El sacerdote español Ramiro Ludeño, asesinado en Pernambuco- IMAGEN CEDIDA POR LA ONG MAMER
Ramiro Ludeño y Amigo, de 64 años, se dedicaba desde hace 34 años a sacar los niños de la calle en Pernambuco.- Un adolescente de 15 años ha confesado el crimen
RODRIGO CAVALHEIRO - Madrid - 20/03/2009
Un disparo de escopeta interrumpió en la noche de ayer (madrugada de hoy en España) la labor del sacerdote español Ramiro Ludeño y Amigo, de 64 años, que se dedicaba al trabajo social con niños y adolescentes en una de las regiones más pobres de Brasil. Ludeño fue asesinado después de cenar en la casa de una amiga mientras conducía su coche, en la ciudad de Recife, en el noreste del país. Un adolescente de 15 años detenido en la tarde de hoy ha confesado el crimen.
El cura estaba en el vehículo del Movimiento de Apoyo a los Niños de la Calle (en portugués, Mamer), que había fundado hace 34 años en Jaboatão dos Guararapes, en el área metropolitana de Recife. Según el coordinador pedagógico del Mamer, Fernando Sérgio Santana, en el centro "se atienden a niños en riesgo social". Los elegidos pertenecen a familias con renta inferior a 130 euros.
Los amigos más cercanos garantizan que el sacerdote no había recibido amenazas. "Éste es nuestro gran interrogante. Era una persona querida por todos y no tenía enemigos", añade Santana en conversación telefónica con ELPAÍS.com.
Según los testimonios de dos trabajadoras de la ONG que también estaban en el vehículo el cura salía de un garage cuando un motociclista le disparó com una escopeta calibre 12. Nada fue robado. El disparo le pegó en un brazo y luego le perforó el tórax. Ludeño fue llevado al Hospital Portugués, pero no resistió y falleció.
El adolescente de 15 años detenido en la tarde de hoy confesó ser autor del asesinato, pero la policía no ha informado las razones del joven para disparar contra el sacerdote. "El cura desarrolaba un trabajo ejemplar. Era muy conocido de todos", ha explicado a EL PAÍS la investigadora Sylvana Lellis, para quien el crimen tiene características de una ejecución.
Además de comandar el Mamer, que cada semestre presta enseñanza de gastronomía y tareas administrativas a unos 180 niños y adolescentes, el religioso oficiaba sus misas en el municipio de Ribeirão. "Era cuando llevaba la sotana, normalmente en el trabajo vestía con ropa normal", cuenta Fernando Santana, el coordinador del Mamer.
Los amigos describen al sacerdote como un hombre tranquilo, pero "enérgico y determinado" cuando se trataba de sacar la ONG adelante. De acuerdo con Santana, Ludeño no tenía parientes en Brasil pero sí en Toledo, en España. Una sobrina y un amigo vecinos de Toledo han cogido un vuelo hoy para acompañar el velatorio, que ocurre en la sede del Mamer. "Queremos aclarar lo que ha pasado lo más rápido posible. Se trata de una persona conocida aquí por su importante labor con los niños de la calle", ha dicho Antonio Polidura, el cónsul general de España en Salvador de Bahia. Según el cónsul, Ludeño era natural de Pelahustán, un pueblo de Toledo. Padre Ramiro, como era conocido, había manifestado el deseo de ser enterrado en Brasil. Está previsto que el entierro se celebre mañana por la tarde en la ciudad de Jaboatão dos Guararapes, donde trabajaba.
Un disparo de escopeta interrumpió en la noche de ayer (madrugada de hoy en España) la labor del sacerdote español Ramiro Ludeño y Amigo, de 64 años, que se dedicaba al trabajo social con niños y adolescentes en una de las regiones más pobres de Brasil. Ludeño fue asesinado después de cenar en la casa de una amiga mientras conducía su coche, en la ciudad de Recife, en el noreste del país. Un adolescente de 15 años detenido en la tarde de hoy ha confesado el crimen.
El cura estaba en el vehículo del Movimiento de Apoyo a los Niños de la Calle (en portugués, Mamer), que había fundado hace 34 años en Jaboatão dos Guararapes, en el área metropolitana de Recife. Según el coordinador pedagógico del Mamer, Fernando Sérgio Santana, en el centro "se atienden a niños en riesgo social". Los elegidos pertenecen a familias con renta inferior a 130 euros.
Los amigos más cercanos garantizan que el sacerdote no había recibido amenazas. "Éste es nuestro gran interrogante. Era una persona querida por todos y no tenía enemigos", añade Santana en conversación telefónica con ELPAÍS.com.
Según los testimonios de dos trabajadoras de la ONG que también estaban en el vehículo el cura salía de un garage cuando un motociclista le disparó com una escopeta calibre 12. Nada fue robado. El disparo le pegó en un brazo y luego le perforó el tórax. Ludeño fue llevado al Hospital Portugués, pero no resistió y falleció.
El adolescente de 15 años detenido en la tarde de hoy confesó ser autor del asesinato, pero la policía no ha informado las razones del joven para disparar contra el sacerdote. "El cura desarrolaba un trabajo ejemplar. Era muy conocido de todos", ha explicado a EL PAÍS la investigadora Sylvana Lellis, para quien el crimen tiene características de una ejecución.
Además de comandar el Mamer, que cada semestre presta enseñanza de gastronomía y tareas administrativas a unos 180 niños y adolescentes, el religioso oficiaba sus misas en el municipio de Ribeirão. "Era cuando llevaba la sotana, normalmente en el trabajo vestía con ropa normal", cuenta Fernando Santana, el coordinador del Mamer.
Los amigos describen al sacerdote como un hombre tranquilo, pero "enérgico y determinado" cuando se trataba de sacar la ONG adelante. De acuerdo con Santana, Ludeño no tenía parientes en Brasil pero sí en Toledo, en España. Una sobrina y un amigo vecinos de Toledo han cogido un vuelo hoy para acompañar el velatorio, que ocurre en la sede del Mamer. "Queremos aclarar lo que ha pasado lo más rápido posible. Se trata de una persona conocida aquí por su importante labor con los niños de la calle", ha dicho Antonio Polidura, el cónsul general de España en Salvador de Bahia. Según el cónsul, Ludeño era natural de Pelahustán, un pueblo de Toledo. Padre Ramiro, como era conocido, había manifestado el deseo de ser enterrado en Brasil. Está previsto que el entierro se celebre mañana por la tarde en la ciudad de Jaboatão dos Guararapes, donde trabajaba.
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