La OEA adoptó resolución de condena contra el golpe militar en Honduras
María Peña
María Peña
La Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó hoy por aclamación una resolución de siete puntos que condena "enérgicamente" el "golpe de Estado" contra el presidente hondureño, Manuel Zelaya, y exige su retorno "inmediato, seguro e incondicional" al poder.
La crisis política desatada en Honduras tras la destitución de Zelaya es una prueba de fuego para la política exterior del presidente Barack Obama, que esta mañana instó al diálogo para solucionar de forma pacífica la situación actual.
Con esta resolución, estudiada a puerta cerrada durante cinco horas, la OEA se sumó hoy a organismos humanitarios, EEUU, América Latina y países de la UE que, además, exigieron el restablecimiento del orden constitucional en esa nación.
Es la primera vez que el Consejo Permanente estudia en sesión extraordinaria un golpe de Estado, después del realizado en Venezuela en abril de 2002.
"Esto ha sido un golpe militar (...) y tenemos que señalar que se debe restablecer el orden constitucional", dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, al iniciar la sesión extraordinaria del Consejo Permanente.
Insulza, que mañana participará en una reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en Managua, consideró que Honduras afronta una "situación extremadamente grave", porque en ese país ha habido una "alteración del orden constitucional".
Zelaya, destituido por el Congreso de su país, que aprobó al presidente interino, Roberto Micheletti, se encuentra ahora en Costa Rica en calidad de visitante, pero éste "no ha pedido asilo político", dijo Insulza.
En resumen, el documento adoptado hoy condena el golpe militar, rechaza al nuevo presidente instalado por los militares, y convoca para el próximo martes una reunión extraordinaria de la Asamblea General de la OEA, tal como lo estipula el artículo 20 de la Carta Democrática si fallan las gestiones diplomáticas.
La reunión de la Asamblea General está prevista para las 20.00 horas GMT del martes, indicó el Consejo al cerrar la sesión.
La resolución pide que Insulza analice con los países miembros de SICA las medidas necesarias para responder a la crisis.
Además, exige la puesta en libertad "de inmediato" de la canciller Patricia Rodas y de otros miembros del Gabinete, y el alcalde de San Pedro Sula, entre otras personas.
Por último, recomienda que Insulza remita la resolución ante el secretario general de Naciones Unidas.
Durante la sesión, varios de los 34 embajadores de los países miembros, entre ellos México, Brasil, Uruguay, Paraguay, y Venezuela, condenaron el golpe militar y dieron su espaldarazo a Zelaya.
En declaraciones a los periodistas al concluir la sesión abierta del Consejo Permanente, Sosa manifestó que la meta de su país es recuperar la democracia "a través de fines pacíficos y sin el uso de la fuerza".
Sosa afirmó que el Gobierno de Zelaya "no está pidiendo asistencia militar".
En paralelo, tanto Obama, como su secretaria de Estado, Hillary Clinton, pidieron a todos los actores políticos que respeten las normas democráticas y el orden constitucional en Honduras, y resuelvan las disputas por la vía pacífica.
"Las tensiones y disputas que puedan existir deben resolverse pacíficamente a través del diálogo libre de cualquier interferencia externa", dijo Obama en un comunicado.
Clinton dijo que la acción contra Zelaya, "viola los preceptos de la Carta Democrática Interamericana y debe ser condenada por todos".
Horas antes, el director para las Américas del grupo humanitario "Human Rights Watch" (HRW), José Miguel Vivanco, había pedido que la OEA actuase con celeridad para la búsqueda de una "solución multilateral" por el restablecimiento de la democracia en Honduras.
"Ni importa cuán compleja o profunda sea la polarización política en el país, los problemas políticos deben resolverse por métodos democráticos, no por la fuerza", puntualizó el activista, quien consideró que el mantenimiento del golpe sería un revés para los logros democráticos en la región.
Poco después de la instalación de Micheletti, dos funcionarios de alto rango del Departamento de Estado insistieron desde el anonimato que para Washington, el único "presidente constitucional" es Zelaya.
La crisis se desató horas antes de la consulta popular que había convocado Zelaya sobre una eventual reforma constitucional que le permitiría la reelección a un segundo mandato de cuatro años.
Los funcionarios del Gobierno de EEUU no quisieron pronunciarse sobre la legalidad de la consulta pero, al igual que Obama, instaron al diálogo para resolver la crisis.
Por otra parte, otro funcionario de alto rango del Gobierno de Washington, que también pidió el anonimato, dijo a Efe que un equipo intergubernamental está siguiendo de cerca la evolución de la crisis en Honduras y estará informando periódicamente al presidente Obama y al Consejo de Seguridad Nacional.
La crisis política desatada en Honduras tras la destitución de Zelaya es una prueba de fuego para la política exterior del presidente Barack Obama, que esta mañana instó al diálogo para solucionar de forma pacífica la situación actual.
Con esta resolución, estudiada a puerta cerrada durante cinco horas, la OEA se sumó hoy a organismos humanitarios, EEUU, América Latina y países de la UE que, además, exigieron el restablecimiento del orden constitucional en esa nación.
Es la primera vez que el Consejo Permanente estudia en sesión extraordinaria un golpe de Estado, después del realizado en Venezuela en abril de 2002.
"Esto ha sido un golpe militar (...) y tenemos que señalar que se debe restablecer el orden constitucional", dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, al iniciar la sesión extraordinaria del Consejo Permanente.
Insulza, que mañana participará en una reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en Managua, consideró que Honduras afronta una "situación extremadamente grave", porque en ese país ha habido una "alteración del orden constitucional".
Zelaya, destituido por el Congreso de su país, que aprobó al presidente interino, Roberto Micheletti, se encuentra ahora en Costa Rica en calidad de visitante, pero éste "no ha pedido asilo político", dijo Insulza.
En resumen, el documento adoptado hoy condena el golpe militar, rechaza al nuevo presidente instalado por los militares, y convoca para el próximo martes una reunión extraordinaria de la Asamblea General de la OEA, tal como lo estipula el artículo 20 de la Carta Democrática si fallan las gestiones diplomáticas.
La reunión de la Asamblea General está prevista para las 20.00 horas GMT del martes, indicó el Consejo al cerrar la sesión.
La resolución pide que Insulza analice con los países miembros de SICA las medidas necesarias para responder a la crisis.
Además, exige la puesta en libertad "de inmediato" de la canciller Patricia Rodas y de otros miembros del Gabinete, y el alcalde de San Pedro Sula, entre otras personas.
Por último, recomienda que Insulza remita la resolución ante el secretario general de Naciones Unidas.
Durante la sesión, varios de los 34 embajadores de los países miembros, entre ellos México, Brasil, Uruguay, Paraguay, y Venezuela, condenaron el golpe militar y dieron su espaldarazo a Zelaya.
En declaraciones a los periodistas al concluir la sesión abierta del Consejo Permanente, Sosa manifestó que la meta de su país es recuperar la democracia "a través de fines pacíficos y sin el uso de la fuerza".
Sosa afirmó que el Gobierno de Zelaya "no está pidiendo asistencia militar".
En paralelo, tanto Obama, como su secretaria de Estado, Hillary Clinton, pidieron a todos los actores políticos que respeten las normas democráticas y el orden constitucional en Honduras, y resuelvan las disputas por la vía pacífica.
"Las tensiones y disputas que puedan existir deben resolverse pacíficamente a través del diálogo libre de cualquier interferencia externa", dijo Obama en un comunicado.
Clinton dijo que la acción contra Zelaya, "viola los preceptos de la Carta Democrática Interamericana y debe ser condenada por todos".
Horas antes, el director para las Américas del grupo humanitario "Human Rights Watch" (HRW), José Miguel Vivanco, había pedido que la OEA actuase con celeridad para la búsqueda de una "solución multilateral" por el restablecimiento de la democracia en Honduras.
"Ni importa cuán compleja o profunda sea la polarización política en el país, los problemas políticos deben resolverse por métodos democráticos, no por la fuerza", puntualizó el activista, quien consideró que el mantenimiento del golpe sería un revés para los logros democráticos en la región.
Poco después de la instalación de Micheletti, dos funcionarios de alto rango del Departamento de Estado insistieron desde el anonimato que para Washington, el único "presidente constitucional" es Zelaya.
La crisis se desató horas antes de la consulta popular que había convocado Zelaya sobre una eventual reforma constitucional que le permitiría la reelección a un segundo mandato de cuatro años.
Los funcionarios del Gobierno de EEUU no quisieron pronunciarse sobre la legalidad de la consulta pero, al igual que Obama, instaron al diálogo para resolver la crisis.
Por otra parte, otro funcionario de alto rango del Gobierno de Washington, que también pidió el anonimato, dijo a Efe que un equipo intergubernamental está siguiendo de cerca la evolución de la crisis en Honduras y estará informando periódicamente al presidente Obama y al Consejo de Seguridad Nacional.
.
.
.