El presidente ecuatoriano, Rafael Correa (d), abraza al vicepresidente, Lenin Moreno (i), tras posesionarse en su segundo mandato hoy, 10 de agosto de 2009, en la Asamblea Nacional, en Quito (Ecuador). Correa juró para el período de agosto 2009 a mayo de 2013 en una ceremonia oficial a la que asistieron una docena de jefes de Estado, entre otros representantes internacionales.
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The Associated Press
QUITO -- El presidente Rafael Correa sugirió el lunes a los mandatarios latinoamericanos que asistieron al acto de posesión del mando buscar "formas de controlar los excesos de la prensa" que, adujo, no busca la libertad de expresión sino la "libertad de extorsión".
El jefe de estado, que con frecuencia tilda a la prensa ecuatoriana de "corrupta" y "mentirosa" y la considera como parte de la oposición a su gobierno, dedicó una parte de sus discursos en la toma de posesión gubernamental como al recibir la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur.
Correa dijo que los medios de comunicación "muchas veces no buscan la libertad de expresión sino tan solo la libertad de extorsión y de manipulación".
Dirigiéndose a sus colegas mandatarios, opinó que "debemos perder el miedo y a nivel de los países plantearnos formas de controlar los excesos de la prensa, tenemos que tomar cartas en el asunto, somos nosotros los que ganamos las elecciones, no los gerentes de esos negocios lucrativos que se llaman medios de comunicación".
"Proponemos establecer un centro de análisis y reflexión de los canales de información a los que son expuestos connacionales por partes de las empresas de información", expresó.
Correa señaló que en países desarrollados los medios de comunicación "jamás se atreverían a hacer lo que aquí hacen a mansalva: mentir, mentir y mentir".
"Ellos (los periodistas ecuatorianos) manifiestan que estamos contra la prensa crítica. Se equivocan, estamos en contra la prensa mediocre y corrupta, antes negaban que existiera esta clase de prensa ... se ubicaban por encima del bien y del mal...", aseguró.
Argumentó que las empresas que controlan los medios de comunicación "han creído que por la simple circunstancia de hacerlo tienen ya la calidad moral para constituirse en censoras de todos los pasos y aún de las intenciones de gobiernos democráticos".
Afirmó que "el mayor adversario que hemos tenido en estos 30 meses de gobierno ha sido una prensa con un claro rol político, aunque sin ninguna legitimidad democrática".
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