Por Agencia EFE – Hace 1 día
Santiago (R.Dominicana), 20 nov (EFE).- La República Dominicana debe adoptar medidas drásticas para evitar los ataques supuestamente "xenófobos" de grupos de dominicanos en contra de haitianos ilegales, dijo hoy a Efe Regino Martínez, coordinador del Servicio Jesuita para los Migrantes Refugiados en el noroeste local.
Martínez, también coordinador de la ONG Solidaridad Fronteriza, dijo que se ha convertido en una "moda peligrosa" el hecho de que cada vez que un haitiano agrede o mata a un dominicano, turbas de nacionales armados persiguen a inmigrantes ajenos al asunto, los expulsan de las comunidades donde viven, los atacan y destruyen sus propiedades.
El jesuita se refirió de esta manera a los incidentes del pasado martes en Manga Larga, en la provincia La Vega (norte), en el que lugareños expulsaron a los haitianos indocumentados que vivían en esa localidad y quemaron al menos dos casuchas en represalia por la muerte del dominicano Jorge Rivas Guzmán supuestamente a manos de un inmigrante irregular del vecino país.
Sin embargo, el defensor de los inmigrantes haitianos señaló que el caso de Manga Larga no es el primero ni el último, ya que en otros lugares se han presentado incidentes peores.
El religioso alertó de que este tipo de agresiones continuará en aumento porque, a su juicio, no hay interés de las autoridades de frenar esa situación.
Recordó que esta modalidad de perseguir y agredir muchas veces hasta provocarle la muerte a los inmigrantes e incendiar sus viviendas y sus propiedades comenzó en 2005 en el poblado de Hatillo Palma, en la provincia de Montecristi (noroeste), con la muerte de la comerciante Maritza Luna, de la que se acusó a cuatro haitianos indocumentados que supuestamente querían robarle.
Después de esos acontecimientos, agregó, se han registrado casos similares en varias localidades del país.
También mencionó la quema de tres haitianos y el linchamiento de otro en la capital dominicana en venganza porque un compatriota de éstos había dado muerte a machetazos a un dominicano.
Igualmente se refirió a la muerte de tres haitianos que fueron sorprendidos quemando carbón en una comunidad del suroeste del país, los cuales fueron quemados vivos por sus victimarios.
"Todos esos casos nos ponen a pensar que las autoridades dominicanas les dicen a los dominicanos hagan los que les venga en ganas con los inmigrantes haitianos, porque casi nunca les dan seguimiento a las turbas que cometen estos crímenes", subrayó a EFE.
La República Dominicana y Haití, que comparten la isla de La Española, mantienen una relación marcada por momentos de conflictividad derivada de la presencia de cerca de un millón de haitianos en el país vecino, muchos de ellos en situación ilegal, donde se dedican a trabajar principalmente en la construcción y en la agricultura.
Santiago (R.Dominicana), 20 nov (EFE).- La República Dominicana debe adoptar medidas drásticas para evitar los ataques supuestamente "xenófobos" de grupos de dominicanos en contra de haitianos ilegales, dijo hoy a Efe Regino Martínez, coordinador del Servicio Jesuita para los Migrantes Refugiados en el noroeste local.
Martínez, también coordinador de la ONG Solidaridad Fronteriza, dijo que se ha convertido en una "moda peligrosa" el hecho de que cada vez que un haitiano agrede o mata a un dominicano, turbas de nacionales armados persiguen a inmigrantes ajenos al asunto, los expulsan de las comunidades donde viven, los atacan y destruyen sus propiedades.
El jesuita se refirió de esta manera a los incidentes del pasado martes en Manga Larga, en la provincia La Vega (norte), en el que lugareños expulsaron a los haitianos indocumentados que vivían en esa localidad y quemaron al menos dos casuchas en represalia por la muerte del dominicano Jorge Rivas Guzmán supuestamente a manos de un inmigrante irregular del vecino país.
Sin embargo, el defensor de los inmigrantes haitianos señaló que el caso de Manga Larga no es el primero ni el último, ya que en otros lugares se han presentado incidentes peores.
El religioso alertó de que este tipo de agresiones continuará en aumento porque, a su juicio, no hay interés de las autoridades de frenar esa situación.
Recordó que esta modalidad de perseguir y agredir muchas veces hasta provocarle la muerte a los inmigrantes e incendiar sus viviendas y sus propiedades comenzó en 2005 en el poblado de Hatillo Palma, en la provincia de Montecristi (noroeste), con la muerte de la comerciante Maritza Luna, de la que se acusó a cuatro haitianos indocumentados que supuestamente querían robarle.
Después de esos acontecimientos, agregó, se han registrado casos similares en varias localidades del país.
También mencionó la quema de tres haitianos y el linchamiento de otro en la capital dominicana en venganza porque un compatriota de éstos había dado muerte a machetazos a un dominicano.
Igualmente se refirió a la muerte de tres haitianos que fueron sorprendidos quemando carbón en una comunidad del suroeste del país, los cuales fueron quemados vivos por sus victimarios.
"Todos esos casos nos ponen a pensar que las autoridades dominicanas les dicen a los dominicanos hagan los que les venga en ganas con los inmigrantes haitianos, porque casi nunca les dan seguimiento a las turbas que cometen estos crímenes", subrayó a EFE.
La República Dominicana y Haití, que comparten la isla de La Española, mantienen una relación marcada por momentos de conflictividad derivada de la presencia de cerca de un millón de haitianos en el país vecino, muchos de ellos en situación ilegal, donde se dedican a trabajar principalmente en la construcción y en la agricultura.
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