Mié, 15/09/2010 - 15:07
Hay nuevas oportunidades. A nivel general, el sistema se ha estado moviendo en la dirección correcta, dice Lamy. Foto: AP.
Hay nuevas oportunidades. A nivel general, el sistema se ha estado moviendo en la dirección correcta, dice Lamy. Foto: AP.
Ginebra.- El sistema de comercio global ha ayudado a los países en desarrollo a combatir la pobreza, evitando que el proteccionismo aumentara durante la crisis financiera, informó la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El director general de la OMC, Pascal Lamy, señaló que era curioso que fueran ahora los países de economías emergentes los que pidieran de manera más enérgica llegar a un acuerdo en la Ronda de Doha para la liberalización del comercio global, ya que serían éstos los más beneficiados de un cambio en las normas del comercio global.
Las declaraciones de Lamy se producen a una semana de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) revise el avance en los programas de lucha contra la pobreza, mediante una serie de metas conocidas como los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
"Hasta el momento, el sistema de comercio multilateral ha soportado la crisis razonablemente bien, los países en desarrollo han sido protegidos de (...) una gran ola proteccionista", comentó el funcionario durante un foro de la OMC.
Lamy indicó que las disciplinas del sistema de comercio regido por la OMC, que alientan a sus 153 miembros a mantener abiertas sus fronteras, estaban permitiendo que el comercio creciera 10 por ciento este año, tras contraerse 12 por ciento en 2009 durante la crisis económica.
"Esta es una gran contribución para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a la crisis", señaló.
Un gran cambio en los patrones de comercio global es el hecho de que durante la última década los países en desarrollo han incrementado intensamente su comercio entre sí. El denominado comercio sur-sur representa 50 por ciento del comercio de varios países pobres, reemplazando cada vez más los antiguos lazos comerciales con las ex potencias coloniales, señaló.
Al mismo tiempo, el aumento en las cadenas de abastecimiento globales implica que los países en desarrollo ya no necesitan especializarse en los sectores industriales, sino que pueden ser competitivos, incluso en la fabricación de componentes individuales.
"Hay nuevas oportunidades. A nivel general, el sistema se ha estado moviendo en la dirección correcta", acotó Lamy.
Las conversaciones de la Ronda de Doha sufrieron un nuevo revés hace dos años, principalmente por las diferencias entre las potencias ricas como Estados Unidos y la Unión Europea y las potencias emergentes como India y China sobre la medida en que los países pobres deberían abrir sus mercados.
Los negociadores sostienen que un acuerdo sólo sería posible en 2011, en el mejor de los casos.
Reuters
El director general de la OMC, Pascal Lamy, señaló que era curioso que fueran ahora los países de economías emergentes los que pidieran de manera más enérgica llegar a un acuerdo en la Ronda de Doha para la liberalización del comercio global, ya que serían éstos los más beneficiados de un cambio en las normas del comercio global.
Las declaraciones de Lamy se producen a una semana de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) revise el avance en los programas de lucha contra la pobreza, mediante una serie de metas conocidas como los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
"Hasta el momento, el sistema de comercio multilateral ha soportado la crisis razonablemente bien, los países en desarrollo han sido protegidos de (...) una gran ola proteccionista", comentó el funcionario durante un foro de la OMC.
Lamy indicó que las disciplinas del sistema de comercio regido por la OMC, que alientan a sus 153 miembros a mantener abiertas sus fronteras, estaban permitiendo que el comercio creciera 10 por ciento este año, tras contraerse 12 por ciento en 2009 durante la crisis económica.
"Esta es una gran contribución para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a la crisis", señaló.
Un gran cambio en los patrones de comercio global es el hecho de que durante la última década los países en desarrollo han incrementado intensamente su comercio entre sí. El denominado comercio sur-sur representa 50 por ciento del comercio de varios países pobres, reemplazando cada vez más los antiguos lazos comerciales con las ex potencias coloniales, señaló.
Al mismo tiempo, el aumento en las cadenas de abastecimiento globales implica que los países en desarrollo ya no necesitan especializarse en los sectores industriales, sino que pueden ser competitivos, incluso en la fabricación de componentes individuales.
"Hay nuevas oportunidades. A nivel general, el sistema se ha estado moviendo en la dirección correcta", acotó Lamy.
Las conversaciones de la Ronda de Doha sufrieron un nuevo revés hace dos años, principalmente por las diferencias entre las potencias ricas como Estados Unidos y la Unión Europea y las potencias emergentes como India y China sobre la medida en que los países pobres deberían abrir sus mercados.
Los negociadores sostienen que un acuerdo sólo sería posible en 2011, en el mejor de los casos.
Reuters
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