Venid, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como éste, o mucho más excelente. (Isa. 56: 12).
El mal siervo dice en su corazón: "Mi señor tarda en venir" (Mat. 24: 48). No dice que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de la segunda venida. Pero en su corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda. Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales y los pensamientos corruptos se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con los borrachos, y se une con el mundo en la búsqueda de placeres. Hiere a sus consiervos acusando y condenando a los que son fieles a su Maestro. . .
El mal siervo dice en su corazón: "Mi señor tarda en venir" (Mat. 24: 48). No dice que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de la segunda venida. Pero en su corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda. Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales y los pensamientos corruptos se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con los borrachos, y se une con el mundo en la búsqueda de placeres. Hiere a sus consiervos acusando y condenando a los que son fieles a su Maestro. . .
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El advenimiento de Cristo sorprenderá a los falsos maestros. Están diciendo: "Paz y seguridad". Como los sacerdotes y doctores antes de la caída de Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de prosperidad terrenal y gloria. Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto. Pero ¿qué dice la Palabra inspirada? "Vendrá sobre ellos destrucción repentina" (1 Tes. 5: 3). . .
El advenimiento de Cristo sorprenderá a los falsos maestros. Están diciendo: "Paz y seguridad". Como los sacerdotes y doctores antes de la caída de Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de prosperidad terrenal y gloria. Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto. Pero ¿qué dice la Palabra inspirada? "Vendrá sobre ellos destrucción repentina" (1 Tes. 5: 3). . .
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Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: "Todas las cosas permanecen así como desde el principio" (2 Ped. 3: 4). "Será el día de mañana como éste, o mucho más excelente" (Isa. 56: 12). Nos hundiremos aun más en el amor a los deleites. Pero Cristo dice: "He aquí, yo vengo como ladrón" (Apoc. 16:15). En el mismo tiempo en que el mundo pregunta con desprecio: "¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" se están cumpliendo las señales. (2 Ped. 3: 4.) Mientras claman: "Paz y seguridad", se acerca la destrucción repentina. (1 Tes. 5: 3.) Cuando el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; cuando la rutina del trabajo en las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo sin consideración a los principios; cuando los
estudiantes procuran ávidamente conocerlo todo menos la Biblia, Cristo viene como ladrón.
Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: "Todas las cosas permanecen así como desde el principio" (2 Ped. 3: 4). "Será el día de mañana como éste, o mucho más excelente" (Isa. 56: 12). Nos hundiremos aun más en el amor a los deleites. Pero Cristo dice: "He aquí, yo vengo como ladrón" (Apoc. 16:15). En el mismo tiempo en que el mundo pregunta con desprecio: "¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" se están cumpliendo las señales. (2 Ped. 3: 4.) Mientras claman: "Paz y seguridad", se acerca la destrucción repentina. (1 Tes. 5: 3.) Cuando el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; cuando la rutina del trabajo en las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo sin consideración a los principios; cuando los
estudiantes procuran ávidamente conocerlo todo menos la Biblia, Cristo viene como ladrón.
Maranata, Ellen G. White, p.142.
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