Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, S. J.
> Santo Domingo > República Dominicana
Actualizado > 07/02/2009
Actualizado > 07/02/2009
RELACION SOCIEDAD CIVIL-GOBIERNO
A finales del pasado mes de enero, la secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo convocó a nombre del gobierno a un nuevo "Diálogo" con las “fuerzas vivas de la nación” invitando a participar de lo que denominó: “Cumbre por la Unidad Nacional”. La respuesta inmediata como Centro Montalvo, fue la de condicionar nuestra participación en dicho evento, solo si el presidente daba algunas señales claras de que se nos convocaba a un diálogo sincero y veraz. Solicitando como señales: a) que el gobierno estuviera dispuestos a redistribuir el presupuesto nacional aprobado para el 2009, y asumir los acuerdos de dicho encuentro, b) detener el proceso de conocimiento de reforma constitucional, y c) que el presidente se comprometiera a rendir cuentas personalmente de los compromisos asumidos.
En ese momento hicimos un llamado a todas las organizaciones motivando a que de darse estas señales, sugeríamos articularnos para presentar propuestas de país, visto que el momento nos exige una sociedad unida alrededor de los intereses nacionales. Llamamos a posponer los intereses particulares y sectoriales, y dar mayor importancia a políticas y acciones encaminadas a favorecer los sectores más vulnerables.
Junto a nuestro posicionamiento se produjeron reacciones de otras organizaciones sociales y algunos sectores de gobierno. Fue la insistencia hasta el día ante de la apertura de la cumbre que rompió el silencio del presidente, quien al día siguiente en la inauguración del evento, solicitó públicamente el aplazamiento de los debates de reforma constitucional, proponiendo una ruta para iniciar su conocimiento después del 27 de febrero.
Tras estas señales, entendimos estratégico tomar la palabra del presidente y aceptar el diálogo. Valoramos como importante estar en los escenarios donde se discute y debate el destino del país, más cuando éste, es convocado por el gobierno, principal responsable de dar respuestas y soluciones a los problemas fundamentales que retrasan el desarrollo del país.
Nuestra participación en este espacio aspira a colocar en la agenda pública y de gobierno aquellos reclamos históricos de la sociedad sobre todo, los sectores históricamente excluidos de los diálogos y acuerdos nacionales promoviendo que los mismos sean reconocidos como actores claves en la construcción de un plan de desarrollo, tal y como lo establece la ley 498-06 que crea el Sistema Nacional de Planificación.
Tenemos bastante claro que la legitimidad de este nuevo diálogo la dará el cumplimiento por parte del gobierno de los acuerdos allí consensuados. Llamamos a todas las organizaciones y a los ciudadanos y ciudadanas que participan de este proceso a una participación consciente, y a asumir el reto de articularnos para dar seguimiento a su aplicación o exigir su cumplimiento.
Exhortamos a no detener los esfuerzos ya abiertos en nuestras agendas, sobre todo, especial atención al escenario que nos presenta el conocimiento en el congreso de la ley de convocatoria de reforma constitucional. Ahí está también en juego el futuro del país y debemos estar presentes.
En ese momento hicimos un llamado a todas las organizaciones motivando a que de darse estas señales, sugeríamos articularnos para presentar propuestas de país, visto que el momento nos exige una sociedad unida alrededor de los intereses nacionales. Llamamos a posponer los intereses particulares y sectoriales, y dar mayor importancia a políticas y acciones encaminadas a favorecer los sectores más vulnerables.
Junto a nuestro posicionamiento se produjeron reacciones de otras organizaciones sociales y algunos sectores de gobierno. Fue la insistencia hasta el día ante de la apertura de la cumbre que rompió el silencio del presidente, quien al día siguiente en la inauguración del evento, solicitó públicamente el aplazamiento de los debates de reforma constitucional, proponiendo una ruta para iniciar su conocimiento después del 27 de febrero.
Tras estas señales, entendimos estratégico tomar la palabra del presidente y aceptar el diálogo. Valoramos como importante estar en los escenarios donde se discute y debate el destino del país, más cuando éste, es convocado por el gobierno, principal responsable de dar respuestas y soluciones a los problemas fundamentales que retrasan el desarrollo del país.
Nuestra participación en este espacio aspira a colocar en la agenda pública y de gobierno aquellos reclamos históricos de la sociedad sobre todo, los sectores históricamente excluidos de los diálogos y acuerdos nacionales promoviendo que los mismos sean reconocidos como actores claves en la construcción de un plan de desarrollo, tal y como lo establece la ley 498-06 que crea el Sistema Nacional de Planificación.
Tenemos bastante claro que la legitimidad de este nuevo diálogo la dará el cumplimiento por parte del gobierno de los acuerdos allí consensuados. Llamamos a todas las organizaciones y a los ciudadanos y ciudadanas que participan de este proceso a una participación consciente, y a asumir el reto de articularnos para dar seguimiento a su aplicación o exigir su cumplimiento.
Exhortamos a no detener los esfuerzos ya abiertos en nuestras agendas, sobre todo, especial atención al escenario que nos presenta el conocimiento en el congreso de la ley de convocatoria de reforma constitucional. Ahí está también en juego el futuro del país y debemos estar presentes.
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