Los defensores adventistas de la libertad religiosa temen que una nueva resolución de las Naciones Unidas que busca proteger de manera amplia las ideologías religiosas logre este objetivo a expensas de las libertades individuales de expresión.
La medida no vinculante, aprobada por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en la víspera, es la última de una serie de acciones en contra de los comentarios intolerantes y la "difamación religiosa" que comenzó en 1999 cuando Pakistán fue el primero en solicitar una resolución en tal sentido.
Pakistán sigue siendo el principal patrocinador de las resoluciones sobre "difamación religiosa", dijeron los directivos de la Agencia Internacional de Libertad Religiosa (IRLA).
La resolución de la víspera fue aprobada por 23 votos a favor, 11 en contra y 13 abstenciones, lo que revela un apoyo menos entusiasta en comparación con años anteriores y deja entrever la creciente oposición contra tales medidas, afirmaron los directivos de IRLA. Varias agencias no gubernamentales, incluyendo a IRLA, The Becket Fund y UN Watch, continúan creando conciencia respecto de las potenciales consecuencias de la resolución.
"En el derecho internacional, si se sigue una costumbre durante suficiente tiempo puede convertirse en norma --dijo Barry Bussey, director de Asuntos Legislativos de la Iglesia Adventista--. Tales normas son entonces codificadas y se convierten en leyes".
Una década después de haber comenzado, las resoluciones contra la "difamación religiosa" parecían bien encaminadas hacia la normativa legal, dijo Bussey. Sin embargo, unos años atrás, cuando las tiras cómicas danesas que mostraban a Mahoma incitaron ataques a las embajadas danesas en varios países musulmanes, los países de Occidente comenzaron a repensar los alcances extremos de tales resoluciones, afirmó.
"Nos preocupa que [la resolución] limite la libertad de expresión", dijo John Graz, secretario general de IRLA, después de la votación.
Lo más preocupante es la vaguedad de la resolución, dijo Bussey.
El año pasado, los expertos de IRLA se reunieron para analizar el tema de las declaraciones de intolerancia y la "difamación religiosa". Como no existe una definición mundialmente aceptada de la expresión "difamación religiosa", el grupo concluyó que cualquier intento de implementar la resolución propuesta en ese entonces resultaría arbitrario y subjetivo, y que en su mayor parte dependería de la sensibilidad de los oyentes.
"¿Quién determina cuando se difama a una religión?" dijo Bussey después de la votación. "Esta resolución conlleva numerosos peligros de que se produzcan abusos de poder". Bussey instó a concertar la oposición cuando se procure renovar la resolución el año próximo.
En la fotografía se ve al director de Asuntos Legislativos de la Iglesia Adventista, Barry Bussey, durante la sesión de la ONU.
Fuente: Red de Noticias Adventistas
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