotros, compartir con su hijo, asistir a una u otra relación, casi siempre con el hermano del presidente”, agrega en otro extracto de su libro.
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