EL PAÍS AGENCIAS 08/07/2010
Grecia ha vivido hoy la séptima huelga general contra los planes de ajuste del Gobierno en lo que va de año. En este caso, miles de griegos disgustados han tomado las calles para instar a los diputados a no votar una drástica reforma de las pensiones, pero una baja participación ha ofrecido una señal de la creciente fatiga de las protestas contra las medidas de austeridad.
Una joven protesta ante el parlamento con una camiseta en la que se lee: "Este país no es propiedad de 300 -en referencia a los diputados-, sino de 10 millones de griegos"- AP
Unas 12.000 personas han tocado tambores, silbatos y han mostrado pancartas en las que se leía "Si no reaccionamos, nos moriremos de hambre", mientras se han manifestado pacíficamente hacia el Parlamento en una protesta contra los recortes en los beneficios de las pensiones y una subida de la edad de jubiliación a los 65 años para todos.
"Es horrible. Pagamos todos nuestros impuestos y no vamos a obtener nada", ha criticado Vaso Spoulou, una trabajadora del sector privado de 54 años. Por ello, ha defendido que ha solicitado una jubilación anticipada ante el temor de que la reforma recorte su pensión. "Están destruyendo todo", ha dicho.
Pese a la menor asistencia de manifestantes, la protesta ha afectado a las comunicaciones. En los aeropuertos, los vuelos con salida y destino Grecia han sufrido alteraciones a lo largo del día, los ferris han permanecido amarrados en los puertos, el transporte público se ha visto congelado y las oficinas públicas han estado cerradas.
La participación fue similar a la protesta de la semana pasada, pero mucho menor que los 50.000 que se congregaron el 5 de marzo, en la mayor marcha del año. Los diputados tienen previsto votar de madrugada la reforma de las pensiones, un aspecto clave de las medidas de austeridad acordadas con la Unión Europea y el FMI a cambio de un paquete de ayuda de 110.000 millones de euros.
La ley es considerada por analistas una importante prueba de la capacidad del Gobierno de impulsar las reformas estructurales. Pero muchos están molestos ante la perspectiva de trabajar más para conseguir una pensión más pequeña, en concreto las mujeres que pueden retirarse desde los 55 años. La reforma es el broche de decenas de miles de millones de euros en medidas de austeridad y una de las más impopulares.
"Es horrible. Pagamos todos nuestros impuestos y no vamos a obtener nada", ha criticado Vaso Spoulou, una trabajadora del sector privado de 54 años. Por ello, ha defendido que ha solicitado una jubilación anticipada ante el temor de que la reforma recorte su pensión. "Están destruyendo todo", ha dicho.
Pese a la menor asistencia de manifestantes, la protesta ha afectado a las comunicaciones. En los aeropuertos, los vuelos con salida y destino Grecia han sufrido alteraciones a lo largo del día, los ferris han permanecido amarrados en los puertos, el transporte público se ha visto congelado y las oficinas públicas han estado cerradas.
La participación fue similar a la protesta de la semana pasada, pero mucho menor que los 50.000 que se congregaron el 5 de marzo, en la mayor marcha del año. Los diputados tienen previsto votar de madrugada la reforma de las pensiones, un aspecto clave de las medidas de austeridad acordadas con la Unión Europea y el FMI a cambio de un paquete de ayuda de 110.000 millones de euros.
La ley es considerada por analistas una importante prueba de la capacidad del Gobierno de impulsar las reformas estructurales. Pero muchos están molestos ante la perspectiva de trabajar más para conseguir una pensión más pequeña, en concreto las mujeres que pueden retirarse desde los 55 años. La reforma es el broche de decenas de miles de millones de euros en medidas de austeridad y una de las más impopulares.
A diferencia de otras ocasiones, no ha habido que lamentar ningún incidente que revista gravedad.
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