Editorial
ACTUALIZADO 15.06.2011 - 12:48 am
De acuerdo al Consejo Nacional para las Comunidades Dominicanas en el Exterior, un 20% de los dominicanos, aproximadamente dos millones de personas, vive en el exterior y en su mayor parte en los EE.UU, donde residen 1, 334,000 compatriotas. El dato tiene gran significación por el impacto positivo que tiene para nuestro país, especialmente desde la perspectiva económica, ya que el fenómeno se ha traducido en una fuente importante de generación de divisas a través de las remesas.
Lo es también desde la óptica cultural y social por el impacto en la transculturación y la transferencia tecnológica, que traen consigo nuevos valores que modifican los patrones de comportamiento de muchos dominicanos afectados por la fuerte migración de las últimas décadas.
Sin embargo, desde la otra cara de la moneda, el hecho es revelador de otro fenómeno menos positivo, si lo relacionamos con otro dato relativo a la disposición del dominicano de irse de su país. En efecto en una de las encuesta de la Gallup de años anteriores, se le hizo una pregunta a los encuestados que determinó que más de un 60% de los encuestados manifestó su deseo de “irse del país”.
Esa orientación negativa es un indicio del alto nivel que puede estar alcanzando el fenómeno de la “fuga psicológica” entre los dominicanos, los cuales no parecen sentirse satisfechos e integrados con su nación. Esto debe hacernos pensar en los factores que limitan el nivel de satisfacción y de realización del dominicano, consecuencia de que en el país no se armonizan las oportunidades con las capacidades de la población, tal como ha quedado evidenciado en los informes de Desarrollo Humano del PNUD.
Nuestro país, dotado de condiciones naturales inmejorables: Recursos minerales, hídricos y ambientales de una belleza singularísima con alta variedad de micro climas, tierras fértiles, playas hermosas y una foresta que hace de la isla un gigantesco jardín natural, a pesar de todo ello, se dan condiciones sociales y culturales que actúan como factores de repulsión que combinados con las ilusiones inducidas por los modelos de vida que vienen del exterior que operan como factores de atracción, provocan entonces esa propensión a la “fuga psicológica” que lleva al deseo de muchos dominicanos de “irse del país”, disposición que se materializa y se evidencia en la elevada proporción de compatriotas que ha decidido radicarse en el exterior.
Cambiemos de rumbo
Aunque buscar en el exterior otras oportunidades de crecimiento y realización no es de por si negativo, la situación descrita en el comentario anterior, nos debe llevar a la reflexión de que algo anda mal y que debemos cambiar, sobre todo, el modelo de políticas públicas, que hasta ahora han provocado crecimiento económico pero sin desarrollo, donde han salido favorecidos los frentes oligárquicos que concentran la riqueza, excluyendo a las mayorías que se mantienen en la pobreza y la ignorancia que las condenan a la insatisfacción generalizada.
¡Revisemos, pues, el modelo económico y la estrategia para la gobernabilidad!
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Fuente
ACTUALIZADO 15.06.2011 - 12:48 am
De acuerdo al Consejo Nacional para las Comunidades Dominicanas en el Exterior, un 20% de los dominicanos, aproximadamente dos millones de personas, vive en el exterior y en su mayor parte en los EE.UU, donde residen 1, 334,000 compatriotas. El dato tiene gran significación por el impacto positivo que tiene para nuestro país, especialmente desde la perspectiva económica, ya que el fenómeno se ha traducido en una fuente importante de generación de divisas a través de las remesas.
Lo es también desde la óptica cultural y social por el impacto en la transculturación y la transferencia tecnológica, que traen consigo nuevos valores que modifican los patrones de comportamiento de muchos dominicanos afectados por la fuerte migración de las últimas décadas.
Sin embargo, desde la otra cara de la moneda, el hecho es revelador de otro fenómeno menos positivo, si lo relacionamos con otro dato relativo a la disposición del dominicano de irse de su país. En efecto en una de las encuesta de la Gallup de años anteriores, se le hizo una pregunta a los encuestados que determinó que más de un 60% de los encuestados manifestó su deseo de “irse del país”.
Esa orientación negativa es un indicio del alto nivel que puede estar alcanzando el fenómeno de la “fuga psicológica” entre los dominicanos, los cuales no parecen sentirse satisfechos e integrados con su nación. Esto debe hacernos pensar en los factores que limitan el nivel de satisfacción y de realización del dominicano, consecuencia de que en el país no se armonizan las oportunidades con las capacidades de la población, tal como ha quedado evidenciado en los informes de Desarrollo Humano del PNUD.
Nuestro país, dotado de condiciones naturales inmejorables: Recursos minerales, hídricos y ambientales de una belleza singularísima con alta variedad de micro climas, tierras fértiles, playas hermosas y una foresta que hace de la isla un gigantesco jardín natural, a pesar de todo ello, se dan condiciones sociales y culturales que actúan como factores de repulsión que combinados con las ilusiones inducidas por los modelos de vida que vienen del exterior que operan como factores de atracción, provocan entonces esa propensión a la “fuga psicológica” que lleva al deseo de muchos dominicanos de “irse del país”, disposición que se materializa y se evidencia en la elevada proporción de compatriotas que ha decidido radicarse en el exterior.
Cambiemos de rumbo
Aunque buscar en el exterior otras oportunidades de crecimiento y realización no es de por si negativo, la situación descrita en el comentario anterior, nos debe llevar a la reflexión de que algo anda mal y que debemos cambiar, sobre todo, el modelo de políticas públicas, que hasta ahora han provocado crecimiento económico pero sin desarrollo, donde han salido favorecidos los frentes oligárquicos que concentran la riqueza, excluyendo a las mayorías que se mantienen en la pobreza y la ignorancia que las condenan a la insatisfacción generalizada.
¡Revisemos, pues, el modelo económico y la estrategia para la gobernabilidad!
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