¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
Romanos 11:33
33 (Job 11:7; 1 Cor. 2: 7-14; ver EGW com. Job 38; 1 Cor. 13: 12).
Un límite donde terminan los recursos del hombre.
El deber y el privilegio de todos es usar la razón hasta donde puedan llegar las facultades limitadas del hombre; pero hay un límite donde deben terminar los recursos del hombre. Hay muchas cosas que no pueden ser resueltas por el intelecto más poderoso ni discernidas por la mente más penetrante. La Filosofía no puede discernir los caminos y las obras de Dios; la mente humana no puede medir lo infinito.
Jehová es la fuente de toda sabiduría, de toda verdad, de todo conocimiento. Hay blancos elevados que el hombre puede alcanzar en esta vida mediante la sabiduría que imparte Dios, pero hay un infinito más allá que será el estudio y el gozo de los santos a través de los siglos eternos. El hombre sólo puede permanecer ahora en las orillas de esa vasta expansión, y dejar que la imaginación emprenda su vuelo. El hombre limitado no puede sondear las cosas profundas de Dios, pues las cosas espirituales se disciernen espiritualmente. La mente humana no puede abarcar la sabiduría y el poder de Dios (RH 29-12-1896).
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(Juan 17: 3.)
Evítense conjeturas en la búsqueda de Dios.
El talento humano y las conjeturas humanas mediante investigaciones han tratado de descubrir a Dios; pero las conjeturas han demostrado que en sí mismas no son sino conjeturas. El hombre no puede descubrir a Dios mediante investigaciones. Este problema no ha sido dado a los seres humanos. Todo lo que el hombre necesita conocer y puede conocer de Dios ha sido revelado en su Palabra y en la vida de su Hijo, el gran Maestro.
Recuerden los hombres que tienen un gobernante en los cielos, un Dios con quien no se puede jugar. El que esfuerza su razón en un intento de ensalzarse a sí mismo y describir a Dios, descubrirá que hubiera sido mucho mejor que permaneciera como un humilde suplicante ante Dios, que confesara que sólo es un falible ser humano.
Dios no puede ser entendido por los hombres. Los caminos y las obras de Dios son inescrutables. Podemos hablar en cuanto a las revelaciones que él ha hecho de sí mismo en su Palabra, pero fuera de esto digamos de él: Tú eres Dios, y tus caminos son inescrutables.
Hay un conocimiento de Dios y de Cristo que deben poseer todos los que son salvados. "Esta es la vida eterna -dijo Cristo-: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado".
La pregunta que debemos estudiar es: ¿qué es verdad, la verdad para este tiempo, que debe ser albergada, amada, honrada y obedecida? Los partidarios de la ciencia han sido derrotados y se han descorazonado en su esfuerzo por descubrir a Dios. Lo que necesitan preguntar es: ¿qué es verdad? (MS 124, 1903).
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