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21/12/14
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Asesinato de dos policías polariza a Nueva York
El Departamento de Policía culpa del homicidio al alcalde De Blasio; se presume que el crimen fue para vengar a las muertes de varios afroamericanos
21/12/2014 19:31 EFE
En Nueva York decenas de personas y el Departamento de Policía realizaron una vigilia en honor de Rafael Ramos y Wenjian Liu, agentes asesinados el sábado (AP)
NUEVA YORK, 21 de diciembre.- Un día después del asesinato de dos policías, la tensión y la división se adueñaron hoy de Nueva York, que vive fuertes roces entre las fuerzas del orden y el alcalde a raíz de las protestas contra la violencia policial de las últimas semanas.
La tragedia registrada el sábado, en la que dos agentes fallecieron tiroteados a sangre fría a manos de un individuo que decía querer vengar las muertes de varios afroamericanos, no hizo más que evidenciar la fractura que se vive actualmente en la ciudad.
Anoche, en un gesto inaudito, un amplio grupo de agentes dio literalmente la espalda al alcalde, Bill de Blasio, a su llegada al hospital donde se encontraban los cuerpos de Rafael Ramos y Wenjian Liu, los dos asesinados.
El gesto, del que hoy se distribuyeron imágenes, deja claro el malestar que existe entre muchos miembros del Departamento por lo que consideran que ha sido una falta de apoyo por parte de De Blasio ante las acusaciones de violencia policial y las protestas que se han desarrollado por ese motivo.
La sangre de dos agentes de Policía ejecutados está en las manos del alcalde De Blasio", dijo en un duro mensaje en Twitter la Police Benevolent Association (PBA), el principal sindicato de policías de la Gran Manzana.
La organización lleva semanas enfrentada al gobierno municipal, al que acusa de no apoyar a la Policía en el marco de las manifestaciones que estallaron a raíz de la decisión de un gran jurado de no presentar cargos contra el agente que supuestamente mató a un negro en julio con una llave de inmovilización prohibida.
A los policías les ha sentado además muy mal que De Blasio mostrara comprensión por las protestas y reconociese en medio de la polémica que ha educado a su hijo Dante, producto de su matrimonio con una afroamericana, sobre los "peligros" potenciales en caso de interactuar con un policía.
A raíz de ello, la PBA comenzó a distribuir entre sus alrededor de 12.000 miembros un documento para que estos lo firmen y pidan con él que De Blasio no acuda a sus funerales en caso de que caigan en el ejercicio de su trabajo.
No ha trascendido si los agentes fallecidos el sábado habían respaldado esa iniciativa.
Aunque no estalló hasta hace poco, la tensión entre parte del Departamento y el alcalde venía gestándose ya desde la campaña electoral, en la que De Blasio recibió el apoyo de organizaciones e individuos calificados de "anti-Policía" por algunos mandos del Cuerpo.
El alcalde, progresista y con pasado en el activismo de izquierda, ha emprendido además desde su llegada al cargo numerosas reformas en la Policía para tratar de mejorar su relación con todas las comunidades de la ciudad, acciones que no siempre han sido bien vistas por los agentes.
George Pataki, exgobernador conservador del estado, también culpó a la "retórica de división y contra la Policía" del alcalde por el asesinato del sábado, un mensaje similar al que expresó en televisión el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.
En su primera aparición tras el ataque registrado en Brooklyn, De Blasio subrayó que los ataques contra la Policía son ataques contra todos los neoyorquinos y aquello que valoran.
Las banderas, a instrucción de las autoridades, ondean hoy a media asta en luto por el fallecimiento de Ramos y Liu, mientras continúan las investigaciones.
ASESINO DE POLICÍAS ANUNCIÓ QUE MATARÍA A POLICÍAS
Ismaaiyl Brinsley, el hombre que el sábado mató a sangre fría a dos agentes de Policía en Nueva York, tenía numerosos antecedentes criminales, un pasado marcado por la violencia y había tratado de suicidarse hace un año, informaron hoy las autoridades.
En los últimos tiempos, Brinsley había publicado varios mensajes en internet contra el Gobierno y la Policía e instantes antes de disparar contra los agentes se acercó a dos hombres por la calle y les pidió que lo siguieran en la red social Instagram.
Miren lo que voy a hacer", avisó el pistolero a esos desconocidos, explicó hoy en una conferencia de prensa el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Robert Boyce.
Acto seguido, caminó calle arriba, pasó por delante del auto patrulla en el que estaban los dos policías, dio la vuelta y regresó por detrás para abrir fuego a través de una ventanilla, informó Boyce.
Tras dispararle a los agentes, Brinsley huyó y entró en una estación de metro cercana, donde se quitó la vida disparándose en pleno andén.
Según la Policía, la madre de Brinsley, que vive en la ciudad, ha dicho que el hombre tuvo una infancia complicada y que a menudo era violento.
Su madre dijo tener miedo de él y no lo había visto en un mes", explicó Boyce a los periodistas.
A sus 28 años, Brinsley había sido detenido en quince ocasiones en Georgia y otras cuatro en Ohio, por distintos crímenes.
Además, había cumplido tiempo en la cárcel entre 2011 y 2013 por posesión ilegal de un arma.
El hombre, que aparentemente sufría problemas mentales, había tratado de suicidarse en el pasado y hace un año intentó ahorcarse, según el responsable policial.
Brinsley creció en una familia musulmana y nunca mostró ningún tipo de radicalización. En sus numerosos mensajes en las redes sociales tampoco se ha encontrado ningún elemento religioso, añadió Boyce.
La Policía está examinando sus perfiles en redes sociales como Facebook e Instagram, su correo electrónico, su teléfono móvil y otro que le robó a su exnovia tras dispararle en la misma mañana del sábado cerca de Baltimore, a más de 300 kilómetros de Nueva York.
Brinsley salió del domicilio de la mujer -que sobrevivió al ataque- y quince minutos después telefoneó a la madre de esta para decirle que le había disparado por accidente y que esperaba que viviese.
A continuación tomó un autobús en dirección a la Gran Manzana y se dirigió al barrio de Bedford-Stuyvesent, en Brooklyn, donde disparó contra los policías.
Según Boyce, hasta ahora se han encontrado en internet varios mensajes de odio contra la Policía y el Gobierno publicados por Brinsley, que no tenía relación con ninguna pandilla ni grupo criminal.
En otros mensajes, el hombre muestra su enfado por el rumbo que había tomado su vida.
Hoy, las banderas lucieron a media asta en Nueva York en señal de duelo y en el lugar de los hechos se improvisó un memorial con flores y otros objetos en recuerdo de los dos agentes fallecidos, Rafael Ramos y Wenjian Liu.
A lo largo del día, la Policía de Nueva York ha recibido amenazas de posibles nuevos ataques por parte de varios individuos, casos que está investigando.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, telefoneó al jefe del Departamento de Policía de Nueva York, William Bratton, para trasladarle sus condolencias y expresarle su "total apoyo" para "cualquier tipo de asistencia" que pueda necesitar, informó la Casa Blanca.
Mientras, el principal sindicato de policías de la ciudad ha criticado al alcalde, Bill de Blasio, al considerar que no ha apoyado suficientemente a ese cuerpo en el marco de las manifestaciones registradas durante las últimas semanas para protestar por varios casos de violencia policial contra la comunidad afroamericana.
21/12/14
Tensión racial.Los baleó un joven negro el sábado en su patrullero. Fue para vengar la muerte de dos hombres de color. Condena de Obama.
Rechazo. La comunidad negra en Nueva York cuestionó el asesinato. AP
NUEVA YORK. AFP, ANSA Y AP
El estupor y la rabia se apropiaron de Nueva York ayer domingo, un día después de que un hombre ultimara a dos policías en venganza por las recientes muertes de dos negros a manos de uniformados, que provocaron numerosas protestas en Estados Unidos en las últimas semanas. El presidente Barack Obama condenó sin reservas el doble asesinato y exhortó a los estadounidenses a “rechazar la violencia y las palabras que lastiman”.
Los dos policías, Wenjian Liu, de 32 años y recién casado, y Rafael Ramos, de 40 y con un hijo de 13, fueron baleados a sangre fría con disparos en la cabeza cuando se encontraban en su patrulla estacionada frente a un conjunto de viviendas sociales en Brooklyn el sábado por la tarde.
El atacante, un hombre negro de 28 años y con antecedentes policiales, se suicidó en un andén del metro al verse rodeado tras el crimen. “Ni siquiera tuvieron el tiempo de reaccionar. Fueron simplemente asesinados”, dijo el jefe de la policía, William Bratton, en conferencia de prensa.
El asesino, identificado como Ismaaiyl Brinsley, había venido de Baltimore, a 300 kilómetros al sur de Nueva York, y anunciado sus intenciones en la red social Instagram. Junto a la foto de un arma, puso el mensaje: “Hoy les pongo alas a los cerdos. Ellos se llevan a 1 de nosotros... Vamos a llevarnos 2 de ellos”, escribió. “#ShootThePolice #RIPErivGardner #RIPMikeBrown”, agregó, refiriéndose a Eric Garner, un negro que murió durante un violento arresto policial en julio en Nueva York, y el adolescente Mike Brown, muerto a manos de un agente en Ferguson (Missouri) en agosto. La ira de la opinión pública creció cuando los uniformados implicados en ambas muertes fueron exonerados de responsabilidad.
El doble asesinato llegó en el peor momento para el alcalde demócrata, Bill de Blasio. “Cuando un policía es asesinado se rompen las bases de nuestra sociedad”, condenó el intendente. Pero en la rueda de prensa de ayer, decenas de policías le dieron la espalda, en un gesto de confrontación. Días pasados el sindicato policial había advertido que su presencia no sería grata en funerales de agentes caídos en servicio. “Alcalde De Blasio, usted tiene sus manos manchadas con la sangre de estos dos oficiales”, acusó Edward Mullins, presidente de la Sergeants Benevolent Association (SBA), una organización que agrupa a 11.000 policías activos o retirados de Nueva York.
Ayer, otro policía murió en Florida, al sur del país, aunque las circunstancias de su fallecimiento eran aún confusas anoche.
Rechazo. La comunidad negra en Nueva York cuestionó el asesinato. AP
NUEVA YORK. AFP, ANSA Y AP
El estupor y la rabia se apropiaron de Nueva York ayer domingo, un día después de que un hombre ultimara a dos policías en venganza por las recientes muertes de dos negros a manos de uniformados, que provocaron numerosas protestas en Estados Unidos en las últimas semanas. El presidente Barack Obama condenó sin reservas el doble asesinato y exhortó a los estadounidenses a “rechazar la violencia y las palabras que lastiman”.
Los dos policías, Wenjian Liu, de 32 años y recién casado, y Rafael Ramos, de 40 y con un hijo de 13, fueron baleados a sangre fría con disparos en la cabeza cuando se encontraban en su patrulla estacionada frente a un conjunto de viviendas sociales en Brooklyn el sábado por la tarde.
El atacante, un hombre negro de 28 años y con antecedentes policiales, se suicidó en un andén del metro al verse rodeado tras el crimen. “Ni siquiera tuvieron el tiempo de reaccionar. Fueron simplemente asesinados”, dijo el jefe de la policía, William Bratton, en conferencia de prensa.
El asesino, identificado como Ismaaiyl Brinsley, había venido de Baltimore, a 300 kilómetros al sur de Nueva York, y anunciado sus intenciones en la red social Instagram. Junto a la foto de un arma, puso el mensaje: “Hoy les pongo alas a los cerdos. Ellos se llevan a 1 de nosotros... Vamos a llevarnos 2 de ellos”, escribió. “#ShootThePolice #RIPErivGardner #RIPMikeBrown”, agregó, refiriéndose a Eric Garner, un negro que murió durante un violento arresto policial en julio en Nueva York, y el adolescente Mike Brown, muerto a manos de un agente en Ferguson (Missouri) en agosto. La ira de la opinión pública creció cuando los uniformados implicados en ambas muertes fueron exonerados de responsabilidad.
El doble asesinato llegó en el peor momento para el alcalde demócrata, Bill de Blasio. “Cuando un policía es asesinado se rompen las bases de nuestra sociedad”, condenó el intendente. Pero en la rueda de prensa de ayer, decenas de policías le dieron la espalda, en un gesto de confrontación. Días pasados el sindicato policial había advertido que su presencia no sería grata en funerales de agentes caídos en servicio. “Alcalde De Blasio, usted tiene sus manos manchadas con la sangre de estos dos oficiales”, acusó Edward Mullins, presidente de la Sergeants Benevolent Association (SBA), una organización que agrupa a 11.000 policías activos o retirados de Nueva York.
Ayer, otro policía murió en Florida, al sur del país, aunque las circunstancias de su fallecimiento eran aún confusas anoche.
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Asesinato de dos policías polariza a Nueva York
El Departamento de Policía culpa del homicidio al alcalde De Blasio; se presume que el crimen fue para vengar a las muertes de varios afroamericanos
21/12/2014 19:31 EFE
En Nueva York decenas de personas y el Departamento de Policía realizaron una vigilia en honor de Rafael Ramos y Wenjian Liu, agentes asesinados el sábado (AP)
NUEVA YORK, 21 de diciembre.- Un día después del asesinato de dos policías, la tensión y la división se adueñaron hoy de Nueva York, que vive fuertes roces entre las fuerzas del orden y el alcalde a raíz de las protestas contra la violencia policial de las últimas semanas.
La tragedia registrada el sábado, en la que dos agentes fallecieron tiroteados a sangre fría a manos de un individuo que decía querer vengar las muertes de varios afroamericanos, no hizo más que evidenciar la fractura que se vive actualmente en la ciudad.
Anoche, en un gesto inaudito, un amplio grupo de agentes dio literalmente la espalda al alcalde, Bill de Blasio, a su llegada al hospital donde se encontraban los cuerpos de Rafael Ramos y Wenjian Liu, los dos asesinados.
El gesto, del que hoy se distribuyeron imágenes, deja claro el malestar que existe entre muchos miembros del Departamento por lo que consideran que ha sido una falta de apoyo por parte de De Blasio ante las acusaciones de violencia policial y las protestas que se han desarrollado por ese motivo.
La sangre de dos agentes de Policía ejecutados está en las manos del alcalde De Blasio", dijo en un duro mensaje en Twitter la Police Benevolent Association (PBA), el principal sindicato de policías de la Gran Manzana.
La organización lleva semanas enfrentada al gobierno municipal, al que acusa de no apoyar a la Policía en el marco de las manifestaciones que estallaron a raíz de la decisión de un gran jurado de no presentar cargos contra el agente que supuestamente mató a un negro en julio con una llave de inmovilización prohibida.
A los policías les ha sentado además muy mal que De Blasio mostrara comprensión por las protestas y reconociese en medio de la polémica que ha educado a su hijo Dante, producto de su matrimonio con una afroamericana, sobre los "peligros" potenciales en caso de interactuar con un policía.
A raíz de ello, la PBA comenzó a distribuir entre sus alrededor de 12.000 miembros un documento para que estos lo firmen y pidan con él que De Blasio no acuda a sus funerales en caso de que caigan en el ejercicio de su trabajo.
No ha trascendido si los agentes fallecidos el sábado habían respaldado esa iniciativa.
Aunque no estalló hasta hace poco, la tensión entre parte del Departamento y el alcalde venía gestándose ya desde la campaña electoral, en la que De Blasio recibió el apoyo de organizaciones e individuos calificados de "anti-Policía" por algunos mandos del Cuerpo.
El alcalde, progresista y con pasado en el activismo de izquierda, ha emprendido además desde su llegada al cargo numerosas reformas en la Policía para tratar de mejorar su relación con todas las comunidades de la ciudad, acciones que no siempre han sido bien vistas por los agentes.
George Pataki, exgobernador conservador del estado, también culpó a la "retórica de división y contra la Policía" del alcalde por el asesinato del sábado, un mensaje similar al que expresó en televisión el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani.
En su primera aparición tras el ataque registrado en Brooklyn, De Blasio subrayó que los ataques contra la Policía son ataques contra todos los neoyorquinos y aquello que valoran.
Las banderas, a instrucción de las autoridades, ondean hoy a media asta en luto por el fallecimiento de Ramos y Liu, mientras continúan las investigaciones.
ASESINO DE POLICÍAS ANUNCIÓ QUE MATARÍA A POLICÍAS
Ismaaiyl Brinsley, el hombre que el sábado mató a sangre fría a dos agentes de Policía en Nueva York, tenía numerosos antecedentes criminales, un pasado marcado por la violencia y había tratado de suicidarse hace un año, informaron hoy las autoridades.
En los últimos tiempos, Brinsley había publicado varios mensajes en internet contra el Gobierno y la Policía e instantes antes de disparar contra los agentes se acercó a dos hombres por la calle y les pidió que lo siguieran en la red social Instagram.
Miren lo que voy a hacer", avisó el pistolero a esos desconocidos, explicó hoy en una conferencia de prensa el jefe de detectives de la Policía de Nueva York, Robert Boyce.
Acto seguido, caminó calle arriba, pasó por delante del auto patrulla en el que estaban los dos policías, dio la vuelta y regresó por detrás para abrir fuego a través de una ventanilla, informó Boyce.
Tras dispararle a los agentes, Brinsley huyó y entró en una estación de metro cercana, donde se quitó la vida disparándose en pleno andén.
Según la Policía, la madre de Brinsley, que vive en la ciudad, ha dicho que el hombre tuvo una infancia complicada y que a menudo era violento.
Su madre dijo tener miedo de él y no lo había visto en un mes", explicó Boyce a los periodistas.
A sus 28 años, Brinsley había sido detenido en quince ocasiones en Georgia y otras cuatro en Ohio, por distintos crímenes.
Además, había cumplido tiempo en la cárcel entre 2011 y 2013 por posesión ilegal de un arma.
El hombre, que aparentemente sufría problemas mentales, había tratado de suicidarse en el pasado y hace un año intentó ahorcarse, según el responsable policial.
Brinsley creció en una familia musulmana y nunca mostró ningún tipo de radicalización. En sus numerosos mensajes en las redes sociales tampoco se ha encontrado ningún elemento religioso, añadió Boyce.
La Policía está examinando sus perfiles en redes sociales como Facebook e Instagram, su correo electrónico, su teléfono móvil y otro que le robó a su exnovia tras dispararle en la misma mañana del sábado cerca de Baltimore, a más de 300 kilómetros de Nueva York.
Brinsley salió del domicilio de la mujer -que sobrevivió al ataque- y quince minutos después telefoneó a la madre de esta para decirle que le había disparado por accidente y que esperaba que viviese.
A continuación tomó un autobús en dirección a la Gran Manzana y se dirigió al barrio de Bedford-Stuyvesent, en Brooklyn, donde disparó contra los policías.
Según Boyce, hasta ahora se han encontrado en internet varios mensajes de odio contra la Policía y el Gobierno publicados por Brinsley, que no tenía relación con ninguna pandilla ni grupo criminal.
En otros mensajes, el hombre muestra su enfado por el rumbo que había tomado su vida.
Hoy, las banderas lucieron a media asta en Nueva York en señal de duelo y en el lugar de los hechos se improvisó un memorial con flores y otros objetos en recuerdo de los dos agentes fallecidos, Rafael Ramos y Wenjian Liu.
A lo largo del día, la Policía de Nueva York ha recibido amenazas de posibles nuevos ataques por parte de varios individuos, casos que está investigando.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, telefoneó al jefe del Departamento de Policía de Nueva York, William Bratton, para trasladarle sus condolencias y expresarle su "total apoyo" para "cualquier tipo de asistencia" que pueda necesitar, informó la Casa Blanca.
Mientras, el principal sindicato de policías de la ciudad ha criticado al alcalde, Bill de Blasio, al considerar que no ha apoyado suficientemente a ese cuerpo en el marco de las manifestaciones registradas durante las últimas semanas para protestar por varios casos de violencia policial contra la comunidad afroamericana.
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