Cuando suene el fuerte clamor, 19 de enero
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Romanos 13:11.
El fin se acerca; avanza sigilosa, insensible y silenciosamente, como el ladrón en la noche. Concédanos el Señor la gracia de no dormir por más tiempo, como otros lo hacen, sino que seamos sobrios y velemos. La verdad está a punto de triunfar gloriosamente y todos los que decidan ahora ser colaboradores con Dios triunfarán con ella. El tiempo es corto; la noche se acerca cuando nadie podrá trabajar.
Viene el tiempo cuando habrá tantas personas convertidas en un día como las hubo en el día de Pentecostés, después que los discípulos recibieron el Espíritu Santo.
Hay muchos que no han prestado atención a la invitación del Evangelio; han sido probados, pero al parecer se les han presentado obstáculos monumentales que han impedido su avance. Mediante la fe, la perseverancia y el valor, muchos superarán esas dificultades y entrarán en la luz gloriosa.
Casi inconscientemente se han erigido barreras en el camino estrecho y angosto; se han colocado piedras de tropiezo en el sendero; pero todo eso será quitado. Las salvaguardias que los falsos pastores han colocado alrededor de su grey llegarán a ser como nada; miles entrarán en la luz y trabajarán para difundir la luz. Las inteligencias celestiales se combinarán con los instrumentos humanos. Estimulada en esta forma, la iglesia se levantará y brillará, y aplicará todas sus energías santificadas al conflicto; en esta forma se cumple el designio de Dios, y así es como se recuperan las perlas perdidas...
Durante el fuerte clamor, la iglesia, ayudada por las disposiciones providenciales de su exaltado Señor, difundirá el conocimiento de la salvación tan abundantemente que la luz será comunicada a toda ciudad y pueblo. La tierra será llena del conocimiento de la salvación. Tan abundantemente habrá coronado de éxito el Espíritu renovador de Dios a los agentes intensamente activos, que la luz de la verdad presente brillará por todas partes.27EE, 502, 503.
¡Maranata: El Senor Viene!, p.27.
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