De la Ciudad al Campo
Una contribución a la seguridad moral y
social de los hijos de Dios
Elena G. de White
Acerca de la autora: Elena G. de White (1827-1915). Prolífica escritora y conferencista. Cuenta en su haber con la escritura de cien mil páginas de manuscritos, fruto de su espíritu investigativo y su ferviente comunión con Dios. De todos los autores en la historia norteamericana, tiene el honor de ser la autora más traducida. Sus libros se han vendido por millones y se han traducido a más de cien idiomas.
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Prefacio
Exhortación a Abandonar las Ciudades
Los peligros de la ciudad
La vida en las ciudades no cumple el propósito de Dios
Una actitud indolente
Las ciudades recibirán los juicios de Dios
Resultados de desoír las advertencias
Los juicios de Dios son inminentes
La visión de una gran destrucción
Dios procura despertar la gente
El peligro de permanecer innecesariamente en las ciudades Evítense los Conflictos Laborales
Procurad la libertad que ofrecen las zonas rurales
Evitad las luchas partidistas
Futuros problemas gremiales
En conflicto con los gremios de obreros
Preparación para el acontecimiento
Para mantener nuestra individualidad
Desprecio del Decálogo
Uniones que se han formado o que se formaran
Una Exhortación a los Padres
Alejad a vuestros hijos de los centros de la iniquidad
Antes que sobrevenga el azote
Salvación de los hijos versus comodidad y conveniencia
El carácter cristiano se desarrolla mejor en los lugares apartados
El campo es un lugar de refugio
No es una gran privación
Cómo obtener los mejores resultados de la vida
La influencia del campo en la vida de los hombres nobles
Mejor que las riquezas
Múltiples beneficios de una vida activa al aire libre
No esperéis que un milagro deshaga los resultados de una conducta impropia
El Trabajo en las Zonas Rurales
La tierra suplirá nuestras necesidades
Un pedazo de tierra y un hogar cómodo
El cultivo de frutas y verduras y la crianza de aves
La vida en el campo es una bendición para los pobres
Fundación de las industrias para las familias
Fábrica de alimentos saludables
Preparación para la Crisis que Provocarán las Leyes Dominicales
Nos esperan tiempos difíciles
Las Instituciones como Centros de Colonización
No debemos formar colonias
Trabájese en comunidades dispersas
Lugares que ofrecen posibilidades de trabajo
No os dejéis seducir por las ventajas que ofrecen nuestras instituciones
No establezcamos centros como Jerusalén
Permaneced en las iglesias pequeñas —Abrid nuevas escuelas
Lo que deben sentir los ángeles
Creced y extendeos; pero no en un solo lugar
Guiados por la Providencia Divina
Cuando Dios abra el camino
Dios ayudará a su pueblo
Hay que ayudar a abrir el camino
Consejo y advertencia a los que se proponen salir de las ciudades
El don de aconsejar
Considerad cuidadosamente todo movimiento
Se necesitan planes bien definidos
Los peligros de la nueva experiencia
Hágase todo con orden
Los resultados de una acción apresurada
Exponed todos los planes delante de Dios
Nuestras Instituciones deben Ubicarse Lejos de las Zonas muy Pobladas
Lugares apropiados para establecer funciones
Como evitar la tentación y la corrupción
Nos esperan tiempos difíciles
Dónde se puede enseñar a los jóvenes con mayor eficacia
Hay que trabajar desde puestos de avanzadas
Lugares de fácil acceso a las ciudades
Lecciones que nos enseñan Enoc y Lot
Iglesias pero no instituciones en las ciudades
El mensaje del Señor
Huida Apresurada en el Conflicto Final
La señal para la huida
Prefacio
Los consejos del espíritu de profecía insisten repetidamente en los beneficios que ofrece la vida de campo. Las nubes anunciadoras de tormenta señalan cuan apropiada es la repetida exhortación a abandonar las ciudades. Todo Adventista consciente se da cuenta de que las aglomeraciones, las tentaciones, y los crecientes conflictos laborales que se presentan en la vida de la ciudad, no ofrecen un ambiente saludable para las familias cristianas.
A través de los años, millares de Adventistas han buscado en los testimonios del Espíritu de Profecía ya publicados, los consejos que los orientaron para elegir el ambiente apropiado donde debían establecer su hogar, y para saber cuál debía ser su actitud en su relación con las diversas organizaciones del mundo. Como los presagios de la crisis que se avecina indican cuan sutiles son los peligrosos y cuan terrible es el conflicto que nos espera, nos ha parecido acertado presentar una nueva edición de estos consejos de manera que atraiga la atención de cada miembro de iglesia
Y si tomamos en cuenta el tiempo en que vivimos, resulta apropiado no sólo repetir los consejos que ya conocemos porque se han publicado hace mucho tiempo, sino imprimirles el énfasis necesario al acompañarlos con instrucciones más detalladas que se publicaron de vez en cuando en la Review and Herald o que la pluma inspirada incluyó en cartas personales que dirigió a obreros responsables de la causa de Dios, para darles ciertos consejos.
Esta edición está en completa armonía con las instrucciones que la señora Elena G. de White dio a sus fideicomisarios, cuando les indicó que'' imprimieran compilaciones extraídas de mis manuscritos", porque ellos contienen, prosiguió, "instrucciones que el Señor me ha dado para su pueblo". La referencia de cada pasaje indica el año en que ha sido escrito o publicado por primera vez.
En este folleto hallaremos fervientes llamados a una acción decidida, al mismo tiempo que una solemne advertencia a no actuar con presunción. Deberíamos prestar atención especial a los consejos que se dan a la sección VII, "Guiados por la Providencia Divina", que aparecen en las páginas 24 a 27. La publicación y distribución de este folleto es una respuesta a la firme convicción expresada por los dirigentes de la iglesia, de que ha llegado el tiempo de reiterar el clamor: "salid de las ciudades".
Los Fideicomisarios de las Publicaciones Elena G. de White.
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