El gobierno de México exige a Estados Unidos evitar el tráfico de armas, pues éstas llevan hasta los grupos del crimen organizado (Cuartoscuro Archivo).
Tenemos indicaciones de varias fuentes de que algunos de los principales contrabandistas que la ATF quería investigar ya eran conocidos por otras agencias y pudieron haber sido pagados como informantes
Carta de legisladores republicanos a Eric Holder
México: quejas por operativo 'Rapido y furioso'
(CNNMéxico) — Los dos congresistas estadounidenses que lideran la investigación sobre el operativo Rápido y furioso, que presuntamente permitió el tráfico de 2,000 armas de Estados Unidos a México, sospechan que los contrabandistas rastreados por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) también eran informantes pagados por otras agencias, la DEA y el FBI.
En una carta al titular del Departamento de Justicia, Eric Holder, el representante Darrell Issa y el senador Charles Grassley —ambos republicanos— expresaron su preocupación por la posible implicación de la agencia antidrogas (DEA) y la Oficina Federal de Investigación (FBI) en Rápido y furioso, una operación que ha generado molestia dentro y fuera de Estados Unidos.
“Tenemos indicaciones de varias fuentes de que algunos de los principales contrabandistas que la ATF quería investigar ya eran conocidos por otras agencias y pudieron haber sido pagados como informantes”, señala la misiva, de la que obtuvo una copia la agencia Notimex.
“La evidencia que hemos obtenido abre la preocupante posibilidad de que el Departamento de Justicia no sólo permitió a criminales contrabandear armas, sino que dinero de los contribuyentes de otras agencias pudieron haber financiado tales actividades”, agrega, según Notimex.
La polémica en torno a Rápido y furioso comenzó en marzo pasado, luego de que agentes de la ATF afirmaran haber recibido órdenes de sus superiores para permitir que armamento cruzara ilegalmente la frontera hacia México. Hasta ahora, el Departamento de Justicia, del que depende la ATF, niega que la operación incluyera entre sus estrategias el tráfico controlado de armas e inició una investigación del caso.
Mientras el gobierno mexicano ha manifestado su preocupación por el asunto y exigido que se aclare, Issa y Grassley han ejercido presión sobre el gobierno estadounidense para que se esclarezcan las acusaciones.
Issa, presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara Baja, incluso amenazó al director de la ATF, Kenneth Melson, con acusarlo de desacato si seguía negándose a cooperar con las investigaciones del Congreso.
En semanas anteriores, en medios estadounidenses circularon versiones de que Melson renunciaría a su puesto, en tanto el presidente Barack Obama advirtió que habrá funcionarios castigados por el operativo.
Melson, aún en el cargo, dijo al Comité de Supervisión el lunes pasado que la DEA y el FBI tuvieron relación con Rápido y furioso, de acuerdo con Notimex. También desmintió que haya recibido presiones para renunciar.
Un reporte del Congreso estadounidense, citado por Notimex, indica que a pesar de que la ATF elaboró bancos de datos sobre varios presuntos traficantes de armas, no logró realizar detenciones significativas.
La posible relación de la DEA y el FBI con Rápido y furioso se da a conocer un día después de que un presunto fundador del grupo delictivo mexicano de Los Zetas, Jesús Enrique Rejón Aguilar, dijera a las autoridades mexicanas que la organización criminal adquiere todo su armamento en Estados Unidos.
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