El Papa Francisco, ayer, durante el tradicional rezo del Angelus en el Vaticano. EFE
ROCÍO GALVÁN LAMETActualizado: 29/06/2014 20:52 horas
Critica el sistema capitalista porque descarta a los más débiles, arremete contra los fundamentalismos, denuncia la corrupción de los políticos y la avaricia depredadora del sector financiero. Si dejamos de lado la sotana blanca y su inconfundible acento argentino, el ideario es parecido al de un militante de Podemos. Los pobres, la justicia social y la defensa de la dignidad de la persona no es sólo patrimonio de la izquierda. Y esto es precisamente lo que ha venido a reivindicar Bergoglio en su entrevista al diario Il Messaggero.
Muchos han calificado a Francisco de revolucionario, pero en realidad el Pontífice argentino no ha hecho otra cosa que volver a las raíces del mensaje central del Evangelio. Un mensaje que había quedado oculto bajo el paño de escándalos que han sacudido la Iglesia en los últimos años. Francisco quiere ser un pastor y por eso no responde al 'establishment'. Es un antisistema cuando el sistema está corrupto y no está al servicio del hombre. Además, no le importa saltarse el protocolo ni molestar a los poderosos porque responde ante otro 'jefe'.
Son muchos los que se sorprenden del número de entrevistas que concede el Papa. Algunos piensan que da tantos titulares que acabará por aburrir al auditorio, pero es evidente que el obispo de Roma se siente libre y no tiene miedo. De hecho, una de las grandes novedades de su pontificado es que ha abierto los micrófonos y, como dirían los porteños, ha traído otra onda en su relación con los medios de comunicación, poco acostumbrados a interpelar a un Papa. Pero Bergoglio no habla sólo en una dirección. Prueba de ello es la encuesta que han realizado las conferencias episcopales para conocer la opinión de la iglesia de base de cara al Sínodo sobre la familia. Lo que es indudable es que Francisco ha conseguido marcar la agenda informativa y entrar en la aldea global por la puerta grande. Es el Hombre del Año para la revista 'Time' y hasta 'The Economist' recomienda escuchar sus advertencias sobre el capitalismo.
No en vano, los nuevos reyes de España han elegido el Vaticano como su primer destino internacional. Una visita que Francisco podría devolver en 2015.
Critica el sistema capitalista porque descarta a los más débiles, arremete contra los fundamentalismos, denuncia la corrupción de los políticos y la avaricia depredadora del sector financiero. Si dejamos de lado la sotana blanca y su inconfundible acento argentino, el ideario es parecido al de un militante de Podemos. Los pobres, la justicia social y la defensa de la dignidad de la persona no es sólo patrimonio de la izquierda. Y esto es precisamente lo que ha venido a reivindicar Bergoglio en su entrevista al diario Il Messaggero.
Muchos han calificado a Francisco de revolucionario, pero en realidad el Pontífice argentino no ha hecho otra cosa que volver a las raíces del mensaje central del Evangelio. Un mensaje que había quedado oculto bajo el paño de escándalos que han sacudido la Iglesia en los últimos años. Francisco quiere ser un pastor y por eso no responde al 'establishment'. Es un antisistema cuando el sistema está corrupto y no está al servicio del hombre. Además, no le importa saltarse el protocolo ni molestar a los poderosos porque responde ante otro 'jefe'.
Son muchos los que se sorprenden del número de entrevistas que concede el Papa. Algunos piensan que da tantos titulares que acabará por aburrir al auditorio, pero es evidente que el obispo de Roma se siente libre y no tiene miedo. De hecho, una de las grandes novedades de su pontificado es que ha abierto los micrófonos y, como dirían los porteños, ha traído otra onda en su relación con los medios de comunicación, poco acostumbrados a interpelar a un Papa. Pero Bergoglio no habla sólo en una dirección. Prueba de ello es la encuesta que han realizado las conferencias episcopales para conocer la opinión de la iglesia de base de cara al Sínodo sobre la familia. Lo que es indudable es que Francisco ha conseguido marcar la agenda informativa y entrar en la aldea global por la puerta grande. Es el Hombre del Año para la revista 'Time' y hasta 'The Economist' recomienda escuchar sus advertencias sobre el capitalismo.
No en vano, los nuevos reyes de España han elegido el Vaticano como su primer destino internacional. Una visita que Francisco podría devolver en 2015.
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