Autoridades ordenan la evacuación de más de 800 viviendas cercanas al Bosque Nacional Los Ángeles
Carlos Avilés/ carlos.aviles@laopinion.com 2010-02-10
Carlos Avilés/ carlos.aviles@laopinion.com 2010-02-10
Una persona coloca bolsas de arena para contener posibles deslizamientos en La Cañada. Ciro Cesar/La Opinión
Desalojan viviendas en La Cañada por tormenta inminente
Aferrados a vivir en el área afectada
La lluvia que ayer azotó el Sur de California, así como los riesgos de deslaves en las zonas montañosas devastadas por los incendios, provocaron que las autoridades evacuaran más de 840 casas en varias ciudades aledañas a las colinas del Bosque Nacional Los Ángeles.
Las órdenes de evacuación obligatorias que se mantendrían hasta hoy fueron puestas en marcha en 843 casas de La Cañada Flintridge, La Crescenta, Acton, Altadena y Sierra Madre, dijeron autoridades del condado.
Pese a que no se habían reportado incidentes al cierre de edición como los ocurridos el sábado pasado en la comunidad Valle Paraíso de La Cañada, donde 43 casas fueron destruidas por un deslave de escombros y lodo, las autoridades seguían revisando de cerca los niveles de las cuencas de protección y pidiendo a los residentes obedecer la orden.
Según Mike Antonovich, supervisor del condado de Los Ángeles, solo el 50% de los residentes habían acatado la orden, luego de que agentes del Departamento del Sheriff del condado (LASD) fueran de puerta en puerta en varios vecindarios.
"Sabemos que son muchas personas, pero miren lo que les pasó a sus vecinos", expresó el supervisor en una conferencia de prensa en el centro de comando. "Una vez que los deslaves empiecen no hay forma de que podamos evacuarlos", agregó.
Según Gail Farber, directora del Departamento de Obras Públicas del condado (DPW), la amenaza de deslaves podría continuar incluso cuando las lluvias cedieran debido al constante flujo de agua que recorrería las erosionadas colinas del Bosque Los Ángeles.
"Hemos limpiado más de 900 mil yardas cúbicas de las cuencas, pero esto no ha terminado", expresó Farber. "Por eso es mejor evacuar, no sea que la próxima vez que oigas que toquen la puerta, no sea un agente sino el lodo y los escombros que llegaron a tu puerta", advirtió.
Los residentes y vecinos aledaños a la comunidad Valle Paraíso, que tenían ayer hasta las 10:00 a.m. para empacar sus pertenencias y dirigirse a cualquiera de los tres refugios temporales que las autoridades pusieron a su disposición, cumplieron casi en su totalidad las órdenes de evacuación.
Las calles lucían vacías, las ventanas de las residencias reforzadas con madera y los promontorios de lodo sacados de sus viviendas a la orilla de la calle para que trabajadores del DWP los removieran a su paso.
Sin embargo, hubo siempre residentes como Dave Lazarowith, que decidieron volver a correr el riesgo de mantenerse en sus casas.
"Estamos bien, no creo que pase nada, ahora ya sabemos en qué dirección y cómo corren los deslaves", expresó afuera de su casa ubicada en el bulevar Ocean View. "Me preocupa, pero prefiero quedarme", agregó.
La tormenta de la tarde que trajo problemas de tráfico en las autopistas y el aumento del nivel de alerta para inundaciones era sólo la primera de un sistema que traería precipitación a la región, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Para anoche se esperaban otras tormentas aisladas que podrían dejar más de 2 pulgadas de lluvia en las montañas que fueron devastadas por los incendios forestales del verano pasado, por lo que se había aumentado el nivel de alerta de inundaciones.
Asimismo, las autoridades dijeron que en las montañas la nieve podría aparecer apenas a los 2,500 pies de altura debido a las bajas temperaturas.
Y pese a que las autoridades volvieron a alinear los muros de protección en la zona de La Cañada y sacaron varias yardas cúbicas de la cuenca de protección, James Huff, un contratista del DWP que ha estado trabajando en la remoción de escombros, dijo que el riesgo de deslaves era casi inminente si la lluvia dejaba esas dos pulgadas que pronosticaba el NWS.
"Pasamos dos semanas para ponerla en un 85% de capacidad, y en menos de una hora de lluvia [el sábado pasado], se volvió a llenar", expresó Huff. "Esperemos que hoy [ayer] no caiga tanta lluvia, porque si no nadie lo podrá detener".
Según Farber, el condado está planificando excavar más cuencas en las zonas para poder mitigar los riesgos de deslaves ahora que la tierra está completamente erosionada en esta región.
Neal Tyler, subjefe del LASD y encargado del campamento central, dijo que no podrían definir cuándo se levantarían las órdenes de evacuación, aunque la lluvia cediera hoy, pues dependería de muchos factores.
El Departamento de Bomberos puso a disposición 100 elementos extra, especializados en rescates acuáticos, pero sólo podrían acceder a la zona a pie o escalando, debido a que las calles quedarían inservibles si los deslaves ocurren.
Los centros de evacuación disponibles son la Iglesia Católica de la Santa Redención, en el 2411 de la Avenida Montrose, y el Centro de Acción comunitario de Acton, localizado en el 3748 de la Avenida Nickels.
La lluvia que ayer azotó el Sur de California, así como los riesgos de deslaves en las zonas montañosas devastadas por los incendios, provocaron que las autoridades evacuaran más de 840 casas en varias ciudades aledañas a las colinas del Bosque Nacional Los Ángeles.
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