La economía de Estados Unidos confirmó su desaceleración en el primer trimestre de 2012 en el que creció a un ritmo anual del 1,9 por ciento, según el tercer y definitivo dato divulgado este jueves por el Departamento de Comercio.
El Gobierno dejó así sin variación la cifra indicada en la segunda revisión del crecimiento, presentada en mayo pasado, por debajo de las primeras previsiones que lo ubicaron en el 2,2 por ciento.
Tanto las exportaciones como las importaciones aumentaron por debajo de lo previsto en el dato preliminar, lo que muestra un menor dinamismo en el sector exterior. Las exportaciones crecieron un 4,2 por ciento, por debajo de las estimaciones previas del 7,2 por ciento. Las importaciones lo hicieron un 2,7 por ciento, frente a la lectura previa del 6,1 por ciento.
Los beneficios empresariales mantuvieron su firme comportamiento al crecer un 10,1 por ciento respecto al último trimestre de 2011, apenas por debajo de las estimaciones de mayo, que lo ubicaron en un 11,7 por ciento.
Por su parte, el gasto de los consumidores, uno de los principales indicadores, puesto que representa cerca del 70 por ciento de la economía de Estados Unidos, creció ligeramente por debajo de lo previsto en mayo: un 2,5 por ciento en lugar de un 2,7 por ciento.
Otro elemento positivo fue el dato de inversión empresarial no fija, que excluye la inversión residencial y se concentra en bienes de equipo y tecnología, cuyo indicador aumentó un 3,1 por ciento por encima del 1,9 por ciento previsto.
El Gobierno estadounidense elevó ligeramente la tasa anual del índice de gasto personal, utilizado comúnmente como medida de inflación, del 2,4 por ciento previsto al 2,6 por ciento.
La recuperación económica de E.U. se ha ralentizado a comienzos de 2012 tras registrar una tasa de ritmo anual de crecimiento en el último trimestre del año pasado del 3 por ciento.
Por otro lado, se conoció el nuevo dato sobre las solicitudes de desempleo semanales, que se han mantenido estables y añaden dudas sobre la consolidación de la recuperación.
El desempleo en Estados Unidos, la principal preocupación de los estadounidenses, se encuentra en el 8,2 por ciento tras subir una décima el pasado mes de mayo por primera vez en once meses. Según los últimos datos del Departamento de Trabajo, la cifra de personas que percibían algún tipo de subsidio por desempleo subió en 71.724 y se situó en alrededor de 5,89 millones.
Los expertos pronostican para el segundo trimestre del año un crecimiento en torno al 2 %, aunque la incertidumbre económica internacional podría atemperar estas previsiones.
Como factores que frenan el repunte de la economía de EE.UU. se citan la inestabilidad financiera europea, la leve ralentización de algunas economías emergentes como China y que el despegue del mercado inmobiliario estadounidense está siendo menor del esperado tras la crisis financiera de 2007-09.
La Reserva Federal (Fed) revisó en su reunión de la pasada semana a la baja sus previsiones de crecimiento para este año al rango de 1,9 por ciento y 2,4 por ciento, frente al 2,4 por ciento y 2,9 por ciento pronosticado en abril con el argumento de que estos pronósticos eran "demasiado optimistas".
La Fed también renovó su política monetaria expansiva al extender su programa de compra de deuda por valor de 267.000 millones de dólares, mediante canje de bonos, para mantener bajos los tipos de interés a largo y estimular la economía.
El primer dato avanzado del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de E.U. del segundo trimestre será divulgado el próximo 27 de julio.
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