Prensa Cristiana / 19 julio, 2015
Prensa Cristiana
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(3:57 pm). - “Los carismas en la Iglesia: significado espiritual, discernimiento e implicaciones pastorales” es el título de la V sesión de la sexta fase del diálogo internacional católico-pentecostal que ha concluido este viernes en Roma, tras el inicio del trabajo el pasado 10 de julio.
Tal y como ha informado el Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos, han participado católicos nombrados por el dicasterio vaticano y algunas Iglesias y líderes pentecostales clásicos. El co-presidente católico del diálogo es el obispo estadounidense Michael F. Burbidge, de Raleigh; y el pentecostal también estadounidense, reverendo Cecil M. Robeck (Asambleas de Dios).
La sesión de este año se ha dedicado a la redacción de la relación conclusiva, fruto de cinco años de diálogo, cuya publicación está prevista para el 2016. Los temas debatidos fueron: “Carismas – nuestro terreno común”, “Discernimiento”, “Sanación” y “Profecía”.
DIÁLOGO ESTABLE DESDE 1972
El objetivo de este diálogo, iniciado en 1972, es el de promover el respeto y la comprensión recíproca en las cuestiones de fe y de práctica. Las conversaciones han sido llevada adelante con un intercambio sincero y el debate franco sobre las posiciones y las prácticas de las dos tradiciones, intercaladas por los servicios de oración cotidianos guiados por turnos entre los católicos y los pentecostales.
Durante las sesiones de trabajo que se han celebrado en Roma, el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo, se reunió después con el grupo para participar en el diálogo, recoger puntos de vista y responder a preguntas. Los participantes, además, han tenido un encuentro informal con el obispo secretario del dicasterio, monseñor Brian Farrell, quien ha confirmado en una entrevista en Radio Vaticana que “ha sido un diálogo muy interesante, franco y también fructífero”.
Ciertamente -ha añadido el prelado- los progresos en el diálogo católico-pentecostal son mérito también del papa Francisco, quien “lleva una novedad que es su modo de vivir el cristianismo como experiencia y no solo como doctrina”. Esto, los pentecostales “lo entienden muy bien y sienten una cercanía particular”.
Por su parte, el obispo Burbidge ha declarado que “ha sido un privilegio servir como co-presidente en esta fase del diálogo internacional católico-pentecostal, y un verdadero honor trabajar con colegas tan comprometidos en ambos grupos, mientras hemos dedicado nuestra atención a los carismas en la Iglesia y a su significado espiritual”.
DIÁLOGO ESTABLE DESDE 1972
El objetivo de este diálogo, iniciado en 1972, es el de promover el respeto y la comprensión recíproca en las cuestiones de fe y de práctica. Las conversaciones han sido llevada adelante con un intercambio sincero y el debate franco sobre las posiciones y las prácticas de las dos tradiciones, intercaladas por los servicios de oración cotidianos guiados por turnos entre los católicos y los pentecostales.
Durante las sesiones de trabajo que se han celebrado en Roma, el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo, se reunió después con el grupo para participar en el diálogo, recoger puntos de vista y responder a preguntas. Los participantes, además, han tenido un encuentro informal con el obispo secretario del dicasterio, monseñor Brian Farrell, quien ha confirmado en una entrevista en Radio Vaticana que “ha sido un diálogo muy interesante, franco y también fructífero”.
Ciertamente -ha añadido el prelado- los progresos en el diálogo católico-pentecostal son mérito también del papa Francisco, quien “lleva una novedad que es su modo de vivir el cristianismo como experiencia y no solo como doctrina”. Esto, los pentecostales “lo entienden muy bien y sienten una cercanía particular”.
Por su parte, el obispo Burbidge ha declarado que “ha sido un privilegio servir como co-presidente en esta fase del diálogo internacional católico-pentecostal, y un verdadero honor trabajar con colegas tan comprometidos en ambos grupos, mientras hemos dedicado nuestra atención a los carismas en la Iglesia y a su significado espiritual”.
“A través de las intervenciones eruditas que se han hecho, el debate sincero y respetuoso durante todo el diálogo y el tiempo de oración común, hemos alcanzado una comprensión más profunda de los ámbitos de entendimiento en lo que se refiere a los carismas, la sanación, las profecías y el discernimiento, como también los puntos de divergencia”, ha añadido. Asimismo, ha indicado que “hemos individuado juntos los desafíos y oportunidades pastorales mientras continuamos invitando a los otros a encomendarse a los dones del Espíritu, que siempre trabaja en nosotros”.
De este modo, el pastor Robeck ha observado que “la actual fase de diálogo ha revelado que la enseñanza de los pentecostales y de los católicos sobre los carismas, los dones del Espíritu Santo, coinciden sobre muchos puntos. Ambas tradiciones reconocen que cada creyente ha recibido uno o más dones del Espíritu Santo, que deben ser utilizados para construir la Iglesia y servir al mundo. Tales dones han estado presente en la Iglesia desde los tiempos del Nuevo Testamento”.
Considerando los problemas que plantea la sociedad en la cultura actual, ha concluido Robeck, “reconocemos que debemos afrontar desafíos comunes en los que nuestra gente debe encomendarse a la ayuda del Espíritu Santo para ejercer tales carismas de forma ponderada y creativa mientras trata de difundir el mensaje de amor y de perdón que Jesucristo ha traído al mundo”.
CRECIMIENTO DEL CATOLICISMO CARISMÁTICO
Dentro del catolicismo, uno de los sectores más pujantes en los últimos años es el de la renovación carismática católica. El pasado 2 de julio se celebró en la Plaza de San Pedro en el Vaticano una reunión del movimiento, convocando a unos 30.000 fieles. A ellos se unieron dos líderes de alabanza relevantes del ámbito evangélico pentecostal, Don Moen y Darlene Zschech.
Para el católico Brian Farrell el auge del movimiento carismático “corresponde al hecho de que la gente hoy siente la necesidad de una espiritualidad real que va más allá del cristianismo intelectual, que reduce todo a una doctrina de fe que se acepta o no se acepta. En cambio el hombre de hoy necesita experimentar la presencia, la gracia de Dios, en la vida real, y que los católicos o cristianos pentecostales y carismáticos sienten fuertemente y transmiten en su alegría y en su sentido de comunidad”.
Protestante Digital
De este modo, el pastor Robeck ha observado que “la actual fase de diálogo ha revelado que la enseñanza de los pentecostales y de los católicos sobre los carismas, los dones del Espíritu Santo, coinciden sobre muchos puntos. Ambas tradiciones reconocen que cada creyente ha recibido uno o más dones del Espíritu Santo, que deben ser utilizados para construir la Iglesia y servir al mundo. Tales dones han estado presente en la Iglesia desde los tiempos del Nuevo Testamento”.
Considerando los problemas que plantea la sociedad en la cultura actual, ha concluido Robeck, “reconocemos que debemos afrontar desafíos comunes en los que nuestra gente debe encomendarse a la ayuda del Espíritu Santo para ejercer tales carismas de forma ponderada y creativa mientras trata de difundir el mensaje de amor y de perdón que Jesucristo ha traído al mundo”.
CRECIMIENTO DEL CATOLICISMO CARISMÁTICO
Dentro del catolicismo, uno de los sectores más pujantes en los últimos años es el de la renovación carismática católica. El pasado 2 de julio se celebró en la Plaza de San Pedro en el Vaticano una reunión del movimiento, convocando a unos 30.000 fieles. A ellos se unieron dos líderes de alabanza relevantes del ámbito evangélico pentecostal, Don Moen y Darlene Zschech.
Para el católico Brian Farrell el auge del movimiento carismático “corresponde al hecho de que la gente hoy siente la necesidad de una espiritualidad real que va más allá del cristianismo intelectual, que reduce todo a una doctrina de fe que se acepta o no se acepta. En cambio el hombre de hoy necesita experimentar la presencia, la gracia de Dios, en la vida real, y que los católicos o cristianos pentecostales y carismáticos sienten fuertemente y transmiten en su alegría y en su sentido de comunidad”.
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