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Tuesday, September 9, 2014

A "New World Order"? o, ¿hacia un "Nuevo Orden Mundial"?



EL DEBATE SOBRE LA COOPERACIÓN DE LAS POTENCIAS


07/09/2014- Jaime de Greco

Henry Kissinger afirma que el orden internacional se enfrenta a una paradoja: su prosperidad depende del éxito de la globalización.
La búsqueda de un nuevo orden mundial requerirá de un estrategia coherente para establecer un concepto de orden “within” más integrador/cooperativo.







ÚLTIMA HORA


A la vuelta del verano me encuentro el 29 de agosto con un artículo en el Wall Street Journal de Henry Kissinger, ex Secretario de Estado norteamericano con los Presidentes Nixon y Ford, que sostiene la tesis que el Orden Mundial-“World Order”- sobre el que ha caracterizado el mundo Occidental tras la II Guerra Mundial está en crisis.

El artículo no solo tiene en cuenta los acontecimientos en Ucrania, Iraq, Siria o Afganistán para defender su teoría, también es un adelanto de su nuevo libro que se presenta el 9 de Septiembre. Y de viernes a viernes, y tiro porque me toca, Hillary Clinton, ex Secretaria de Estado número 67 de la historia de Estados Unidos en el primer mandato de Barack Obama, comenta el libro de Kissinger en un artículo en el Washington Post, casi una semana después.

Entretanto, se produce esta semana la reunión de Jefes de Estado y Gobierno de la OTAN/NATO en el Gales (Reino Unido) más importante de los últimos años, consecuencia de las amenazas a las que se enfrenta Occidente, una de ellas, en suelo europeo, es el desafío de Putin en Ucrania. Conviene recordar que sí este país hubiera sido miembro de la OTAN, el artículo 5 del Tratado OTAN hubiera obligado a que cuando uno de sus miembros es atacado se active la defensa colectiva por parte del resto en el seno de la organización, es decir, su razón de ser.

De ahí, el acuerdo en la reunión de Cardiff de la OTAN de crear una fuerza de intervención rápida con miles de efectivos para desplegar en algunos de los países miembros del frente oriental europeo limítrofe con Rusia. Según Kissinger, el concepto de Orden Mundial compartido entre Estados Unidos y Europa, de democracia y libre mercado mezcla del idealismo americano y del equilibrio entre las naciones europeas era incipiente con la llegada de este siglo.

Lo que ocurre es que en un mundo globalizado muchas naciones y pueblos nunca compartieron esta idea o concepto de Orden. Los hechos en Asia, Oriente Medio, Ucrania entre otros vienen a constatar la crisis internacional en la que vivimos. Además, el choque entre la economía internacional y las instituciones políticas que gobiernan es también una fuente de debilidad para un objetivo de orden mundial.

La economía se ha globalizado ignorando las fronteras nacionales, pero las estructuras políticas permanecen en las fronteras del Estado Nación. El reciente desafío de los países BRICS (Brasil,Rusia,China, India y Sudáfrica) de crear un Banco de Desarrollo Conjunto, alternativa al Fondo Monetario Internacional es un ejemplo del cambio en el que nos encontramos, junto a los acuerdos de Defensa y energéticos que estos países suscriben entre ellos y con terceros.

La Cumbre del G20 en Brisbane (Australia) en Noviembre, cuyo anuncio empapela ya las calles de Madrid promocionando dicha ciudad a raíz de este evento, y que incluye también a los BRICS junto a Europa, a Japón y Norteamérica, será de gran importancia en momentos como los actuales, si sus miembros son capaces de articular decisiones de consenso que obliguen a todos, o que marquen al menos una estrategia común.

La paradoja del orden internacional


Por ello, Henry Kissinger afirma que el orden internacional se enfrenta a una paradoja: su prosperidad depende del éxito de la globalización, pero el proceso produce una reacción política que muchas veces va en su contra. Y a pesar de las organizaciones internacionales existentes, falta un mecanismo de cooperación entre las grandes potencias en los asuntos más esenciales, lo que no existe en la práctica como tal, al menos, y que ese mecanismo implique un nivel de compromiso y estrategia a medio largo plazo entre los líderes mundiales.

La búsqueda de un nuevo orden mundial requerirá de un estrategia coherente para establecer un concepto de orden “within” más integrador/cooperativo en diferentes regiones y relacionar estos ordenes regionales unos con otros. No obstante, una región puede conseguir un grado de orden alto, pero basado en principios de fuerza o radicalismo se convierte en una amenaza para los demás y el resto del mundo. En definitiva, un nuevo orden mundial donde la dignidad individual, la cooperación internacional y el respeto a normas y Tratados acordados libremente deba ser la inspiración para todos.

Y para jugar un papel de liderazgo responsable, los Estados Unidos deben, según Kissinger, responder a una serie de preguntas sobre que quiero prevenir, que quiero realizar, que valores quiero preservar y como lo haré según las circunstancias y alianzas, conciliando dos contradicciones aparentes: el respeto a principios universales deberá compartir el reconocimiento de la realidad de otras regiones, historias, culturas y visiones de defensa/seguridad.

Hillary Clinton, por su parte, coincide con Kissinger en su filosofía general, y mantiene en su artículo que dicha visión coincide con la de su mandato y el actual de la Administración Obama para construir una arquitectura global de cooperación y seguridad para el siglo XXI, ante la ansiedad o el temor que puedan tener muchos ciudadanos de Estados Unidos ante la situación internacional.


Surgido en el pasado siglo, derrotó al fascismo y al comunismo

Ese orden mundial, dice Clinton, surgido en el pasado siglo y liderado por Estados Unidos derrotó al fascismo y al comunismo en Gobiernos, llevando prosperidad y progreso a miles de millones de ciudadanos en el mundo. Sin embargo, muchas jóvenes generaciones no son conscientes de todo esto y lo que supuso, y es necesario que lo conozcan ante los desafíos futuros y las nuevas amenazas que el Presidente Obama ya señaló en el discurso cuando recibió el Nobel de la Paz en 2009. En su primer mandato, según Clinton, Obama se dedicó a poner al día las organizaciones internacionales y responder, entre otros, al desafío nuclear iraní y Bin Laden. Las crisis durante el segundo mandato de Obama que estamos viviendo exigen una un compromiso especial entre Estados Unidos y sus socios para hacer frente a los mismos en años sucesivos.

Como dice Kissinger, la Política Exterior “no es una historia con un principio o un final”, “pero un proceso de gestión de desafíos recurrentes”, lo que Hillary dice era lo que el Presidente Kennedy afirmaba “la paz y el progreso no se basan en una revolución inmediata en la naturaleza humana pero en una evolución gradual de las instituciones, un proceso” que califica de “ a way solving problems”, de ofrecer soluciones a los problemas.

Es lo que Clinton señala precisamente de Estados Unidos sobre que es una nación “problem-solving”, en su mejor versión, y es el compromiso americano de renovar y defender el orden global lo que determinará si “construimos un futuro de paz, progreso o prosperidad…” “Nuestro liderazgo ya no debe ser solo militar o diplomático, sino nuestra defensa de los derechos humanos, y crear condiciones para sociedades civiles fuertes y más desarrollo”.

“Cualquier sistema de orden mundial en el mundo actual para ser sostenible debe ser no solo aceptado por los líderes, también por los ciudadanos”. Es el estamos Unidos en unos objetivos comunes, “United we stand”, y para eso un debate profundo entre políticos y ciudadanos es necesario para definir el consenso político de la política exterior en este siglo XXI.

Europa no puede ser ajena a este debate global, las amenazas no están sólo en algún desierto, están también aquí en nuestras calles. No sé si es el “soft power”, quizás sea lo que Hillary Clinton califica como “smart power” en las Relaciones Internacionales. En la Unión Europea hablamos de “Smart legislation” y tenemos más de 45.000 normas y leyes. Eso sí, no sé si con la Política Exterior de Europa y de la UE con sus nuevos gestores al frente seremos capaces de afrontar los nuevo retos inmediatos de crear una nueva, sólida y eficaz Política Exterior y de Defensa ante los desafíos cercanos. Esperemos que sí, sino se lo exigiremos, pues de ello dependerá nuestra prosperidad y bienestar presente y futuro. Puede ser, entonces, que la reunión de Gales sea el comienzo de esa nueva Política Exterior junto a Estados Unidos.


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Sunday, April 11, 2010

El nuevo orden mundial: ¿realidad o fantasía?




Anexo I

Los amos del mundo
El nuevo orden mundial: ¿realidad o fantasía?


Podemos ver la realidad de dos maneras:

Uno puede creer literalmente lo que lee en los periódicos, oye en la radio, ve en la televisión y lo que exponen los grupos mediáticos; es un modo seguro, garantizado, de estar en el mundo sin que aparezcan sombras, enigmas o motivo alguno de inquietud. Podemos llamar a este modo “Versión Disney” de la historia, en ella el universo cotidiano oscila regular y previsiblemente entre una pareja de valores claramente delimitados y cognoscibles: la Derecha y la Izquierda.

Podemos también cuestionar esta forma gregaria de hipnosis y acceder paulatinamente al conocimiento de una historia secreta, invisible, negada por “las más diversas autoridades”, una historia que no coincide con los valores de la tribu y que rompe con numerosos tabúes. “En la democracia no existe nada similar a una clase dirigente. Los medios de comunicación son herramientas imprescindibles para mantener las libertades mediante la configuración de una opinión pública informada y responsable”. Ante una pantomima como esta, claro ejemplo de manipulación y desinformación, solamente cabe una sonrisa escéptica o una crítica breve. Existe la clase dirigente. La democracia es escasa o nulamente democrática. Nuestro destino lo rige el gobierno oculto. Los grupos mediáticos persiguen una política de ocultación y distorsión de los acontecimientos de acuerdo con los intereses de sus gestores propietarios, en el mejor de los casos, en el peor, nos encontramos ante un programa acelerado y premeditado de embrutecimiento ante el cual el “panem et ciercenses” de la antigua Roma constituye una mera anécdota.

La versión conspiratoria estándar mantiene la tesis de que existe algo así como un “plan global” que a través de las generaciones va siendo implementado en la historia mediante las actividades coordinadas de distintos personajes y organizaciones. Estas van insertando a sus miembros en las instituciones y tramas más diversas. Las sociedades secretas, las revoluciones, las guerras, las crisis económicas, entre otros muchos acontecimientos, formarían parte y daría testimonio de estas actividades. Francmasones, Jesuitas, Iluminati de Baviera, Rosacruces, Templarios o Thueleanos dan testimonio, a través de las circunstancias más plurales, de una presencia invisible y decisiva, sin la cual los acontecimientos permanecen opacos y desconectados de toda virtualidad explicativa. Sin olvidar los servicios secretos, los grupos económicos de presión o los representantes del crimen organizado y de las ciencias y las artes.

Hay muchos que ven en la paulatina constitución de un orden global planetario (el Nuevo Orden Mundial), una conspiración de los dirigentes del “gobierno oculto”. Los políticos serían poco más que locutores o empleados de segunda fila. La independencia de las naciones, un obstáculo a superar, ya sea mediante guerras puntuales (la invasión de Irak) o crisis económicas diseñadas (Sudeste Asiático, Latinoamérica), como a través de una retórica mundialista camuflada de todo tipo de patrañas pseudo humanitarias o ecológicas (derechos humanos, crecimiento sostenido, etc.). La caja de resonancia suelen ser las Naciones Unidas, un foro de burocracias estatales que se considera el máximo órgano de legitimación soberana de las políticas, de cara al populacho narcotizado por la televisión. En esta trama, el socialismo habría sido simplemente un instrumento destinado a consolidar una concentración de poder inigualable en manos de determinadas elites, debilitando y aniquilando a las clases medias y auspiciando el control policial y mental del rebaño futuro. La Comisión Trilateral (David Rockefeller…), el Club Bilderberg (Rockefeller, Kissinger…), o el Council of Foreign Relations (Kissinger, Brzezinski…), constituyen ejemplos de instituciones, algunas de ellas transnacionales, que operan como foros de encuentro y reclutamiento de las nuevas elites que preparan la etapa faraónica de sumisión planetaria en el siglo XXI.

A juzgar por los acontecimientos actuales, la construcción del Estado Mundial (parte visible del “gobierno oculto”), New World Order (o Nuevo Orden Mundial) parece un proceso imparable.
En su reciente trabajo “Impacto de la globalización en los países en desarrollo”, Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatic, después de hablar de los “nuevos amos del mundo”, matiza: “por cierto, no constituyen, como algunos imaginan, una especia de estado mayor clandestino que conspira en las sombras para controlar el mundo; se trata más bien de fuerzas que se mueven a su antojo gracias a la globalización”. Asimismo, Susan George, en una entrevista concedida con motivo de la presentación en Barcelona de su novela “Informe Lugano”, a la pregunta de si lo que describe en ella no es acaso una conspiración planetaria, contesta: “No, no creo en las conspiraciones, sino en los intereses. He descrito que los amos del universo hacen lo que deben hacer dado quienes son, lo cual no es una conspiración.

Además de que no se aprecia ninguna incompatibilidad entre “conspiración” e “intereses” (¿se le ocurriría a alguien conspirar contra sus intereses?), de ambas declaraciones se desprende que los nuevos “amos del mundo” no serían seres cínicos y sin escrúpulos, sino más bien “instrumentos del determinismo ciego de las fuerzas del mercado”. Actúan así porque no pueden actuar de otra manera; y dado que ellos, pese a estar en su cúpula, no inventaron el mercado, la historia debería juzgarlos más como víctimas que como verdugos (quizás los millones de víctimas reales y diarias de su conducta deberían de tenerlos en cuenta en sus oraciones).

Pero, vieja o nueva, con calificativos o sin ellos, la conspiración existe, y no podemos permitirnos la ingenuidad de pensar que lo que está ocurriendo en el mundo no obedece a ninguna planificación, sino que es una simple “explosión del desorden” y no parte sustancial del Nuevo Orden Mundial.
Para Ramonet y George el “senado virtual que gobierna el mundo” (sistemáticamente denunciado por Noam Chomsky) es tan sólo “una secuela del mercado”, Según ellos no hay conspiración: “le monde va lui même”.
Los “nuevos amos del mundo” se habrían encontrado entonces, sin proponérselo con el mundo en sus manos.
Pero la verdad, por el contrario, es que en la cúpula rectora, astronómicamente rica, de ese gigantesco pulpo financiero que atenaza al mundo, el poder ya no está al servicio del beneficio económico, sino el beneficio económico al servicio del poder.
Contra lo que algunos creen, allí no hay lucha por el poder: ellos son “el poder”. En una economía mundial en la que, como nos dice Samir Amin, la rentabilidad del capital productivo cae estrepitosamente por el agotamiento de los mercados, el que esos amos de los mercados financieros se dediquen al acaparamiento sistemático de los activos productivos a lo largo y ancho del planeta, no tiene otro sentido que un acaparamiento global del poder. No buscan apoderarse sólo de la riqueza de los estados: buscan apoderarse de los estados.
Y ya lo están consiguiendo, como nos advierte Vivianne Forrester (“Una extraña dictadura”): “todos los centros nerviosos de la sociedad están controlados por un régimen que delega en los políticos para llevar a cabo decisiones ya tomadas de antemano en lugares como la OCDE, el BM o el FMI”.

No estamos ya en la lógica del mercado, estamos en la lógica despiadada de los “grandes mercaderes”.
Estos no son juguetes del sistema; nosotros somos juguetes de su perverso sistema. Juegan con nuestros pensamientos y sentimientos más allá de lo puramente económico para llevarnos a un mundo totalitario, donde no haya el más mínimo resquicio para la libertad real.

Dice Manuel Vázquez Montalbán en el prólogo de “Informe Lugano”: “La globalización implica no sólo el objetivo de un gran mercado universal marcado por las pautas del neoliberalismo más salvaje, sino un control total de las conductas, impidiendo la simple posibilidad de insinuar, diseñar o practicar la disidencia”.
El determinismo económico no es el culpable. Como denuncia Louis de Brouwer, consultor internacional de la ONU-UNESCO y autor del libro “Las mafias político-económicas que dirigen el mundo”: “el poder político es ejercido a nivel mundial por un pequeño grupo de individuos sin escrúpulos que se encuentra en EEUU, un país gobernado por dirigentes de diversas sociedades secretas, y que “casualmente” coincide que son los dueños de los seis principales bancos. Este pequeño grupo dirigente constituye el cerebro que domina el mundo”.
Agazapado tras instituciones sin rostro, el “Gran Hermano” existe y conspira. No es simplemente “el mercado”, son personajes con nombres y apellidos, siniestros y fríos hasta la barbarie. La ingenuidad es su mejor aliado. El mero hecho de tener que demostrar lo evidente, cuando la verdadera amenaza y el auténtico adversario no cesan de mostrarse con descaro, es ya una señal elocuente del punto al que han llegado las cosas, y del que aún les queda por alcanzar.

¿Quién gobierna el mundo? ¿Los líderes del grupo de los ocho países más desarrollados del planeta, el G-8, que se reúnen una vez por año en distintos lugares del planeta? ¿Acaso son los “técnicos” del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, o tal vez los 15 jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea? ¿Quién y cuándo toma las decisiones? Las declaraciones finales que se publican al término de las cumbres entre poderosos son a menudo vacías, apenas un manojo de orientaciones vagas que no reflejan el curso del mundo. ¿Dónde se toman entonces las decisiones? ¿Quién las elabora? En realidad, detrás del telón de la política-espectáculo existe una serie de cenáculos casi secretos donde, sin testigos indiscretos, casi sin periodistas y hasta a veces sin mujeres, se juega el auténtico destino del mundo. No se trata de un “club” religioso, ni de un círculo embebido en alguna mística extraña, ni de un grupo alimentado por la idea de un complot universal. Son sencillamente poderosas organizaciones secretas compuestas por magnates de las altas finanzas, estrategas, hombres políticos de gran vuelo y militares cuya existencia confirman el juicio del ministro de finanzas británico de la Reina Victoria, Disraeli, quien escribió: “El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores".

La más “desconocida” pero la más potente de esas organizaciones secretas el Bilderberg. Creado en mayo de 1954 en el hotel Bilderberg de Oosterbeek, en Holanda, por el príncipe Bernardo de los Países Bajos, Bilderberg es un grupo supranacional cuya existencia se basó en una idea simple: reunir a los miembros de la OTAN, la Alianza Atlántica, a fin de que éstos armonizaran la política internacional de los aliados. La adhesión al grupo de Bilderberg se hace por contactos confidenciales y sus miembros tienen estrictamente prohibido hablar abiertamente del contenido de los debates y de las decisiones que se toman.
Compuesto esencialmente por personalidades del mundo de los negocios, la industria y la política, los miembros son seleccionados por su “mérito”. Aunque su funcionamiento y su organización interna siguen estando protegidos por el secreto, se sabe que existe una suerte de “comité conductor” (steering committee) compuesto por miembros permanentes (de 15 a 18 personas entre norteamericanos y europeos) que decide a quién se invita y de qué temas se trata.
Bilderberg está dividido entre “iniciados”, en total cuatro integrantes del “club”, entre ellos David Rockefeller, “inocentes” e invitados esporádicos a las reuniones. Todos los personajes que asisten a las cumbres no son iniciados y éstos trabajan según metas que los mismos miembros del “club” desconocen. El secreto es la regla de oro, incluso para los escasos periodistas que reciben esporádicas invitaciones.
Aunque es el más protegido, Bilderberg no es el único círculo sobre el que pesan muchos interrogantes: el Club de Roma, la Comisión Trilateral, el Bohemian Club, el Aspen Strategy Group, el Council of Foreign Relations, y el Skull and Bones constituyen otros brazos de lo que muchos denominan “la secta global”. El grupo de Bilderberg se presenta como un “foro internacional” en cuyo seno los dirigentes políticos y económicos exponen su posición personal sobre temas de interés general, especialmente en los campos de la política exterior y la economía internacional. Sin embargo, cuando se conoce la nómina de participantes, los temas tratados y algunas “decisiones históricas” tomadas por sus miembros se hace evidente que existe un “lazo confidencial” entre lo que se habla en Bilderberg y lo que ocurre después. Cada vez que un tema dominó la agenda mundial, Bilderberg lo trató a su manera elaborando una estrategia de respuesta o, como en algunos casos, estableciendo una auténtica política de acción. El Foro de Davos reúne cada año en esta ciudad a la crema del mundo para evocar “públicamente” los temas más candentes. Bilderberg hace lo mismo…pero a puertas cerradas, sin conferencia de prensa ni publicidad alguna.

Los grandes “cardenales” de este cónclave planetario son dueños de bancos (Lazard Frères & Co., Barclays, Chase Manhattan Bank, Goldman Sachs, Deutsche Bank, Société Générale de Belgique, UBS,…) administradores de grupos industriales (Unilever, Fiat, Daimler-Chrysler, Xerox Company, Lafargue, Total-Fina Elf, Shell, BP Amoco,…) varios comisarios europeos, millonarios como Rockefeller y sus descendientes, responsables de instituciones de estudios internacionales, el secretario general de la OTAN, dirigentes del FMI y del BM, ex presidentes como George Bush o Bill Clinton, personajes influyentes como Henry Kissinger, senadores e intermediarios de altísimo vuelo.
Gora Greider, secretario de redacción del diario sueco Dala Demokraten, establece un lazo entre el orden actual del mundo y las influencias ejercidas en el seno de Bilderberg desde hace 50 años. Según Greider, Bilderberg contribuyó “a instaurar el tipo de capitalismo que conocemos hoy y a solidarizar entre sí a las principales elites mundiales del ámbito de los negocios. David Rockefeller, dueño del Chase Manhattan Bank, fundador de la Comisión Trilateral –es decir el brazo político de Bilderberg-, participó de todas las reuniones del grupo desde su fundación en 1954. A él se le debe la mejor definición escondida de los círculos como Bilderberg. En la edición del primero de febrero de 1999, Rockefeller declaró a Newsweek International: “Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada para hacerlo”.

El esquema de sus reuniones, celebradas cada año en un lugar diferente del mundo no varía: son ultra secretas, protegidas por un imponente ballet masculino de los servicios secretos, con la asistencia de lo más destacado que existe en los círculos de las finanzas y la política. En una de las últimas cumbres, organizada en Francia, entre los más de 100 “global leaders” que asistieron estaban el número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, Richard Perle, uno de los inevitables ex consejero de Seguridad de George Bush y arma política de disuasión frente a los enemigos de la ofensiva militar en Irak, Dominique de Villepin, el ministro francés de Relaciones Exteriores, el ex presidente francés y actual presidente de la Convención Europea, Valery Giscard d’Estaing; John Bolton, subsecretario de Estado Norteamericano encargado de las armas y la seguridad nacional, una galería de presidentes de grupos multinacionales Thales, Axa, Nokia, Daimler-Chrysler, Novartis-, gobernadores de bancos centrales, el Rey de España, los primeros ministros de Dinamarca y Portugal, el juez antiterrorista Jean Louis Bruguière, miembros de institutos de estudios estratégicos internacionales y un puñado de periodistas que aceptan la ley del silencio, de Financial Times, The Economist, Newsweek o La Repubblica. Durante tres días, la crema mundial discutió sobre la guerra de Irak, la lucha contra el terrorismo, la caída del dólar. Cada participante se compromete a “ser franco dentro del grupo” y a mantener en absoluto secreto el contenido de las discusiones. “La franqueza es la regla de juego”, comenta el belga Etienne Davignon, presidente del comité de organización del grupo de Bilderberg, para quien “si Bilderberg es un éxito se debe a que nadie molesta a nadie, a que cada participante juzga útil escuchar una cosa distinta de la que está acostumbrado a oír. La gente sabe que acá no hay micrófonos y que no se van a ir con las manos vacías”.
Según reveló parcialmente el comisario europeo Pascal Lamy, “los enfrentamientos entre franceses y norteamericanos a propósito de la guerra de Irak fueron intensos”. Un asiduo concurrente a las reuniones de Bilderberg explica: “Acá se puede ir al fondo de las cosas, se habla de geopolítica, de estrategia”. Desde luego, también se trabaja “cuerpo a cuerpo” para orientar los comportamientos de las redes de influencia. El Corporate European Observatory, uno de los grupos de estudios más importantes sobre las políticas liberales, destaca en un libro publicado en 2000 que si bien Bilderberg no decide nada de manera “formal”, si llega a “plasmar” un consenso entre las elites de la política, de la economía y de los medios de comunicación. Geoffrey Gueuns, sociólogo belga de la Universidad de Louvain y autor de una investigación sobre el poder de estos clubes (“Todos los poderes confundidos”), afirma que Bilderberg ilustra el “pacto estructural entre la elite de los negocios, la elite política y la de los medios de comunicación”. James P. Trucker, un norteamericano perteneciente a la derecha dura, es uno de los asiduos críticos de Bilderberg. Según él y otros detractores, en 1973 Bilderberg sirvió para aumentar el precio del petróleo en un 400 por ciento, Kissinger preparó en su seno la guerra de Yom Kippur (Israel contra Egipto y Siria), Margaret Thatcher obtuvo allí el visto bueno de la elite para ser la primera ministra debido a su oposición al euro, la moneda única europea (que en realidad, surgió más de 20 años después), Clinton consiguió la corona para ser Presidente de los EEUU y, en 2002, Donald Rumsfeld elaboró la estrategia de intervención en Irak. “Es absurdo, un fantasma. La idea de un cenáculo entre amos del mundo es falsa”, alega Etienne Davignon. Con todo, es lícito contestar que algo ocurre. La tendencia ideológica de Bilderberg es clara: sólo para blancos, una suerte de “núcleo” del mundo occidental compuesto en sus dos terceras partes por anglosajones que nunca se ha abierto a otros sectores del mundo.

Pero no es el único centro de influencias subterráneas. El segundo es la Comisión Trilateral, creada en 1973 por los miembros de Bilderberg. Pero también está el Comité de los 300, la Round Table, el Club de Roma., el CFR, Council of Foreign Relations, el Bohemian Club, el Skull and Bones. Casi todos los núcleos poseen características comunes –el secreto y los intercambios entre las finanzas y la política-, y un fundador o iniciador que los liga a todos: Rockefeller. El Comité de los 300 fue fundado en 1729 para asociar al sistema bancario mundial con los representantes de las naciones occidentales, la Round Table fue fundada en 1891 con propósitos similares; el CFR, Council of Foreign Relations, es una emanación de la Round Table lanzada en 19821. El CFR se presenta como un centro de investigaciones sobre las relaciones internacionales y organiza seminarios cerrados a muy alto nivel. En un informe anual de 1992, el CFR acota: “En el curso de todas las reuniones, la regla del Consejo es la no-atribución aplicada. Ello garantiza que los participantes puedan hablar abiertamente sin que, más tarde, otros participantes relaten las declaraciones.

Impulsada por David Rockefeller y Zbigniew Brzezinsky, la Comisión Trilateral vio la luz en 1973. A diferencia de Bilderberg, la Trilateral organiza encuentros a los que invita a personalidades de Oriente, concretamente Japón. Esta organización agrupa a más de 200 personas oriundas de las elites industriales y económicas de EEUU, Japón y Europa Occidental. Se la considera el “brazo político” de Bilderberg porque sus reuniones se acompañan de cierta publicidad. Existe una presencia “cruzada” y permanente entre quienes asisten a las reuniones del Club de Roma, de la Comisión Trilateral y del Council of Foreign Relations.

Sin duda, el más notorio de esos cenáculos es el Bohemian Club, cuyo lanzamiento data de 1879. El Bohemian propone una suerte de “retiros festivos” durante los cuales los participantes, los dos presidentes Bush, Kissinger, Colin Powell, deben mostrar sus talentos escondidos de músicos, actores o cómicos. Las mujeres y los periodistas están proscritos. El Bohemian Club organiza “seminarios” en California invitando a millonarios norteamericanos y a personas provenientes de 12 países. Cincuenta de sus miembros son directores de alguna de las 1000 compañías que figuran en la lista de la revista Fortune, funcionarios del gobierno o consejeros de mucho peso. “Weaving spiders not come here”, dice la divisa del Club. Una serie de investigaciones indican que el proyecto Manhattan, la piedra piramidal de la bomba nuclear lanzada en Hiroshima, fue concebida entre sus muros en 1942. Todos los grandes industriales, financistas y políticos norteamericanos pasaron por esos seminarios. Aunque oficialmente la cumbre tiene por objeto celebrar “el espíritu bohemio”, lo que ocurre allí adentro suele escapar a la razón. Además de las representaciones teatrales o musicales de los invitados, sus miembros inician las sesiones con un espectáculo denominado “la incineración de las preocupaciones”, un rito durante el cual se incendia una lechuza de dos metros. El Bohemian Club suscita aún hoy muchos interrogantes debido a las denuncias sobre prácticas satánicas, violaciones y cultos extraños que se practican.

El Skull and Bones funciona con un esquema similar. Es una orden selecta constituída por los miembros de las familias más poderosas del sistema norteamericano. George W. Bush fue uno de los primeros en reconocer que formaba parte de esta curiosa institución que ha ejercido una influencia considerable dentro de EEUU. Según Anthony Sutton, autor de una investigación sobre Skull and Bones (“La red secreta norteamericana”), la orden ha ejercido una “cadena de influencias a la vez verticales y horizontales”, particularmente dentro del sector bancario y financiero de los EEUU.

Bilderberg, el Bohemian Club, la Comisión Trilateral, el Club de Roma, tal vez no constituyan organizaciones o grupos cuya meta consiste en organizar un complot mundial pero si aparecen como círculos donde el gran poder negocia las políticas globales a la sombra de los debates públicos y de la democracia.
Gran parte de la centralización del poder que se está llevando actualmente a cabo en el mundo puede atribuirse a los acuerdos del grupo Bilderberg. “No establecen la política mundial”, en opinión de Denis Healy, uno de los fundadores de Bilderberg, “sino simplemente debaten la línea de la política a seguir con las personas que la hacen realidad”.
Según una fuente del grupo, “los acontecimientos mundiales no ocurren por casualidad: están pensados para que sucedan…y la mayoría de lo que sucede está dirigido por los pocos que manejan el poder”.
Todas las instituciones europeas que han formado la unidad del Viejo Continente, desde la Comunidad Europea del Carbón y del Acero o el EURATOM, hasta la Comunidad Europea, fueron concebidas, diseñadas y convertidas en realidad dentro del grupo Bilderberg.

Desde 1954, los bilderbergers representan a la elite y la riqueza de todas las naciones occidentales –financieros, industriales, banqueros, políticos, líderes de corporaciones multinacionales, presidentes, primeros ministros, ministros de Finanzas, secretarios de Estado, representantes del Banco Mundial, la OMC y el FMI, ejecutivos de los medios de comunicación, y líderes militares- un gobierno en la sombra que se reúne en secreto para debatir y alcanzar un consenso sobre la estrategia global. Todos los presidentes americanos desde Eisenhower han pertenecido al Club.
También Tony Blair, así como la mayoría de los miembros principales de los gobiernos ingleses; el ex primer ministro galo Lionel Jospin; Romano Prodi, ex presidente de la Comisión Europea; Mario Monti, comisario europeo; Jean Claude Trichet, gobernador del Banco Central Europeo; James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial; Rodrigo Rato, director gerente del FMI; Javier Solana, alto representante de la UE para la Política Exterior, ex secretario general de la OTAN; George Robertson, ex secretario general de la OTAN; José M. Durao Barroso, presidente de la Comunidad Europea, ex primer ministro portugués…(la lista continúa, ya verán más adelante).
Kofi Annan está casado con una hija del principal mecenas de Bilderberg. Eso significa que Annan es sospechoso? Significa como mínimo, que cuenta con la aprobación de una importante parte del establishment norteamericano. Kofi Annan fue nombrado directamente por Bill Clinton, quién también ha participado en las reuniones de Bilderberg y la Comisión Trilateral.

¿Cuál es el objetivo, para qué se juntan? Si bien podría presumirse que el objetivo de las reuniones del Club de Bilderberg es, principalmente, hacer una buena agenda de teléfonos para pedir oportunos favores, a los políticos concurrentes, quienes se sienten en su salsa rodeados de tanta elegancia, poder y dinero y que los promotores aprovecharán, en su momento, dando un telefonazo cuando lo necesiten, la cuestión real, muy probablemente, trascienda esta finalidad; el funcionamiento del sistema indica que los números finales de los balances de los bancos y las corporaciones, los flujos financieros y los patrimonios de las familias privilegiadas, dinastías y magnates y hasta los paraísos fiscales, dependen, centralmente, del resultado de opciones políticas concretas e incluso de intervenciones militares o acciones represivas violentas.
El poder y el dinero son argumentos mas que suficientes para esconder lo que se quiere, el inmenso bienestar que gozan unos pocos, puede sufrir enormes modificaciones con el conocimiento abierto de las decisiones que surgen de estos foros y que deberían tomarse en democracia. Cuando una pequeña elite, con semejante acumulación de poder y riqueza se reúne a deliberar, no debe hacerse con el hermetismo en que acontece, el mundo en su actual figura de miseria y carencias, merece una explicación de lo que ellos tratan. No es necesario ser futurólogo para predecir que lo contrario solo traerá nuevos, más cruentos y frecuentes enfrentamientos y estos no serán ya, entre extremistas o terroristas y gobiernos, sino entre ciudadanos esclarecidos y grupos privilegiados que, lejos de toda convicción democrática, determinan la vida, libertad y derechos de millones.

“Que algunos activistas tengan a Bilderberg en la mira no sorprende a Alasdair Spark, experto en teorías conspirativas.
“La idea de que una camarilla en las sombras está manejando al mundo no es nueva. Por cientos de años la gente ha creído que el mundo es gobernado por un conciliábulo de judíos”, indica.
Y concluye: “¿no debemos esperar que los ricos y poderosos organicen las cosas según su propio interés? Creo que eso se llama capitalismo”. (BBCMundo.com – 1/9/04)

Lo que es bueno para los bancos y los grandes negocios es bueno para el bienestar de la humanidad, así piensan la mayoría de los líderes actuales del mundo Occidental, financieros y estrategas de la política exterior que asisten a Bilderberg y desde ese punto de vista, se reúnen para pulir y reforzar un acuerdo general virtual, que consolide esta ilusión de la globalización, definida bajo sus condiciones.
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Fuente: http://www.eumed.net/libros/2005/rl10/4a.htm
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Thursday, October 1, 2009

¿Qué sabe usted de Gustavo Cisneros?... (II)

¿Qué sabe usted de Gustavo Cisneros?... (II)

Frente de Resistencia Popular "Maisanta" / Aporrea.org (Venezuela) - 09/06/04


Segunda Parte

De la Pepsi a la Coca Cola: Otro zarpazo

El 16 de agosto de 1996, otro escándalo sacudió el mundo de los negocios. Después de manejar durante 50 años la marca Pepsi Cola, la Organización Cisneros "brinco la talanquera", como dicen en Venezuela, y se pasó con armas y bagajes al imperio de la Coca Cola. Los Cisneros vendieron a The Coca-Cola Company 18 plantas embotelladoras y toda la red de mercadeo y distribución de la marca Pepsi Cola, que se quedó en el aire en Venezuela: sin plantas embotelladoras, sin camiones, sin distribuidores, sin personal, sin nada. La operación representó para los Cisneros una bolsa de 500 millones de dólares.

Todas las puertas y los brazos abiertos

Con los fulgores de su creciente fortuna, Gustavo Cisneros se hizo amigo de todo el poder político, económico y mediático; amigo de Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi y los más relevantes dirigentes de la alta dirección de AD; amigo de Rafael Caldera y financista de los más destacados lideres de Copei, a través del Banco Latino y de los hilos dorados de Pedro J.Tinoco hijo; en el MVR amigo de Luis Miquelena; en los círculos de la prensa, todos los directores de TV, radio y prensa se rindieron a sus pies: Miguel Enrique Otero y Alfredo Peña, en El Nacional se pusieron a su servicio. Igual ocurrió con los dueños de El Universal. Compartió con Miguel Angel Capriles vinculos fraternales y nadie se atreve en La Cadena a tocarlo "ni con el pétalo de una rosa". Tiene en su puño a Venevisión, Vale TV, Radio Caracas TV y una red extendida de emisoras en todo el país. En una ocasión, el Diario de Caracas hizo un comentario indirecto que no fue de su agrado. Bastó y sobró para eliminarle sus ingresos por publicidad. Con Pedro R.Tinoco hijo tenía acceso a los favores del Banco Central. Entonces se decía en Caracas que "las bovedas del Banco Central eran la caja chica de Gustavo Cisneros". Una de las operaciones más escandalosas se la brindó Tinoco en bandeja de plata. Compraba bonos de la deuda externa y el Banco Central la recompraba con ganancias por encima del 100 por ciento.

El libro de Lyndon Larouche

En los años 80 comenzó a circular en Venezuela un libro titulado "Narcotráfico S.A", editado por Lyndon Larouche, un personaje estrafalario y pintoresco que acusa de masones y comunistas hasta a los miembros de la Corte de la Reina de Inglaterra y al propio Papa. Lyondon Larouche aseguraba que Cisneros estaba vinculado a las profundidades del narcotráfico. Las demencias del editor del libro le restaba toda credibilidad a la denuncia. Sin embargo, Cisneros usó todo el poder de sus amigos en Acción Democrático y Copei para recoger los ejemplares del libro. La policía movilizó todos sus efectivos hasta que no quedó un solo libro de Lyndon Larouche en las calles de Caracas.


Jimmy Carter y Rockefeller

De la mano de David Rockefeller

De la mano de David Rockefeller, Gustavo Cisneros ingresó al alto mundo social y empresarial. Así llegó al Grupo "Bilderberg", fundada en 1954 por los grandes magnates de las finanzas. No bien conocida, al contrario rodeada de un hálito de secreto, pero de una influencia determinante en la política y los negocios de Estados Unidos y en el mundo entero, el Grupo "Bilderberg" reúne en su seno a los propietarios de bancos como los Rockefeller, propietarios de grandes empresas como Fiat, Daimler-Chrysler, Xerox, Lafarge, TotalFinaElf, Shell, BO Amaco. Ha sido definida como "un pacto entre las élites de los negocios, la política y los medios de comunicación para la defensa del mundo occidental" . Está dirigida por un equipo de 15 personas. Uno de ellos es Gustavo Cisneros.

En la cumbre social norteamericana

Por esta misma vía, son conocidos sus vínculos con los Bush padre e hijo. Los dos se han alojado en las lujosas residencias de Cisneros en la República Dominicana o han salido de pesca en alguno de sus yates. Tienen abiertas las páginas de Washington Post y de la revista Neesweek. Es uno de los fundadores de Nuevo Museo de Arte Moderno del Queens en Nueva York. En el año 2001, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, por recomendación de la Delegación Norteamericana, designó a Gustavo Cisneros asesor permanente de Comunicaciones e Informática de las Naciones Unidas. Amigo de Ronald Reagan, Gerald Ford, Wiliam Randolph Hearst, Caspar Wreinberger y George Schultz, poderosos baluartes del imperio norteamericano. Entre sus amistades del Jet Set están Isabel Presley, Miguel Boyer y la diseñadora Carolina Herrera, junto al Rey de España y el Presidente del Gobierno Español José María Aznar.

De cómo se fabrica un candidato en Estados Unidos

En 1975, año y medio ante de las elecciones presidenciales, David Rockefeller, entonces Presidente del Chase Manhatan Bank reunió a un grupo de 150 connotados directivos de las grandes empresas de Estados Unidos, incluyendo medios de comunicación y personalidades políticas. Allí David Rockefeller presentó el proyecto de la nominación de Jimmy Carter por el Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos. Nadie en la reunión había oído hablar de Jimmy Carter. Se trataba de un cultivador de maní de la pequeña ciudad de Georgia.

A partir de entonces, comenzó una intensa cobertura mediática, el New York Times a la cabeza. Carter fue presentado como la imagen de un dinámico exponente del "nuevo sur", el sorprendente "out sider" hombre no contaminado y ejemplo del mediano productor agrícola.

Como en Estados Unidos, no hay elecciones directas sino un complicado sistema de "colegios electorales", no le fue difícil a la poderosa maquinaria mediática-financiera-política, armada por David Rockeller, llevar a Carter a la Presidencia en noviembre de 1976 . El gobierno que formó el "manicero de Georgia" fue escogido por el Chese Manhattan Bank y la Standard Oil Company, incluyendo incluso a Zbigniew Brzezinski uno de los hombres más ligado a Rockefeller y cofundador con David Rockefeller de la famosa "Comisión Trilateral" de tanta influencia política en Estados Unidos.

En la presidencia y después de dejar la presidencia, Jimmy Carter es un hombre de los negocios de Rockefeller y el Manhattan Bank. Sus viajes son financiados por la The Coca Cola Company y la "Organización Cisneros". Frecuentemente sale de pesca en los yates y descansa en las casas de Gustavo Cisneros en la República Dominicana o en Venezuela.

Fabricante de presidentes

Sin embargo, Carter no fue el único producto de la fábrica de gobiernos que funciona en las sociedades secretas norteamericanas, integradas por los más poderosos hombre de la banca, el petróleo y las comunicaciones. Rómulo Betancourt, Hipólito Mejía, Menen, Toledo, Uribe y una larga lista de gobernantes centroamericanos han recibido el aval de los grandes intereses norteamericanos.

Ahora toca a Gustavo Cisneros

Gustavo Cisneros es miembro de la Junta Internacional del Chese Manhattan Bank, del Council of Foreign Relations, del Consejo Internacional Empresarial, del Comité Asesor del Centro David Rockefeller, de la Sociedad de las Américas, del Cuerpo de Asesores de la Universidad de Columbia, Fideicomisario de la Rockeller University en Nueva York, incluso del llamado "Aspen Group" , asociación de dueños de empresas que promueven "un gobierno universal".

En una declaración a "Newsweek Internacional", Rockefeller dijo: "Algo debe reemplazar a los gobiernos y el poder privado me parece la entidad adecuada". No es extraño que Gustavo Cisneros aparezca ahora en los planes de los intereses norteamericanos como candidato a ser Presidente de Venezuela.

En conocimiento de los planes y proyecciones de Rockefeller, Standard Oil Company y Manhattan Bank, la periodista Rodríguez Marturet escribió: "Gustavo Cisneros ya casi tiene asegurado el puesto de Presidente de la República de Venezuela. Cisneros tiene muchos años esperando esta oportunidad y parece ser que le ha llegado el momento" Una gran maquinaria en busca del poder

¿Quién está detrás de la conspiración?

Quien pueda imaginarse que detrás de la conspiración para derrocar al Presidente de Venezuela están sólo unos cuantos militares furiosamente enajenados por la mentalidad pronorteamericana y otros cuantos "adecos" despechados no tiene la menor idea de la realidad.

Jamás se había montado una maquinaria más poderosa con un objetivo tan preciso como se ha hecho ahora en Venezuela. En otras ocasiones se han orquestado en Centroamérica o en Argentina o Perú mecanismos de una gran fuerza económica y política como ocurrió para desalojar a Perón o llevar a Toledo a la presidencia.

En el propósito de echar a Hugo Chávez del Palacio de Miraflores se ha reunido el más gigantesco y avasallante poder de tergiversaciones y mentiras del imperio comunicacional e informático en manos de Gustavo Cisneros con el más poderoso poderío económico, político y diplomático del gobierno de Estados Unidos.

El dominio de Cisneros abarca un mundo de televisoras, radioemisoras y periódicos que todos los días vomitan el más amargo veneno sobre millones de hispanoparlantes a todo lo largo y ancho del Continente. Bajo las órdenes de Washington se encuentran gobiernos, jefes de Estado, ministros, políticos, partidos, sindicatos, empresas, sociedades, generales y policías a montón en su órbita americana.

Es un ensamblaje gigantesco que abarca recursos políticos, financieros, militares, diplomáticos partidistas y mediáticos de una cobertura internacional. Carter y Gaviria, a quien el Gobierno Venezolano ingenuamente invitó como "observadores imparciales, son fichas marcadas entre los servidores de Washington.

La aspiración presidencial

Durante más de cuarenta años, los Cisneros se mantuvieron en el juego de aprovecharse y de ser aprovechados por el poder de los partidos AD y Copei.

Diego Cisneros fue estrecho amigo de Rómulo Betancourt. En muchas ocasiones, los Cisneros dispensaron generosas ayudas a los líderes de AD y Copei en las campañas electorales y en otros campos menos descubiertos.

Betancourt, igual que muchos de los políticos de la época, se benefició de estas chequeras siempre abiertas al favor político o personal. Pero. dando y dando, mucho más se aprovecharon los Cisneros del poder político de sus amigos. El negocio de los CADA, la adquisición de las Galerías Preciadas, los "permisos de importación" en tiempos de veda en las aduanas, la asignación de "dólares preferenciales" y otras ventajas para el fácil enriquecimiento no hubieran sido posible sin la amistad e influencia de los gobiernos de AD y Copei.

Cuando Jaime Lusinchi necesitó renegociar la deuda externa Gustavo Cisneros sirvió de intermediario con los bancos norteamericanos. Un reportero le preguntó cuánto había ganado en esta operación, respondió "nos ayudamos mutuamente. En realidad muy poco".

Los testaferros son otros

Ahora llegó la hora de Gustavo Cisneros. Los suficientemente bien conocidos por sus tendencias políticas Alberto Quiroz Corradi y Marcel Granier son sus representantes ante la Coordinadora Democrática y cuidan sus intereses políticos. Los Cisneros han puesto a la orden de AD, Copei y Primero Justicia los medios de comunicación más influyentes: "Venevisión", "Radio Caracas TV" y "Vale Televisión", "El Nacional" y la cadena de radioemisoras que pertenece a su red en todo el país manejada por testaferros de los Cisneros.

Si Quiroz Corradi y Marcel Granier son los testaferros en el campo político, una difusa amalgama de empresas regionales son las correas de trasmisión de la "Organización Cisneros"en el escenario de las televisoras y radioemisoras en el interior del país.

Multitud de residencias en Estados Unidos, República Dominicana y Venezuela son facilitadas para reuniones y citas que tienen como objetivo la coordinación de los planes para sustituir a Chávez. Como se sabe, Gustavo Cisneros tiene varias residencias en Estados Unidos y la más conocida es su lujoso apartamento en Nueva York. En Venezuela tiene casas en el Country Club de Caracas, en Los Roques, en Margarita y lujosas mansiones rurales en el interior del país. Pero el plan por desalojar a Hugo Chávez y conquistar la Presidencia de la República tiene más escenarios.

El Gran Capo de la Conspiraciónny el centro de la conspiracion

Cuando Carlos Andrés Pérez huyó del Palacio de Miraflores ante la avalancha de los rebeldes el 4 de febrero de 1992 fue a refugiarse en las Colinas en la sede de Venevisión. Las reuniones entre los diferentes factores políticos de la derecha previas al golpe de Estado del 11 de abril de 2002 se llevaron a cabo en Venevisión. Las declaraciones de Luis Miquelena con el fin de justificar su traición al Presidente Chávez fueron hechas desde Venevisión. Pedro Carmona salió al Fuerte Tiuna a verse con los oficiales golpistas desde Venevisión. Venevisión y el grupo Cisneros han estado en el epicentro de la conspiración contra el Presidente Chávez en forma abierta y sin desmayos.

La fuerza de los medios de comunicacion

Desde antes del 11 de abril de 2002, Cisneros había recibido el encargo de los intereses norteamericanos de perfilarse hacia la Presidencia de la República de Venezuela. El ascenso de Silvio Berlusconi a la jefatura política de Italia fue una referencia que hinchó las velas de las aspiraciones presidenciales.

Igual que Berlusconi, Cisneros tiene en sus manos el poder da las comunicaciones y la información. Ha sido la fuerza de este poder lo que condujo a silenciar las apetencias de los caudillos de los partidos en Italia para dejar el paso libre a Berlusconi. En Venezuela, Enrique Mendoza y Salas Römer no tendrían ninguna posibilidad sin el apoyo de Cisneros. Los medios de comunicación han sido los dueños y tutores de la oposición al Presidente Chávez. "El Nacional", "Venevisión", "Radio Caracas TV" y "Globovisión" han marcado y marcan la temperatura de la oposición. Ellos inspiraron el golpe de Estado del 11 de Abril. Lo modularon ideológicamente y lo dirigieron financiera y políticamente. Derrotada el 13 de abril por la acción popular y militar, los medios de comunicación dieron oxígeno a fin de restaurar la conspiración. Fueron los medios de comunicación quienes se convirtieron en el centro de la huelga patronal y golpista de diciembre de 2002 y enero de 2003. Los programas de "opinión" de "Venevisión", "Radio Caracas TV" y "Globovisión" han estado al servicio de la política golpista.

¿Hubiera sido posible esta línea sin la aprobación de Gustavo Cisneros? No, la decisión de involucrar abierta y descaradamente a los medios de comunicación en esta línea de subversión y golpismo interpreta cabalmente el interés y las ambiciones políticas de Gustavo Cisneros.

A la hora de escoger candidato a la Presidencia de la República, quien tendrá la palabra decisiva será Gustavo Cisneros.

Intermediación Internacional

Si la oposición al Presidente Chávez vale por la fuerza que le prestan los medios de comunicación, no hay duda que el otro bastión que da aliento a la oposición es el concurso deliberado y agresivo de la ultraderecha de Estados Unidos, Colombia y España.

Gustavo Cisneros ha sido clave también para servir de intermediario y lograr el financiamiento del Gobierno de Estados Unidos y la injerencia del Gobierno de Colombia a favor de la oposición al Presidente Chávez.

Ha sido Cisneros el personaje que ha tejido la red de hilos entre los factores de la "Coordinadora Democrática" y el Gobierno de Bush. Se atribuye a Gustavo Cisneros la correa de trasmisión para obtener los millones de dólares que han recibido los golpistas venezolano para llevar a cabo sus planes.

Súmate también es obra de Cisneros. Gracias a sus gestiones ante las autoridades norteamericano, Súmate obtuvo el financiamiento que permitió la maquinaria del fraude y la trampa.

Ningún otro hubiera podido alcanzar esos objetivos sino un hombre que disfruta de la confianza de los Bush, padre e hijo y puede verse y negociar con Kissinger o cualquiera de los factores decisivos en la política exterior de Estados Unidos.

Por estos caminos, Gustavo Cisneros alimenta su ambición de ocupar el lugar de Chávez en Miraflores, de la mano de los intereses norteamericanos.


¿Cuál es el proyecto Cisneros?

Un hombre globalizado

Los Cisneros son hombres de las finanzas internacionales. Su mundo tiene como escenario al Manhattan Bank, el Centro Rockefeller, The Coca Cola Company y las poderosas cadenas de comunicaciones e infomática de cobertura internacional. Como el propio Gustavo Cisneros dijo, en ocasión de ser preguntado sobre los efectos de la globalización, "nosotros estamos globalizado desde hace mucho tiempo". Ciertamente, incluso con repecto a su nacionalidad, Gustavo Cisneros puede jactarse de ser un "globalizado" porque tiene nacionalidad venezolana, española y dominicana.

El proyecto Cisneros

Desde hace años Cisneros tiene su vista fija en Citgo Internacional la filial de PDVSA que funciona en Estados Unidos y tiene una red de distribución de combustible que comprende 17.075 estaciones de servicio y ocho refinerias. En 2001 produjo una utilidad neta de 213 millones de dólares (USA). Los expertos consideran que podría dar el doble, unos 500 millones de dólares, porque en el 2001 la gerencia estaba en manos de la vieja estructura de la mafia "Giusti" conocida por los venezolanos por su incapacidad y rapiña. Aquellos 213 millones sólo eran el repele que dejaba el saqueo. La mafia Giusti estuvo a punto de llevar a la quiebra a PDVSA, una de las cinco mayores empresas del Continente. Ahora Giusty trabaja para Gustavo Cisneros. Escribe artículos y da conferencias a favor de la privatización de PDVSA y contra el Presidente Chávez.

La Organización Cisneros ayuda económicamente a sostener a un ente denominado "Gente de Petróleo" en donde se agrupan los gerentes que paralizaron la industria petrolera venezolana en 2002 con cheques a favor de su líder Juan Fernández cuyos viajes a Miami, en busca de los subsidios imperiales, son esmeradamente ocultados.

Todo el pastel

Si Gustavo Cisneros se conformaba hace años con la Citgo Internacional ahora quiere todo el pastel. George W. Bush pertenece a una familia petrolera.

Siete miembros de su gabinete son asociados a intereses petroleros. Las guerras de Afganistán e Irak tienen como objetivo el petróleo. Ahora la carta de las grandes transnacionales para "privatizar" a PDVSA se llama Gustavo Cisneros.

En una reciente reunión, donde asistió Henry Kisinger, Gerald Levine, Thomas Middelhoff y la plana mayor del clan Rockefeller, Cisneros presentó un cuadro tétrico de la situación venezolano. Después de Chávez sólo se podrá gobernar a Venezuela con un despliegue muy poderoso de grandes campañas de publicidad para convencer a la población pobre de las ventajas del nuevo régimen. Solo Cisneros tiene ese poder.

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Fuente: http://www.soberania.org/Articulos/articulo_1129.htm

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