Saturday, November 14, 2020

¿Cuál es el plan de Biden para Latinoamérica?



El exvicepresidente promete tratar a la región como "iguales" para juntos hacer frente a la pandemia, la corrupción y el cambio climático.



Joe Biden


INTERNACIONAL POR: PORTAFOLIO

OCTUBRE 29 DE 2020 9:52 A. M.


El candidato demócrata a la Presidencia de EE. UU., Joe Biden, promete tratar a los países de Latinoamérica como "iguales" para juntos hacer frente a la pandemia, la corrupción y el cambio climático, todas ellas prioridades tan "urgentes" que no entienden de "ideologías".

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En una entrevista con Efe, Juan González, asesor de la campaña de Biden, reveló cuáles serán los valores que guiarán la relación de EE. UU. con el resto del continente americano si el ex vicepresidente vence al actual mandatario, Donald Trump, en las elecciones del 3 de noviembre.

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Nacido en Cartagena (Colombia), González fue uno de los asesores principales de Biden para Latinoamérica entre 2013 y 2015 en la Casa Blanca y asegura que el ex vicepresidente siente un gran afecto por la región, que en ocho años visitó 16 veces, más que ningún otro vicepresidente o presidente de EE.UU. En contraste, Trump solo ha hecho una visita a la región: en 2018 para la cumbre del G20 en Buenos Aires.

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¿Cuáles son los puntos clave de la estrategia de Biden hacia Latinoamérica? ¿En qué se diferencia de la doctrina que ha implementado Trump?

Lo primero es que Donald Trump no tiene una doctrina para informar su política hacia Latinoamérica. Es una estrategia electoral para el sur de Florida, sin importar el impacto que tenga sobre la región o las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano, cubano o nicaragüense (...). El contraste con Biden no puede ser más claro (...) Él es alguien que conoce la región. Siempre que habla sobre Latinoamérica, dice que los intereses nacionales de EE. UU. se avanzan cuando apoyamos una Latinoamérica y un Caribe que son seguros, prósperos y de clase media. ¿Eso qué quiere decir? Quiere decir que queremos trabajar en conjunto con esos países para combatir muchos de los retos compartidos que tenemos. Y eso fue el enfoque que él tuvo como vicepresidente.

Hubo recientemente elecciones en Bolivia. Ganó Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, con quien EE. UU. tuvo una relación complicada. ¿Qué opina Biden de la elección de Arce?

Bajo una Administración de Biden buscaremos trabajar con una Bolivia democrática y sus líderes elegidos democráticamente, buscaremos formas de trabajar juntos, pero siempre estará basado en un respeto por las decisiones democráticas y un compromiso para combatir la corrupción en nuestros países (...). Tenemos una agenda regional tan urgente que incluye el impacto de la pandemia; pero para la que el vicepresidente también ha identificado el cambio climático como algo que irá de la mano con su agenda económica internacional. Es una agenda muy ambiciosa, muy difícil y muy urgente que no tiene lugar para ideología.

Usted acaba de mencionar el cambio climático y, precisamente, Biden ha propuesto crear un fondo internacional de 20.000 millones de dólares para frenar la deforestación del Amazonas, algo que ha rechazado el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Tras esa negativa, ¿qué tipo de relación esperan tener con el Gobierno de Bolsonaro?

La visión o el potencial de la relación entre EE. UU. y Brasil es algo que no puede ignorar el cambio climático. El exvicepresidente es un gran amigo de Brasil y está dispuesto a trabajar con Brasil en todo, en cambio climático, en cooperación económica, en derechos humanos (...). Esas son conversaciones que deben tener los EE. UU. y Brasil como iguales, basados en respeto mutuo y en un espíritu de cooperación, pero la samba es un baile de dos y si Brasil no está dispuesto a bailar, desafortunadamente, vamos a perder una oportunidad.

Otro tema que ha marcado la actualidad de los últimos años ha sido la relación entre Washington y Caracas. ¿Cuál será la relación con Venezuela? ¿Está Biden dispuesto a levantar sanciones a Venezuela a cambio de avances democráticos?

La gran diferencia entre Trump y el vicepresidente Biden en el tema de Venezuela es que Trump confunde sanciones con estrategia. Las sanciones son una herramienta que nunca en la historia ha funcionado para cambiar un régimen como parte de una estrategia diplomática bien ejecutada; pero la incompetencia por parte de esta Administración ha hecho que se pierdan oportunidades para apoyar una solución democrática a la crisis humanitaria.

El vicepresidente Biden ha dejado muy claro que él, número uno, le daría el Estatuto de Protección Temporal (TPS) a los venezolanos en EE. UU. Segundo, incrementaría el apoyo humanitario a los millones de venezolanos que han huido del país, y también trataría de presionar al régimen para que acepte ayuda humanitaria (...). Y por último, el enfoque no es decirle a la oposición la ruta que ellos deben tomar, que es lo que ha hecho Trump diciéndole que pueden y que no pueden hacer.

Venezuela es de los venezolanos y el rol de una Administración Biden será apoyar al pueblo venezolano hacia una salida negociada de esta crisis. Ellos tienen que determinar cuál es ese camino; pero la expectativa del vicepresidente y de la comunidad internacional debe ser que la salida sea democrática, una elección transparente verificable por un cuerpo internacional creíble y, por último, una Venezuela democrática. Como ya hizo el vicepresidente con Colombia, EE. UU. debe estar ahí en fila para ayudar a fortalecer y volver a reconstruir una Venezuela que sirva a todos los venezolanos.

Precisamente, quería preguntarle por Colombia. ¿A qué se dará prioridad: al proceso de paz o a la lucha contra el narcotráfico?

En cuanto a la relación entre EE. UU. y Colombia, el exvicepresidente ha sido un campeón por Colombia y él ha apoyado combatir la guerrilla y los narcotraficantes. Y cuando Colombia decidió embarcarse en un proceso de paz, él apoyó al Gobierno de Colombia en ese esfuerzo. Pero se tiene que reconocer aquí que el debate que se está llevando a cabo en este momento en Colombia sobre el futuro del proceso de paz, ese es un tema que solo los colombianos pueden resolver y EE. UU. no se puede meter en ese proceso. Podemos tener desacuerdos con el Gobierno de Colombia y esas son conversaciones que se tienen en privado y se basan en el respeto a Colombia y sus instituciones, que tienen la capacidad de resolver estos temas.

Además de Colombia, cuando ocupaba la Vicepresidencia, Biden trabajó muy de cerca en el Plan para la Alianza de Prosperidad para el Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador). Ahora, Biden ha propuesto dar 4.000 millones de dólares a Centroamérica a lo largo de 4 años a cambio de reformas institucionales. ¿De dónde va a salir el dinero?

La propuesta del vicepresidente en la campaña es volver a enfocarse en las raíces de la inmigración del Triángulo Norte invirtiendo 4.000 millones a través de 4 años (...) Esos 4.000 millones a través de 4 años vendrán de la desviación de fondos o de alienar las prioridades del presupuesto de la Administración a favor de los países de la región. Cada dólar que se invierte está mejor invertido en asegurar que estamos combatiendo maras en El Salvador, que estamos combatiendo la corrupción y que estamos creando oportunidades económicas para las comunidades marginadas.

Por otro lado, Biden ha prometido derogar las restricciones que Trump ha impuesto a Cuba. ¿Cuál es la primera restricción que levantará?

El vicepresidente ha dicho públicamente que su política hacia Cuba estará guiada por dos principios. Número uno, que los americanos, en específico los cubanos americanos, son los mejores embajadores por la libertad. Entonces, él lo primero que hará es eliminar los límites sobre remesas y viajes para que los cubanos puedan ir a ver a sus familias y mandarles dinero. Y número dos, hay que fortalecer y apoyar al pueblo cubano, no al régimen, al pueblo cubano, como protagonistas de su propio futuro. Eso es algo que está en interés nacional de EE. UU., o sea que abogar por los derechos políticos, por los derechos humanos y más libertades para el pueblo cubano será algo que formará parte cualquier intercambio con el régimen.

Por último, ¿cuál será la relación con México?

México y Canadá son nuestros aliados de comercio número uno y número tres y son amigos indispensables. Yo creo que desde el inicio será una prioridad para EE. UU. volver a una relación estratégica entre EE. UU. y México y no una falta de respeto, que es lo que ha mostrado Trump a México y los mexicanos.


EFE




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