Simpatizantes republicanos muestran una representación crítica de Obama, ayer en Washington, durante una marcha contra la reforma sanitaria
21 Marzo 10 - Nueva York - Marta Torres
El presidente de EE UU aun no tiene asegurados los votos que necesita. Los legisladores demócratas antiabortistas no respaldarán su propuesta
El tiempo empezó a agotarse ayer para el presidente Barack Obama, que durante las últimas semanas se ha servido de todo tipo de estrategias para conseguir los respaldos suficientes entre los legisladores de su partido para aprobar la reforma sanitaria. Después de varios intentos, Obama se dio por vencido respecto a conseguir que los republicanos le apoyasen con esta iniciativa que, de convertirse en ley, sería su primer gran éxito como presidente de Estados Unidos.
Durante las últimas semanas, ha llamado personalmente a los legisladores demócratas, les ha confesado que su Presidencia depende de este voto e incluso ha llevado al legislador de su agrupación de Ohio, Dennis Kucinich, en el Air Force One hasta su estado. Ayer se reunió con los parlamentarios de su partido para dar el que puede ser el último empujón a su reforma, aunque los legisladores de la Cámara de Representantes tenían más interés en verse con el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid. Y es que los políticos de ambas cámaras desconfían los unos de los otros.
De esta forma, los de la Baja, que votarán hoy la reforma sanitaria querían asegurarse ayer de que el Senado va a aceptar los cambios que han incluido en esta reforma. Tras la votación de los congresistas, queda pendiente la ratificación del Senado. Los desacuerdos entre senadores y representantes ha sido una de las causas por las que la reforma ha tardado tanto en someterse a votación. La mayor discrepancia gira en torno al aborto. Ayer, los demócratas conservadores, en contra de la interrupción del embarazo, anunciaron que no respaldarán este proyecto de ley después de que la portavoz de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no aceptase sus condiciones. El político de Michigan, Bart Stupak, explicó a Pelosi que para lograr su apoyo y el del ala conservadora en la Cámara Alta tendrían que aprobar otra ley paralela que dejase claro que no se destinarán fondos públicos para financiar el aborto. Pero la portavoz de la Cámara de Representantes, primera mujer en ocupar este puesto y famosa por defender el derecho a la interrupción del embarazo, se negó a aceptar sus imposiciones. «La ley es de sanidad, no del aborto. Ya estamos de acuerdo en que no va a financiarse con fondos públicos», recordó Pelosi. Actualmente, en la propuesta, se especifica que si una mujer quiere pasar por esta operación puede hacerlo a través de su seguro, pero matiza que debe pagar de su bolsillo los costes de la cirugía. En cambio, a juicio de los legisladores demócratas conservadores, el lenguaje no es lo suficientemente explícito y consideran que podrían darse casos en los que se utilicen fondos públicos para financiar la interrupción del embarazo. Por ello, si se consigue aprobar hoy la propuesta, se hará por la mínima.
Por otro lado, Obama se sirvió ayer de su discurso semanal de los sábados para reiterar la necesidad de la reforma del sistema financiero que incluya una nueva agencia de protección para los consumidores y vele por los intereses del ciudadano medio. «Nadie niega que la reforma es necesaria. La pregunta que hay que responder, por tanto, es muy sencilla: ¿Aprendemos la lección de esta crisis o nos condenaremos a repetirla?», destacó Obama, que instó a senadores y congresistas a mantenerse firmes ante las presiones de las no quieren que haya mayor regulación del sistema financiero.
ANÁLISIS
Obama arriesga la mayoría demócrata en las Cámaras y su propia credibilidad
- Si no se aprueba su plan sanitario, ¿Obama quedará muy tocado?
–Los demócratas del Congreso creen que sí. Tras más de un año de intensos esfuerzos, si Obama saliera derrotado de la votación se quedaría sin opciones para poder aprobar cualquier otra legislación de importancia. Además, con los republicanos opuestos de forma prácticamente unánime a la reforma, las divisiones entre los demócratas le debilitarían mucho.
- ¿Cómo repercutirá el coste de la reforma en la economía estadounidense?
–Los 2,5 billones de dólares que mueve la industria sanitaria en EE UU supone una sexta parte del PIB del país. La Oficina de Presupuestos del Congreso estima que el coste de la reforma durante los próximos diez años será de 940.000 millones de dólares, pero reduciría el déficit en unos 138.000 millones de dólares durante la próxima década, y a partir de 2019 se espera que la reducción se incremente.
- ¿Qué pasará con la mayoría demócrata en las Cámaras?
–Lo que suceda con la reforma determinará el futuro del Senado y de la Cámara de Representantes en las legislativas de noviembre. Si Obama no logra que sea aprobada, los demócratas sufrirán un duro revés en las elecciones. Y pueden perder la mayoría, como la perdieron en 1994 tras fracasar una reforma similar de Bill Clinton.
El tiempo empezó a agotarse ayer para el presidente Barack Obama, que durante las últimas semanas se ha servido de todo tipo de estrategias para conseguir los respaldos suficientes entre los legisladores de su partido para aprobar la reforma sanitaria. Después de varios intentos, Obama se dio por vencido respecto a conseguir que los republicanos le apoyasen con esta iniciativa que, de convertirse en ley, sería su primer gran éxito como presidente de Estados Unidos.
Durante las últimas semanas, ha llamado personalmente a los legisladores demócratas, les ha confesado que su Presidencia depende de este voto e incluso ha llevado al legislador de su agrupación de Ohio, Dennis Kucinich, en el Air Force One hasta su estado. Ayer se reunió con los parlamentarios de su partido para dar el que puede ser el último empujón a su reforma, aunque los legisladores de la Cámara de Representantes tenían más interés en verse con el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid. Y es que los políticos de ambas cámaras desconfían los unos de los otros.
De esta forma, los de la Baja, que votarán hoy la reforma sanitaria querían asegurarse ayer de que el Senado va a aceptar los cambios que han incluido en esta reforma. Tras la votación de los congresistas, queda pendiente la ratificación del Senado. Los desacuerdos entre senadores y representantes ha sido una de las causas por las que la reforma ha tardado tanto en someterse a votación. La mayor discrepancia gira en torno al aborto. Ayer, los demócratas conservadores, en contra de la interrupción del embarazo, anunciaron que no respaldarán este proyecto de ley después de que la portavoz de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no aceptase sus condiciones. El político de Michigan, Bart Stupak, explicó a Pelosi que para lograr su apoyo y el del ala conservadora en la Cámara Alta tendrían que aprobar otra ley paralela que dejase claro que no se destinarán fondos públicos para financiar el aborto. Pero la portavoz de la Cámara de Representantes, primera mujer en ocupar este puesto y famosa por defender el derecho a la interrupción del embarazo, se negó a aceptar sus imposiciones. «La ley es de sanidad, no del aborto. Ya estamos de acuerdo en que no va a financiarse con fondos públicos», recordó Pelosi. Actualmente, en la propuesta, se especifica que si una mujer quiere pasar por esta operación puede hacerlo a través de su seguro, pero matiza que debe pagar de su bolsillo los costes de la cirugía. En cambio, a juicio de los legisladores demócratas conservadores, el lenguaje no es lo suficientemente explícito y consideran que podrían darse casos en los que se utilicen fondos públicos para financiar la interrupción del embarazo. Por ello, si se consigue aprobar hoy la propuesta, se hará por la mínima.
Por otro lado, Obama se sirvió ayer de su discurso semanal de los sábados para reiterar la necesidad de la reforma del sistema financiero que incluya una nueva agencia de protección para los consumidores y vele por los intereses del ciudadano medio. «Nadie niega que la reforma es necesaria. La pregunta que hay que responder, por tanto, es muy sencilla: ¿Aprendemos la lección de esta crisis o nos condenaremos a repetirla?», destacó Obama, que instó a senadores y congresistas a mantenerse firmes ante las presiones de las no quieren que haya mayor regulación del sistema financiero.
ANÁLISIS
Obama arriesga la mayoría demócrata en las Cámaras y su propia credibilidad
- Si no se aprueba su plan sanitario, ¿Obama quedará muy tocado?
–Los demócratas del Congreso creen que sí. Tras más de un año de intensos esfuerzos, si Obama saliera derrotado de la votación se quedaría sin opciones para poder aprobar cualquier otra legislación de importancia. Además, con los republicanos opuestos de forma prácticamente unánime a la reforma, las divisiones entre los demócratas le debilitarían mucho.
- ¿Cómo repercutirá el coste de la reforma en la economía estadounidense?
–Los 2,5 billones de dólares que mueve la industria sanitaria en EE UU supone una sexta parte del PIB del país. La Oficina de Presupuestos del Congreso estima que el coste de la reforma durante los próximos diez años será de 940.000 millones de dólares, pero reduciría el déficit en unos 138.000 millones de dólares durante la próxima década, y a partir de 2019 se espera que la reducción se incremente.
- ¿Qué pasará con la mayoría demócrata en las Cámaras?
–Lo que suceda con la reforma determinará el futuro del Senado y de la Cámara de Representantes en las legislativas de noviembre. Si Obama no logra que sea aprobada, los demócratas sufrirán un duro revés en las elecciones. Y pueden perder la mayoría, como la perdieron en 1994 tras fracasar una reforma similar de Bill Clinton.
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