09-08-2010 09:50
Antonio Cobo, sacerdote-guía espiritual titulado
Siempre que sales de viaje en avión, da un poco de cosa en el estómago, sobre todo al despegar. Al poco tiempo, el avión se sitúa en el espacio aéreo y ni te enteras, luego vienen los aperitivillos, los refrescos y se te hace el vuelo una delicia. Pero vuelves a tener un pellizquillo estomacal en el aterrizaje. Sin hablar de las turbulencias, que suelen ser un buen sustillo para pasajeros y personal de vuelo. Al final del viaje cuando tomas tierra, los pasajeros más agradecidos aplauden al piloto y al bajar del avión dan las gracias a azafatos y azafatas.
Viajar a manos de un buen piloto, en avión, barco o autobús, es una gozada.
La vida es como un viaje obligatorio, y en este viaje merece la pena elegir bien al piloto de nuestra vida. Hoy día abundan los preparadores físicos, entrenadores, fisioterapeutas, preparadores de exámenes, asesores…la experiencia nos dice que merece la pena dejarse ayudar por buenos profesionales para llegar a buen puerto. A eso nos dedicamos los curas, a guiar gente para que lleguen a buen puerto al final del viaje de su vida.
Desde hace más de veinte años alguien me explicó lo bueno que era tener un buen entrenador espiritual y empecé a tenerlo. Ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. La verdad es que en estos años mis entrenadores espirituales han ido cambiando de rostro, pero no de método ni de contenidos. Me han ayudado a pasar la adolescencia, juventud y adultez joven, con resultados muy satisfactorios.
Las claves del éxito empiezan por ponerse en manos de un buen profesional de la “realización personal”, y ser dócil a sus terapias, en las que las decisiones siempre las toma el “paciente-viajero”. El estilo de este tipo de preparación, para viajar bien por la vida, combina aspectos tan importantes como: la amistad, la sinceridad, el respeto a la libertad y la responsabilidad personal, con la docilidad y la confianza en el guía espiritual. El resultado de este coctel de actitudes es una vida plena orientada libremente a buen puerto.
Los que nos dedicamos a guiar gente a buen puerto, observamos que cada día hay más gente perdida en el mar de la vida. Gente que va en su “patera” sin saber exactamente a dónde va, pero esperando llegar a una orilla donde todo será mejor. A muchos les han vendido el viaje a un mundo impresionante al otro lado del mar, pero para embarcarse les piden 1.600 euros, el resto saldrá solo, les aseguran. Así me lo contaba el otro día un amigo de Mali, que lleva en España sin papeles tres años durmiendo en la calle y comiendo de lo que le dan. Me dijo que era ateo, y que su padre era musulmán, pero que él estaba buscando una religión que le convenciera.
El 15 de agosto es fiesta en toda España y se celebra la llegada a buen puerto de Santa María, Madre de Dios y Madre de la Humanidad. Se celebra su asunción, su subida a los cielos en cuerpo y alma, donde nos espera la Felicidad en serio. Por eso si quieres llegar a buen puerto, te recomiendo elegir un buen guía, aunque el camino lo has de recorrer tú. Viajar por la vida guiado por buenas manos es una gozada.
La Iglesia Católica ofrece los servicios de guía hacía el buen puerto del cielo, gratis. Pero como en toda agencia de viajes, no todos los guías son iguales, aunque si buscas un poco descubrirás que los hay muy buenos. No viajes en tu vida sin guía, y feliz viaje al Buen Puerto del Cielo.
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Fuente: http://www.teleprensa.es/almeria-noticia-238572-Para-llegar-a-Puerto.html
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Nota personal al - sacerdote-guía espiritual titulado:
Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí. ......Juan 14:6
N
1AMONESTO pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres;
2Por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador;
4El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.
5Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;
6El cual se dió á sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en sus tiempos...
1Timoteo 2:1-6.
Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos.
Hechos 4:12
No se puede confiar en guias espirituales, ni en Maria la difunta madre de Jesus; Sino en Jesucristo quien murio en la cruz para que fuesemos salvos. No se necesitan intermediarios, con El basta!
Arsenio.
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