Demostración de fe / Una obra del Orfebre Pallarols
Coronaron a la Virgen del Rosario ante más de 500.000 fieles
A 26 años de la creación del santuario, en San Nicolás, la gente renovó su devoción
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Martes 26 de mayo de 2009 Publicado en edición impresa
Los peregrinos llegaron a San Nicolás desde distintos rincones del país y se sumaron a la celebración Foto: LA NACION / Mario García
Jorge Rouillon Enviado especial
SAN NICOLAS.- Una multitud acompañó la coronación de la imagen de la Virgen del Rosario de San Nicolás, 26 años después del nacimiento de esta devoción en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos.
La imagen había sido bendecida en Roma en 1884 por el papa León XIII, pero la devoción se difundió en San Nicolás desde 1983.
Fuentes de Seguridad de la intendencia y de la policía estimaron en unos 550.000 los concurrentes, llegados de todo el país.
Dos horas antes de comenzar la procesión, quienes querían acceder al camarín de la Virgen formaban una cola de cuatro cuadras. El último de la cola era Luis Cabrera, de 69 años, de La Tablada. Había sido peón en el Mercado de Abasto. "Soy jubilado, cobro sin trabajar", dijo. Contó que el 25 de junio de 2005 vino al santuario y el 12 de julio empezó a cobrar la jubilación. "Desde entonces, cuando puedo vengo a agradecer."
En el santuario entraba y salía gente todo el tiempo. Se rezaba el rosario. Miriam Chevalier, de 43 años, operaria en una empresa de jabones, había venido con cuatro ómnibus de una parroquia de La Matanza. Venía con su esposo y sus hijos Uriel, de ocho años, y Lucio, de cinco. "Los dos son un milagro de la Virgen -dijo-, porque yo no quedaba embarazada."
En el patio de la casa de Gladys Motta, la mujer que en 1983 manifestó al entonces obispo de San Nicolás que había visto a la Virgen, muchos tiraban papelitos con pedidos a la Virgen. "Virgencita, te pido que el pequeño Julián, que está en camino, venga al mundo de la mejor manera posible", podía leerse en un papelito.
Teresa Lalor de Paz recordó que su suegra, Lía Paz, que organizó cientos de peregrinaciones de las Esclavas de María, murió hace dos años hablando en voz apenas audible de la coronación de la Virgen. Cerca del santuario crece un árbol que ella trasplantó allí desde el balcón de su departamento en Barrio Norte.
"La gente tiene fe, la gente mira al cielo, está sedienta de Dios", dijo el obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera. Al evocar el 25 de mayo de 1810, afirmó que "no podemos renegar de nuestro origen, lo cristiano forma parte de nuestra historia".
En la calle, entre la gente, el obispo de San Nicolás, monseñor Héctor Cardelli, dijo a LA NACION que la coronación "es respuesta al pedido del pueblo", que recibió en miles de cartas y mails. La coronación tiene un alto valor simbólico en la Iglesia; para que una imagen sea coronada debe ser de amplia significación en un lugar.
Pañuelos y pétalos
Entre cantos, la imagen fue acompañada por una procesión por las calles de unas 20 cuadras. Cuando llegó al campito, entre el agitar de pañuelos, Sofía Cabrera, de ocho años, sostenía unas rosas que le había dado su abuela, Sofía Martínez, devota de la Virgen.
Concelebraron la misa al aire libre diez obispos y decenas de sacerdotes. A las 16.20, en medio de la misa, se realizó el rito de colocar la corona en cuya confección participaron con sus manos más de 600.000 personas. Cardelli dijo a la Virgen que al ceñirla con una corona visible ellos "reconocen a tu Hijo, el Rey del Universo". Luego, el orfebre Juan Carlos Pallarols, que talló la imagen, ajustó los pernos. Unos globos con una bandera argentina se elevaron al cielo y hubo salvas de estruendo.
Se acercaron al altar ofrendas de todo el país. Desde Córdoba llevaron alfajores y "mil rosarios rezados". De San Juan, vino para misa; de Mar del Plata, anchoas; de Tapiales, alimentos; de Tucumán, caña de azúcar y candelabros de cristal. También llegaron desde otros países. Omar Vilela, peruano, trabaja de obrero de la construcción en La Plata y dijo que viene todos los días 25 . "Ella me sacó del fondo del pozo y me dio una nueva oportunidad", deslizó.
Se cantó el Himno Nacional. Entre nubes de pétalos, la imagen de la Virgen fue devuelta al santuario. El cielo se encapotó y empezó a llover. "Nos vamos con una bendición", dijeron unos peregrinos de Santa Fe.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1132300&pid=6524207&toi=6266
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