LO ARRESTARON EN SU CASA DEL EXCLUSIVO COUNTRY ABRIL, EN BERAZATEGUI
Es Eugenio Curatola, un consultor financiero que tenía un microprograma en radio. La Justicia dio por probadas 167 estafas. Les ofrecía a sus clientes ganancias fabulosas en mercados extranjeros. La cifra total podría llegar a 300 millones. Lo comenzaron a investigar en 2004, cuando los primeros inversores -que le habían confiado su dinero para invertirlo en el exterior- vieron que no recuperaban nada. Se calcula que engañó a un total de 11.000 clientes -aunque no todos lo denunciaron- por una cifra que podría llegar a los 300 millones de dólares.
Por sólo una parte de estas presuntas estafas, que suman 167 casos acreditados, ayer fue detenido el empresario Eugenio Curatola (45). La Policía lo fue a buscar a su casa del exclusivo Club de Campo Abril, en el partido de Berazategui, con una orden de captura a su nombre firmada por el juez de Instrucción Mariano Scotto.
Scotto está a cargo de la causa madre contra Curatola, quien suma otros dos expedientes en su contra: uno radicado en La Plata (por estafas cometidas a través de filiales de su firma en el interior de la provincia de Buenos Aires) y otro en la Justicia Federal nacional, donde se lo investiga por presunto lavado de dinero.
El juez Scotto mandó a detener al empresario luego de procesarlo con prisión preventiva por los 167 casos comprobados en su expediente. Este, en realidad, reúne 1.200 denuncias por estafa que, juntas, ascienden a unos 33 millones de dólares.
En la misma resolución de procesamiento, Scotto trabó un embargo sobre los bienes del acusado por valor de 16 millones de pesos.
La historia negra de Curatola, revelada en exclusiva por Clarín en 2005, comenzó poco antes de la crisis de 2001. Por entonces, pasó de ser un simple vendedor de seguros a afianzarse como un operador financiero especializado en sacar dinero del país. Aprovechó un momento en el que mucha gente la enviaba afuera por la desconfianza en la banca nacional.
Así, con sólo 20 clientes, formó Curatola y Asociados. Con buenas conexiones, promesas de hasta un 100 por ciento de rentabilidad e informes de utilidades on line, logró capturar la confianza de cada vez más clientes. Hasta dio conferencias en hoteles cinco estrellas y tuvo su propio espacio (pago) en las medianoches de una radio AM.
En pleno éxito, montó sus oficinas en la zona de Catalinas, ocupó dos pisos en un edificio de Esmeralda al 600 y abrió ocho representaciones en la Provincia.
Como suele ocurrir con las operaciones tipo pirámide, los primeros clientes recibieron buenas ganancias por su inversión (se cree que les pagaban con lo que ponían nuevos inversionistas). El resto ya no recibió nada.
Al principio, Curatola se vinculó al broker estadounidense FXCM y los clientes podían seguir el estado de sus inversiones on line luego de obtener una clave que les daba el operador norteamericano.
Pero a fines de 2003, FXCM dejó de operar con Curatola y devolvió inversiones a algunos clientes. Estas operaciones llamaron la atención de bancos extranjeros que denunciaron lo ocurrido a la Unidad de Información Financiera (UIF) de la Argentina.
Mientras Curatola comenzaba a ser investigado por posible lavado de dinero, sus clientes fueron informados por Curatola y Asociados que el empresario había cerrado trato con un nuevo broker: Forexvan, de las Islas Vírgenes. A partir de entonces, les explicó, debían depositar su dinero en el Commercial Bank de Bermudas y darle un poder a él para manejarlo.
Los estados de cuenta on line ya no dependían del operador en el exterior. El propio Curatola instaló un sistema de informes en su pagina de Internet.
Su panorama se empezó a complicar seriamente en febrero de 2004, cuando algunos de su clientes -pese a los informes fantásticos que aparecían en la página web de Curatola- no pudieron recuperar su dinero.
Paralelamente, en la investigación por lavado de dinero -a cargo del fiscal federal Guillermo Marijuán- se determinó que el broker Forexvan era en realidad una empresa fantasma (propiedad de propio Curatola). Fue denunciada y terminó intervenida. También se supo que la cuenta en Bermudas estaba a su nombre y que de allí se habrían desviado 100 millones de dólares hacia otra cuenta suya.
En la investigación no sólo está imputado el empresario sino también varios familiares suyos, abogados y representantes de la firma. Ahora, Curatola esta preso. Pero no es la primera vez: en mayo del 2007 la Policia lo detuvo en la misma casa de Abril en la que lo encontró ayer. Fue por la causa radicada en La Plata y logró salir de la cárcel al poco tiempo, pagando una fianza.
Por sólo una parte de estas presuntas estafas, que suman 167 casos acreditados, ayer fue detenido el empresario Eugenio Curatola (45). La Policía lo fue a buscar a su casa del exclusivo Club de Campo Abril, en el partido de Berazategui, con una orden de captura a su nombre firmada por el juez de Instrucción Mariano Scotto.
Scotto está a cargo de la causa madre contra Curatola, quien suma otros dos expedientes en su contra: uno radicado en La Plata (por estafas cometidas a través de filiales de su firma en el interior de la provincia de Buenos Aires) y otro en la Justicia Federal nacional, donde se lo investiga por presunto lavado de dinero.
El juez Scotto mandó a detener al empresario luego de procesarlo con prisión preventiva por los 167 casos comprobados en su expediente. Este, en realidad, reúne 1.200 denuncias por estafa que, juntas, ascienden a unos 33 millones de dólares.
En la misma resolución de procesamiento, Scotto trabó un embargo sobre los bienes del acusado por valor de 16 millones de pesos.
La historia negra de Curatola, revelada en exclusiva por Clarín en 2005, comenzó poco antes de la crisis de 2001. Por entonces, pasó de ser un simple vendedor de seguros a afianzarse como un operador financiero especializado en sacar dinero del país. Aprovechó un momento en el que mucha gente la enviaba afuera por la desconfianza en la banca nacional.
Así, con sólo 20 clientes, formó Curatola y Asociados. Con buenas conexiones, promesas de hasta un 100 por ciento de rentabilidad e informes de utilidades on line, logró capturar la confianza de cada vez más clientes. Hasta dio conferencias en hoteles cinco estrellas y tuvo su propio espacio (pago) en las medianoches de una radio AM.
En pleno éxito, montó sus oficinas en la zona de Catalinas, ocupó dos pisos en un edificio de Esmeralda al 600 y abrió ocho representaciones en la Provincia.
Como suele ocurrir con las operaciones tipo pirámide, los primeros clientes recibieron buenas ganancias por su inversión (se cree que les pagaban con lo que ponían nuevos inversionistas). El resto ya no recibió nada.
Al principio, Curatola se vinculó al broker estadounidense FXCM y los clientes podían seguir el estado de sus inversiones on line luego de obtener una clave que les daba el operador norteamericano.
Pero a fines de 2003, FXCM dejó de operar con Curatola y devolvió inversiones a algunos clientes. Estas operaciones llamaron la atención de bancos extranjeros que denunciaron lo ocurrido a la Unidad de Información Financiera (UIF) de la Argentina.
Mientras Curatola comenzaba a ser investigado por posible lavado de dinero, sus clientes fueron informados por Curatola y Asociados que el empresario había cerrado trato con un nuevo broker: Forexvan, de las Islas Vírgenes. A partir de entonces, les explicó, debían depositar su dinero en el Commercial Bank de Bermudas y darle un poder a él para manejarlo.
Los estados de cuenta on line ya no dependían del operador en el exterior. El propio Curatola instaló un sistema de informes en su pagina de Internet.
Su panorama se empezó a complicar seriamente en febrero de 2004, cuando algunos de su clientes -pese a los informes fantásticos que aparecían en la página web de Curatola- no pudieron recuperar su dinero.
Paralelamente, en la investigación por lavado de dinero -a cargo del fiscal federal Guillermo Marijuán- se determinó que el broker Forexvan era en realidad una empresa fantasma (propiedad de propio Curatola). Fue denunciada y terminó intervenida. También se supo que la cuenta en Bermudas estaba a su nombre y que de allí se habrían desviado 100 millones de dólares hacia otra cuenta suya.
En la investigación no sólo está imputado el empresario sino también varios familiares suyos, abogados y representantes de la firma. Ahora, Curatola esta preso. Pero no es la primera vez: en mayo del 2007 la Policia lo detuvo en la misma casa de Abril en la que lo encontró ayer. Fue por la causa radicada en La Plata y logró salir de la cárcel al poco tiempo, pagando una fianza.