El acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC avanzó hacia el colapso, tras un referendo en el que se imponía el voto de quienes están en contra.
Con más del 99% de las mesas escrutadas el “no” ganaba en el plebiscito en Colombia por un porcentaje menor a un punto porcentual.
Una hora después del cierre de las urnas, el “no” había acaparado el 50.23% de los votos contra un 49.76% por el “síFARC”, una diferencia de poco más de 60.000 sufragios.
Las encuestas previas al plebiscito anticipaban que el acuerdo sería avalado.
Pese a los aguaceros de la jornada, los colombianos salieron el domingo a votar en el plebiscito que decidirá si se ponen en marcha los acuerdos de paz firmados hace unos días y con los que se busca dejar atrás cinco décadas de guerra que se cobró decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
Partidarios del “si” y del “no” se congregaban por la tarde y esperaban los resultados luego de una elección tranquila y en la cual no se reportaron incidentes.
Casi 82.000 mesas en Colombia y el extranjero permitieron a 35 millones de votantes habilitados votar en el plebiscito. Los ciudadanos debían responder “sí” o “no” a la pregunta de si aceptan los convenios entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Tras escucharse las notas del Himno Nacional, las urnas se abrieron dando paso a filas de personas que llegaban con paraguas e impermeables.
Todo el país sufre en mayor o menor medida los efectos del poderoso huracán Matthew que atraviesa el Caribe.
El presidente Santos fue uno de los primeros en colocar su papeleta en la Plaza Bolívar, en el centro de Bogotá, la capital.
“Acabo de depositar mi voto en este plebiscito, en esta votación histórica que espero cambie la historia de este país para bien. Terminar una guerra de 52 años, el camino de la paz”, dijo el gobernante ante los periodistas que se agolpaban en el lugar para ver al gobernante.
“La paz nos va a llevar a un mejor futuro”, agregó Santos quien destacó la coincidencia de que en un día como hoy nació Mahatma Gandhi, uno de los más grandes líderes de la no violencia.
Las elecciones en Colombia son de asistencia voluntaria y se preveía una abstención de más del 60%. Entre los votantes que sufraguen, según las encuestas, triunfará el “sí”, aunque los partidarios del “no” realizaron una fuerte campaña.
Para fomentar la asistencia, las campañas del “sí” y del “no” llamaron a las personas a votar. En algunos lugares se habilitó transporte público y se encontraba vigente la ley seca.
Las elecciones se desarrollaban en completa tranquilidad en todo el país, dijo Luis González, de la Fiscalía General de la Nación y en lugares a donde los comicios eran más o menos hostigadas por la guerrilla, los ciudadanos se manifestaron satisfechos con la calma.
El Ministerio del Interior solo reportó como incidentes el retraso del inicio de las votaciones en 82 mesas de la Guajira, por la tardanza en la llegada de los materiales debido al mal tiempo.
El senador Armando Benedetti solicitó que la votación se extendiera por lo menos dos horas en departamentos como Atlántico, Magdalena y Bolivar, donde había inundaciones, que impidieron a los ciudadanos llegar a las mesas o a los jurados abrirlas, pero el Consejo Nacional Electoral rechazó el pedido.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla que sigue activa y desarrolla conversaciones con el país, anunció que no realizará acciones ofensivas esta semana para favorecer las votaciones de la población, sobre todo rural.
Medios de prensa del país también dieron cuenta de la votación en la Plaza Bolívar de Bogotá del ex presidente Álvaro Uribe, el principal dirigente de la campaña por el “no”, y según la cual no debe amnistiarse o perdonarse a los guerrilleros ni aplicarse los acuerdos alcanzados en Cuba.
Muchos lugares en el exterior como Estados Unidos, Venezuela y Europa también abrieron las urnas y aunque debido a los distintos horarios en algunos lugares las mismas ya se cerraron, no se darán a conocer los resultados sino hasta que se computen los de todo el país.
Si triunfa el “sí”, las FARC se reinsertaran como partido político. Habrá un mecanismo de verificación y dejación de armas, con algunas de las cuales se erigirán varios monumentos-. Habrá amnistía, pero también se buscará juzgar a los responsables, tanto de la guerrilla como de los demás actores, de las víctimas causadas en la guerra.
El acuerdo de 297 páginas contempla además una mejor distribución de tierra, el combate a las drogas y la sustitución de cultivos ilícitos, la participación política de organizaciones populares y el resarcimiento a las víctimas, entre otros puntos.
Creadas en 1964, las FARC son la guerrilla activa más antigua del continente y cuentan con unos 7.000 insurgentes.
La Mesa de Diálogo para los acuerdos, iniciada en 2012, contó con el impulso de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile.
La víspera y como un gesto de buena voluntad las FARC destruyeron más de 600 kilos de explosivos y se comprometieron a declarar su activo monetario a fin reparar a las víctimas de la guerra.
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