La primera potencia mundial conmemora hoy la aprobación oficial de la Declaración de Independencia por el Congreso Continental, el 4 de julio de 1776 en Philadelphia, Pensilvania
Hoy los Estados Unidos, considerado el país más poderoso del mundo, celebra una vez más la proclamación de su libertad -tras separarse del Imperio británico- al conmemorar la aprobación oficial de la Declaración de Independencia por el Congreso Continental, el 4 de Julio de 1776 en Philadelphia, Pensilvania.
Tradicionalmente los ingleses habían mantenido buenas relaciones con las 13 colonias que habían formado en la costa atlántica de América del Norte, pero en 1775 los colonos de algunas regiones habían manifestado su deseo de contar con un gobierno propio, al margen de la corona británica.
Como resultado, el monarca del Imperio británico -rey Jorge III- había calificado de "rebeldes" a quienes promovían estas intenciones y para diciembre de ese mismo año ordenó retirar la protección a las colonias y bloquear sus puertos.
También cometió el error de aumentar los impuestos del timbre y del té, que acabó por desencadenar la revolución.
En el puerto de Boston, un buque cargado de té fue saqueado por colonos disfrazados de pieles rojas. Los colonos, considerando que ambos impuestos eran abusivos, se reunieron en el Congreso de Filadelfia y, tras proclamar la Declaración de derechos (1774), se declararon independientes en 1776.
En la primavera de ese año, el Congreso de Carolina del Norte fue el primero de varios estados que declararon su independencia. La región de Virginia siguió sus pasos y consiguió que sus delegados hicieran lo mismo.
El destino de la nueva nación se libró en una guerra contra Inglaterra que fue difícil para los norteamericanos durante los tres primeros años. Después, con la ayuda de franceses y españoles y conducidos por George Washington, lograron derrotar a su antigua metrópoli en Saratoga (1777) y Yorktown (1781). Dos años después se firmó la Paz de Versalles por la que Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos.
Tradicionalmente los ingleses habían mantenido buenas relaciones con las 13 colonias que habían formado en la costa atlántica de América del Norte, pero en 1775 los colonos de algunas regiones habían manifestado su deseo de contar con un gobierno propio, al margen de la corona británica.
Como resultado, el monarca del Imperio británico -rey Jorge III- había calificado de "rebeldes" a quienes promovían estas intenciones y para diciembre de ese mismo año ordenó retirar la protección a las colonias y bloquear sus puertos.
También cometió el error de aumentar los impuestos del timbre y del té, que acabó por desencadenar la revolución.
En el puerto de Boston, un buque cargado de té fue saqueado por colonos disfrazados de pieles rojas. Los colonos, considerando que ambos impuestos eran abusivos, se reunieron en el Congreso de Filadelfia y, tras proclamar la Declaración de derechos (1774), se declararon independientes en 1776.
En la primavera de ese año, el Congreso de Carolina del Norte fue el primero de varios estados que declararon su independencia. La región de Virginia siguió sus pasos y consiguió que sus delegados hicieran lo mismo.
El destino de la nueva nación se libró en una guerra contra Inglaterra que fue difícil para los norteamericanos durante los tres primeros años. Después, con la ayuda de franceses y españoles y conducidos por George Washington, lograron derrotar a su antigua metrópoli en Saratoga (1777) y Yorktown (1781). Dos años después se firmó la Paz de Versalles por la que Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos.
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