El próximo sábado serán los alegatos, una última declaración de Gabriele (i), la deliberación y la sentencia final. ARCHIVO
Paolo Gabriele sustrajo miles de documentos de Benedicto XVI
Mayordomo del Papa robó documentos con la frase ''para destruir''
Revelan obsesión de ex mayordomo papal por masonería y espionaje
Se declara inocente ex mayordomo de Benedicto XVI
Intensifican estrategia en la segunda audiencia del juicio al ex mayordomo
Los abogados defensores de Paolo Gabriele se centran en las fallas de seguridad de la policía judicial del Estado pontificio
CIUDAD DEL VATICANO, ITALIA (04/OCT/2012).-
La defensa del ex mayordomo papal Paolo Gabriele en su juicio por el robo de cientos de documentos confidenciales a Benedicto XVI se centró en atacar a la Gendarmería Vaticana, la policía judicial del Estado pontificio.
La constante en las tres audiencias que lleva hasta ahora el llamado "juicio del siglo" ha sido el intento de la abogada de Gabriele por desviar la atención del colegio de jueces que conducen el proceso y de la prensa hacia las fallas de los gendarmes en la investigación.
En la primera audiencia, el pasado 29 de septiembre, tras la apertura del juicio por parte del presidente del tribunal Giuseppe Dalla Torre, la abogada defensora Cristiana Arru presentó varias instancias para desestimar diversos documentos.
Entre otros, Arru pidió al jurado excluir las declaraciones que hizo Gabriele al comandante de la Gendarmería, Domenico Giani, mientras estaba detenido en una celda de seguridad del territorio vaticano, ya que no estuvieron presentes los representantes del ex mayordomo.
Además solicitó que no se admitiese como prueba una serie de documentos reservados que fueron incautados por los gendarmes durante un cateo en la habitación que Gabriele solía usar cuando el Papa pasaba sus vacaciones en la residencia de Castel Gandolfo.
Los jueces concedieron estas dos mociones a Arru ordenando no considerar esos materiales durante el proceso, lo que dejó al descubierto fallas en la conducción de las investigaciones por parte de los gendarmes.
La defensa intensificó su estrategia en la segunda audiencia del juicio, durante el interrogatorio del ex mayordomo.
"¿Es verdad que en la primera celda en la cual estuvo en aislamiento no tenía espacio ni siquiera para alargar los brazos?", le preguntó Arru a Gabriele, a lo que el imputado respondió: "Sí, es verdad".
"¿Es verdad que por 15 o 20 días se mantuvo con la luz encendida en su celda las 24 horas del día, sin que hubiese dentro un interruptor para apagarla", cuestionó una vez más la abogada.
Gabriele contestó: "Sí, es verdad, la luz estuvo encendida las 24 horas y esto me provocó una disminución de la vista".
Mientras el ex ayudante de cámara de Benedicto XVI respondía a estas interrogantes, en el fondo de la sala el comandante de la Gendarmería, Giani, se mostraba incómodo con lo que escuchaba.
En ese momento, el juez Dalla Torre dio instrucción al fiscal Picardi de abrir una investigación aparte para verificar la veracidad de las acusaciones del imputado.
Ante las declaraciones de Gabriele, el Vaticano anunció después de la audiencia que el magistrado abrió el procedimiento número 53/12 por las acusaciones, pero advirtió que si las mismas resultan infundadas, podrían dar paso a una "contradenuncia".
En la sede católica consideraron como un "golpe bajo" las denuncias del ex mayordomo, mientras que la Gendarmería emitió un largo comunicado para desmentir las afirmaciones del acusado.
Según el texto, la celda donde permaneció Gabriele "sigue los estándares de detención previstos para otros países para situaciones análogas" y explicó que una habitación más grande no estaba disponible por falta de manutención.
Estableció que el ex mayordomo siempre tuvo su comida diaria, que consumió no en la celda sino en compañía de los gendarmes que lo custodiaban, cada día contó con su "hora de aire" e incluso habría podido usar el gimnasio de los mismos policías, cosa que rechazó.
Indicó también que fue sometido continuamente a revisiones médicas, recibió la visita de sus familiares y de sus abogados sin límite de tiempo, asistió a la misa fuera de la cárcel y varias veces pidió hablar con el comandante del cuerpo, Domenico Giani.
"Sobre la presencia de la luz durante las 24 horas, se informa que la misma permaneció encendida para evitar eventuales actos de autolesión del imputado y por exigencias de seguridad", señaló el comunicado.
"El mismo detenido, en los días sucesivos, pidió que la misma luz permaneciese encendida durante la noche porque sostenía que le daba compañía. Desde el inicio se le entregó también una máscara nocturna que le permitiese la más completa oscuridad", añadió.
Las precisiones no pudieron evitar la ola mediática que ya se había abatido sobre el Vaticano, que para ese momento era ya comparado por la prensa con las cárceles estadunidenses de Guantánamo o Abu Ghraib.
En la tercera audiencia, la abogada mantuvo la línea con los testigos de ese día: los gendarmes Luca Cintia, Stefano De Santis, Silvano Carli y Luca Basseti, todos involucrados en las pesquisas contra el ex mayordomo papal.
Arru se centró en preguntar las dimensiones y una descripción de los armarios donde fueron encontradas las decenas de miles de documentos que, según la Gendarmería, fueron descubiertos en la casa del ex mayordomo y entre los cuales estaban los informes confidenciales.
El objetivo de estos cuestionamientos fue poner en duda que en dichos muebles pudiesen caber las 82 cajas grandes de material que supuestamente fue decomisado en el cateo.
Por otro lado, la abogada interrogó a los testigos sobre la pepita de oro y un cheque por 100 mil euros (unos 129 mil dólares) que supuestamente fueron encontrados durante la inspección, lo que la defensa intentó poner en duda, casi sugiriendo que fueron "sembrados".
Arru pidió analizar las huellas digitales en la pepita, lo que fue rechazado por el jurado, mientras que cuando le preguntó a Gabriele si él tenía tal objeto en su casa éste le respondió que jamás lo había visto.
La estrategia de defensa irritó a los gendarmes, en especial a Luca Cintia, el responsable de la custodia del ex mayordomo durante su detención y quien sostuvo el miércoles en su interrogatorio que varias veces Gabriele les agradeció por sus "buenos tratos".
"Fue tratado (Gabriele) con guantes blancos", precisó Cintia.
El próximo sábado se sabrá si la defensa logró influir en el jurado, ya que ese día están previstos los alegatos, una última declaración espontánea del ex mayordomo, la deliberación y la sentencia final.
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