Y edificarán los de ti los desiertos antiguos; los cimientos de generación y generación levantarás: y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no hacinedo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras:
Entonces te delelitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré á comer la heredad de Jacob tu padre: porque la boca de Jehová lo ha hablado.
Juan dice en el Apocalipsis: "El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo' (Apoc. 11:19). Juan vio en visión al pueblo del Señor que esperaba su venida y que buscaba la verdad. Cuando el templo de Dios fue abierto para su pueblo, brilló la luz de la ley de Dios que estaba en el arca. En la proclamación del mensaje del tercer ángel aparecen en escena los que reciben esta luz.
Se ve a ese ángel que vuela por en medio del cielo "diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero... Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús".
Este es el pueblo que está reparando la brecha de la ley de Dios. Ven que el sábado del cuarto mandamiento ha sido suplantado por un falso día de reposo, un día que la Palabra de Dios no autoriza. Son leales a su Dios en medio de gran oposición, y se alistan bajo el estandarte del tercer ángel (MS 48, 1900).
A medida que se aproxima el fin, los testimonios de los siervos de Dios se harán más decididos y más poderosos; proyectarán la luz de la verdad sobre los sistemas de error y de opresión que por tanto tiempo han tenido la supremacía. El Señor nos ha enviado mensajes para este tiempo a fin de establecer el cristianismo sobre una base eterna, y todos los que creen la verdad presente no deben apoyarse en su propia sabiduría, sino en la de Dios; y deben levantar los cimientos de generación y generación. Ellos serán registrados en los libros del cielo como reparadores de portillos, restauradores de calzadas para habitar. Debemos sostener la verdad porque es la verdad, haciendo frente a la más intensa oposición. Dios está influyendo en las mentes humanas; el hombre no actúa solo. El gran poder iluminador procede de Cristo; el brillo de su ejemplo ha de mantenerse delante de la gente en cada conversación (Carta 1 f, 1890).
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