No debe haber cambio en los rasgos generales de nuestra obra. Ha de permanecer tan clara y distinta como la profecía la ha hecho. No podemos entrar en ninguna alianza con el mundo suponiendo que al hacerlo podríamos lograr más. Si alguien obstaculiza el camino para impedir el progreso de la obra en los ramos que Dios ha establecido, desagradará a Dios. Es preciso no debilitar ningún aspecto de la verdad que ha hecho al pueblo adventista del séptimo día lo que es. Tenemos los antiguos hitos de la verdad, la experiencia y el deber, y debemos permanecer firmes en la defensa de nuestros principios ante del mundo.
Testimonios para la Iglesia Tomo 6, p.26.
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