El Vaticano considera que rechazar a los refugiados no es la respuesta justa

El Vaticano considera que rechazar a los refugiados no es la respuesta justa
20 de junio de 2011 • 13:48


El Vaticano considera que los países deben garantizar los derechos de los refugiados, asistir a quienes los necesiten, acogerlos y tratarlos como a sus propios ciudadanos y que el cierre de fronteras "no es la respuesta justa" para afrontar el problema de la inmigración.

El presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, el arzobispo Antonio María Veglio, así lo ha manifestado en una entrevista a Radio Vaticano, en la jornada que se celebra el Día Mundial del Refugiado.

"Los países deben garantizar los derechos de los refugiados y actuar de acuerdo con la Convención de la ONU de 1951, que prevé asistir a quienes lo necesitan, acogerlos y tratarlos como a sus propios ciudadanos. El cierre de fronteras no es la respuesta", afirmó Veglio.

El arzobispo subrayó en cuando se cumplen 60 años de la fundación del Alto Comisariado de la ONU para los refugiados y de la adopción de la Convención de Ginebra, la situación de los refugiado sigue sin sin resolverse.

Veglio denunció la actitud de "hostilidad" de la opinión pública, "de la que emerge que el problema que hay que resolver son los mismos refugiados y no las causas que les obligan a huir".

El arzobispo se refirió a la situación en el Mediterráneo, donde se suceden naufragios de viejas barcazas, con la muerte de cientos de personas que huyen de los conflictos del norte de África y la pobreza y dijo que es un desafío "que hay que afrontar".

Según datos facilitados por la agencia vaticana Fides, un total de 1.820 inmigrantes murieron en los primeros cinco meses de este año cuando intentaban atravesar en ruinosos barcos el mar Mediterráneo camino de Europa.

Veglio dijo que la Unión Europea, con los sofisticados medios electrónicos de que dispone y con la ayuda del organismo para el control de fronteras Frontex, "debería ser capaz de controlar dichas embarcaciones y alcanzarlas para prestarles ayuda, incluso antes de que se encuentran en dificultad rozando la tragedia del naufragio".

El prelado señaló que algunas naciones "del norte de Europa" consideran que los refugiados deberían permanecer en el norte de África y reiteró que el cierre de fronteras "no es la respuesta".

El presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes ya afirmó la pasada semana en Roma que Italia y la Unión Europea "deben hacer más " en favor de los inmigrantes.

Veglio dijo en esa ocasión que el control de los flujos migratorios es una medida necesaria, pero que debe estar basado en criterios de solidaridad.

En la entrevista de hoy con Radio Vaticano subrayó que tras el conflicto en Libia, Túnez ha acogido a medio millón de personas, de las que casi 300.000 son libias y Egipto a trescientas cuarenta mil, de las que 160 provenían de Libia, mientras que a Italia han llegado 15.000 libios solicitantes de asilo, "lo que no debería ser un problema".

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